sábado, 13 de diciembre de 2025

Abrid las puertas al Niño que está muy cerca…("La Nueva España Digital de Siero, 14-XII-2025")

 

Que la vida está llena de sorpresas y éstas te visitan cuando menos lo piensas , sin necesidad de gran pirotécnica verbal, y esto me ha pasado el domingo en la Iglesia de Santa María de Lieres, cuando el párroco don Roberto, ante la bella Virgen de la Esperanza que preside el retablo del presbiterio - una de las imágenes marianas más bellas que conozco-,  en la misa funeral de ese domingo canta ese bello y conocido villancico de Adviento titulado “La Virgen sueña caminos”, que bien entonado por el sacerdote es toda una bella y profunda homilía que reivindica el poder de la imaginación, del sueño, en estos aciagos, confusos e inciertos tiempos que nos toca vivir, y es que sin sueños, sin imaginación, no hay avances, investigación, vida, ya que  la razón , por sí sola,- gran descubrimiento de estos tiempos- no basta para explicar lo que vemos y  sentimos .

Ni que decir tiene que las sorpresas pueden ser negativas, bastantes tenemos todos los días en las portadas y teletipos televisivos y eso que el periodismo, como decía Clarín, no debe generar nerviosismo. (El pasado sábado en la estación de Chamartín no pude entrar en el ascensor a causa del excremento de una mascota que su dueño, señor de cierta edad, se negaba a recoger).  O positivas que  como  buscador de la Buena Nueva y ahora que el Niño se acerca, son las que me interesan. Y son éstas las que mueven y alegran la vida, las que “entusiasman” y deben empezar por no mentir, por no prometer lo imposible, por no explotar los sentimientos y la confianza que otros hayan depositado en nosotros, en cualquier terreno de la    vida, ya en el terreno sentimental, empresarial, político…;  presentar la vida como es , con luces y sombras, realidades y fantasías,   que sin esfuerzo no se consigue nada y que sin la ayuda de los demás no somos nada;  respetar los derechos humanos, entre ellos el de nacer y disfrutar de una infancia feliz, y el de disponer de una información objetiva y veraz, el derecho a un trabajo digno y a una vivienda acorde con los necesidades y tiempos que vivimos…El Observatorio de la Vivienda, en 2020, decía que la media de viviendas sociales en la UE era del 9% sobre el total, mientras que en España no llegaba al 2,5%...Supongo y deseo que esta situación se haya revertido.

En resumen, respetar entre todos el marco jurídico de convivencia que nos hemos dado. Si hacemos y respetamos esto ya tenemos la bandera de la esperanza fijada al mástil, sólo falta arriarla con el esfuerzo diario de cada uno.

La semana pasada ante la vida tan mecánica y agitada que llevamos planteaba la duda de si el ser humano existe, hoy a las puertas de la Navidad, por mucho laicismo que nos vendan, las luces, los árboles y los Misterios y pesebres se preparan para la llegada del Salvador y quien más y quien menos hace su balance anual y alimenta su esperanza… yo, desde esta columna, solo pido que se respete la voluntad y el deseo de ser eterno y que se nos prepare para ello…y es que como dice Isaías 11,1-10, : “La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas. El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito…la vaca y el oso vivirán en compañía…”

¡Que la esperanza habite en nuestros corazones!

Continúa el villancico:

 “…el sol le dice a la luna que no se duerma…

        A la ciudad de Belén vendrá la estrella

       Vendrá con todo el que quiera cruzar la    

       Estrella.”

 

P.D Lula da Silva, cristiano de la Comunidad de Base de San Bernardo do Campo, líder sindical y político , al ser investido Presidente de Brasil, por primera vez, un 6 de enero de 2003, digo: “Ruego a Dios sabiduría para gobernar, discernimiento para juzgar , serenidad para administrar, coraje para decidir y un corazón  del tamaño de Brasil para sentirme unido a cada ciudadano y ciudadana de este país en el día a día de los próximos cuatro años”.

¡Que la esperanza sea una realidad de nuestras vidas, depende, en mucho, de cada uno de nosotros! ¡Que tengamos la responsabilidad de vivir con dignidad!

 

                      José Antonio Noval Cueto.






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