Nunca
es tarde para conocer los efectos fructíferos de la planta liliácea, de flores
blancas y hojas de espada, llamada “gamón” para la alimentación del ganado y para
el progreso humano, hasta tal punto que su abundancia dio origen a un concejo,
allá por la Baja Edad
Media, Gamonal del Río Pico, y que desde
el 1 de enero del año 1.955 se anexionó a Burgos y se ha convertido en uno de sus barrios más populosos e
importantes, y donde tiene su sede el llamado Polígono industrial de Gamonal, inaugurado en la época de Franco y
que hoy es uno de los polígonos
industriales más importantes del norte de España. Son muchos las personas de
Asturias que se apellidan “Gamonal”, e incomprensiblemente, no existen o
escasean en Burgos. Otro acepción del término “gamonal” muy utilizada en las
Américas es la “cacique, adinerado”.
Hablar de Gamonal me lleva a recordar uno de
los mejores años de mi vida y más decisivo en mi futuro profesional, un año
donde se decantó mi verdadera vocación y mi aspiración a ser un humilde
humanista, divulgador y defensor de todo lo humano, de todo lo que de verdad
enriquece al hombre. Y ese Gamonal de aquel entonces, años 70, tiene nombre de
calle Vitoria donde se ubicaban el Café-Restaurante Ojeda y el Teatro-Cine
Avenida – también en Lugones teníamos nuestro Cine Avenida-, donde un burgalés
de pro, don Conrado Blanco Plaza, organizaba aquellos certámenes poéticos
titulados “Alforjas para la poesía”, y donde un esporádico plumilla como yo,
pudo escuchar la declamación que hacían de sus propios versos, poetas ilustres como Gerardo Diego, Manuel Alcántara, Federico Muelas, José
Antonio Medrano…Y todo ello no muy lejos de la gigantesca estatua equestre del
Cid que preside la plaza que da entrada
al jovial Paseo del Espolón: Dios que buen vasallo, si hubiese buen
señor”…
Hoy
las recientes noticias de prensa me han vuelto a recordar y revivir mi estancia
en Burgos y sorprenderme de la protesta y violencia que se ha desencadenado en
la zona que supongo ha sorprendido al
mismo Ayuntamiento de la ciudad, pues en una tramitación tan larga de un expediente como éste, con una inversión
de más de 8 millones de euros -Presentación del Proyecto, Exposición Pública
supervisada por la Unión Europea
dada la cuantía de la misma, periodo de alegaciones, resolución de las mismas,
informes técnicos pertinentes, debates en Comisión y aprobación plenario por
una mayoría cualificada - algo tendría
que haber atisbado y que ha dado pie a que los sociólogos y analistas políticos
hablen del efecto Gamonal y posibles orígenes del mismo…Una vez más he de
lamentar que en un tema de este calado la información que daban algunos medios
de comunicación era parcial, incompleta y cuando no sesgada. Así se hablaba de
la pretensión de construir un aparcamiento subterráneo de 250 plazas, pero
pocos decían que en esa misma zona se iba a construir, más al norte
-¿desconozco la distancia?- un aparcamiento en superficie de 600
plazas. Estallada la polémica se supo que este mismo proyecto o parecido iba en
los programas de PSOE,IU y PP .Se sabe que no es la primera vez que el
Ayuntamiento de Burgos quiso construir un aparcamiento subterráneo en esa zona,
concretamente en el año 2.005, y que los propios vecinos impidieron y
combatieron. Desconozco los motivos que movieron al actual Equipo de Gobierno a volver a
plantearlo, aunque es de suponer que las
causas que provocaron su rechazo en
2.005 no iban a cambiar en menos de nueve años.
Esbozadas
estas ideas no viene mal recordar que ningún grupo social tiene el patrimonio
de lo social, ningún grupo social puede otorgarse la representación en exclusividad de la sociedad civil, sino quien
la practica con su buen hacer y con sus propuestas y denuncias, con su defensa
del bien común y su compromiso con el
futuro de su localidad, pues en la mente de todos están los muchos abusos
permitidos y consentidos por quienes se quieren presentar como los adalides y
defensores de la Ética y de su
interesada verdad, no la de todos, pues como decía A.Machado “El hombre
ama la verdad hasta tal punto que acepta anticipadamente, la más amarga de
todas: la muerte”.
El
llamado efecto Gamonal me recuerda unas palabras del sabio Juan de Mairena
cuando dice a sus discípulos: “La política es una actividad importantísima…Vosotros
debéis “hacer política”, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla
sin vosotros, y , naturalmente, contra vosotros”.
José Antonio Noval Cueto.