Ayer, 29 de mayo del 2025, una avanzadilla de la Asociación de ExAlcaldes recalamos
por las tierras de Belmonte y teníamos un doble destino, primero de tipo
cultural, visitar en Silviella el Museo de las Ayalgas y después completar la
visita en el Puente San Martín, para almorzar en Casa Tocho el acreditado plato
de guisantes o “arbeyos” con jamón, hígado al ajillo y postre casero, todo ello
regado por un clásico vino de la Rioja alavesa, el “Remelluri”, fijo de la casa , a la temperatura adecuada y de
una calidad óptima. Previamente habíamos recalado en la capital del Concejo y
habíamos tomado el aperitivo en Casa Suárez, cerca del Gran Hotel, y todo ello
por indicaciones del antiguo regidor Roberto. El día era espectacular en este
concejo de media montaña que con su suave brisa hacía más agradable la estancia.
Día de auténtico paraíso. En todos estos viajes , a parte de la carga cultural
innata y previamente planificada tanto o
más importante es la calidad humana, recuerdos, vivencias y balances que hace
cada uno de sus avatares profesionales. Guste o no guste, los exalcaldes somos
patrimonio inmaterial que brota cuando menos se piensa, ya que quien menos se
piensa hemos pasado por múltiples y variadas aventuras y hemos tenido la
oportunidad de ver las grandezas y miserias del diario vivir, desde compartir
mesa con Carmen Sevilla hasta recibir al domador Ángel Cristo en las dependencias
del Ayuntamiento.
La llegada estaba prevista hacia las 11.30 de la mañana y
quien más quien menos buscó su propio medio de movilidad. Yo, mal conductor y
no muy aficionado al volante, me apañe con Avelino el de Llanera y hacia las 10
de la mañana salimos de Posada, rumbo a Trubia y después de pasar , con ciertas
dificultades, por su estrechez y
abundante vegetación en las cunetas, por
la carretera de San Pedro de Nora,
enlazamos con la Autovía que nos conduce al cruce que lleva a Belmonte, Pola de
Somiedo o bien dirección Cangas del Narcea. Durante todo el viaje las anécdotas
y vivencias de cada uno salieron a relucir, así como la preocupación por la
incertidumbre que reina en la política actual, o la inolvidable verbena del
Farolillo en el Jardín, en las fiestas de Begoña en Gijón…Sin darnos cuenta
pasamos Silviella y la entrada para el museo de las Ayalgas, que está poco
antes , pero el móvil y la llamada al experto, en este caso Kiko el de
Cudillero, todo lo arregla. En la pequeña cafetería y tienda de regalos, se
recuperan fuerzas y con el tique en mano, los 11 exploradores nos introducimos
en la nave-museo, traída de Grandas de Salime y en su día diseñada y construida por Vaquero Turcios…Desde la entrada se ve
que domina el tema del motor, coches en perfecto estado de revista, limpios ,
pulcros, brillantes, con la inspección
al día y de entre ellos destaca un elegante 11 Ligero, negro y de sólida
estructura y chapa, y junto a él otros, así como pequeñas furgonetas y motos de
época, desde la clásica Montesa, MV,- la preferida de mi infancia-, Lube,
Guzzi (Moto Guzzi Hispania 65) o un viscuter amarillo de matricula O-22465…que podía llegar a
alcanzar 75 km/hora.. o las bicis con motor, de color negro, Solex o Velosolex,
anticipo de la Mobylette y del Vespino, que se empezaron a comercializar en torno al
año 1946. Al empezar da la impresión que el mundo del motor tenía aquí su
principal aporte, pero el Museo da para más, sorprende por su amplia variedad
de temas que evidencian las necesidades humanas del momento y como superarlas,
por aquello tan dicho de que la necesidad agudiza el ingenio. Durante la
visita, la guía, Noelía- toda atenciones y voluntad- y conocedora de lo mucho que allí se atesora,
nos fue mostrando y aclarando los elementos que suelen suscitar más interés
entre los visitantes y después nos dejaba que cada uno fotografiase y viese con
más detalle lo que le sorprendiese…La visita da para mucho y eso que tuvimos un
trato exclusivo al ser pocos y en un día de semana, de poco público. La nave, a pesar de su extensión ya se va
quedando pequeña, pues es mucho lo allí se contiene y expone. Desde un martillo
pilón del año 1890, que se utilizaba para estirar el hierro, ya diferentes
tipos de carros, incluso alguno
castellano, ya para transportar la hierba, el trigo, las uvas o incluso carro
funeraria, de serio negro, para trasladar cadáveres; de paritorios improvisados, ya ejemplares del periódico que hablan del
salmón de ORO de REGION para don José
Prieto Velázquez o de Baldomero Alonso
“Doriga”, que tiene el récord de pescar tres salmones en un día – se ve que
eran otros tiempos y que la contaminación no afectaba a nuestros ríos-; de
diferentes tipos de balanzas de las tiendas y su evolución; de libros como la
“Summa Teológica” en latín, de Santo
Tomas, de la Historia General de España de Don Mariano Muro, del Diario “La
Nación” de Buenos Aires, de gramófonos y tocadiscos y discos de José Guardiola, Manolo Escobar ,
La Paquera de Jerez; de cartelería, de tractores M.A.N, en color
verde agua, de molino en perfecto estado, con muela incorporada; de
instrumentos de tortura como la guillotina, el torniquete, la hora, la gota de
agua o el garrote vil; de maquinas para embutir chorizos, desgranadoras de
maíz, de diferentes máquinas de coser como la singular SINGER, del pisón para
la escanda, ingenio montado en 1940 en casa Luis, en Cigüedres o de las
diferentes tipos de tablas para lavar e incluso de una lavadora de madera de
1890, de poca capacidad, cuyo interior recuerda el fuelle de la acordeón o la
recudidora de ropa, también de madera…A todo esto se puede sumar el pupitre de
antaño con tintero incorporado y
anaqueles que muestran los libros de texto del momento , una pequeña fábrica de
sifones , refrescos y gaseosas como Sanitex, BOY, Orange…o un pequeño generador
de energía eléctrica del principios del siglo XX, ubicado en su día en el
Palacio del Cardenal Cienfuegos en Agüerina…Llevábamos dos horas de visita y el
museo y su amplia temática nos desbordaba, da para más , pide otra visita aún
más minuciosa, con papel y pluma. Íbamos de asombro en asombro, y lo que empezó
siendo motor, acabó en fábricas de gaseosas y pisón de escalda…Impresión que
dejamos reflejada en el Libro de firmas del museo y a quien felicitamos por su
buen hacer. Todo esto ha sido y es posible gracias a la labor de don Ängel
Menéndez Rubio, conocido como Ángel “Forcón”, empresario de los que se
arremangan la camisa, que lleva más de cuarenta años dedicado a rastrear y
recuperar del olvido costumbres, objetos e instrumentos de nuestra cultural
tradicional que nos ha permitido saborear en esta exposición permanente de alto
contenido etnográfico que intenta hacer realidad, día a día, su lema
fundacional “Para saber dónde queremos
ir, hay que saber de donde venimos”. Reivindicación muy necesaria en estos tiempos tan adanistas, en los que
algunos creen que las cosas surgen por si solas, sin la mano del hombre. Ángel
ha tenido el detalle de acompañarnos y estar con nosotros mientras duró la
visita. ¡Muchas gracias!¡Enhorabuena!
Con mucha luz, algo de
brisa del Pigüeña y mucho sol, aparcamos en Belmonte capital, que presentaba un
aspecto risueño, tranquilo, feliz, y las terrazas animadas; el día lo pedía. Paseo por la zona, vino
blanco y después de una breve tertulia, las tripas ya pedían auxilio. En Casa
Tocho nos esperaban hacia las 15 horas del día. Allí hablaríamos de toros, del
Juli y su primera corrida como torero en el coso de Buenavista en Oviedo, era
la tercera después de tomar la alternativa en Nímes; de camelias y amores, de los
Jardines de la Fonte Baixa en Luarca , de Cuca Lavaina y Maruja y del amor por
los garbanzos de Tarradellas en Castrillo de los Polvazares… La nota de la
jornada nos la puso el chigrero, cuando al ubicarnos en un nuevo emplazamiento
que nos librara del sol y agradecerle las molestias que le ocasionábamos, nos
contestó de manera natural y seguro con esta frase que me ha impactado, que es
para nota: “Nuestra voluntad de servicio público no tiene límites”.¿Qué más se
puede decir? Hacia las 19 horas llegaba a La Facienda (Traspando), mi casa
familiar. Contento pero cansado. Mereció la pena la incursión. Tres
ingredientes: Cultura, comida, buena compañía y un día de vídeo ¿Qué más se
puede pedir? ¡Muchas gracias a todos y recordar que el 3 de junio los Reyes visitan Brañosera!.
José Antonio Noval Cueto.
P.D . El Presidente del Principado de Asturias Don Adrián Barbón Rodríguez ha declarado el 3 de abril como Día del Municipalismo. Una buena noticia. Vamos en la buena senda.
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