domingo, 29 de noviembre de 2020

“Continúa el relato…”

Es muy dado entre los gastrónomos utilizar la palabra nupcial “maridaje”, “maridar”, para hablarnos de las buenas relaciones que hay y se generan entre los sabores de carnes y pescados, y los vinos tintos o blancos que les acompañan. Otro tanto ocurre con la lectura y los intereses de cada lector. Hay quien marida por géneros, ya narración y ensayo, ya narración y poesía…, y hay quien busca el maridaje por temas, independientemente del género, y esto es lo que me ha pasado a mí,  que últimamente, sin proponérmelo,  me he visto leyendo dos libros a la vez, de idéntica temática y diferente género. Uno de tema histórico, de máxima actualidad, donde en breve fichas se traza la semblanza de 427 mártires de la Guerra Civil Española, publicado por el Arzobispado de Madrid y de cuyo contenido ya he hablado en estas páginas y volveré a hacerlo hoy; el otro, de tema narrativo, se titula “Lobos, perros y corderos”, cuyo autor es José Luis Martín Descalzo, publicado en mayo de 1978 y que incide también en la Guerra Civil, a través de  David, joven sacerdote, que recién ordenado viene a pasar unos días con sus tíos en el pueblo asturleonés de Torre, donde también acaban de llegar unos milicianos asturianos dispuestos a imponer y mantener su autoridad. Libro que refleja bien el espíritu de la Transición.  Los fines de ambos libros son diferentes, pero ambos ayudan a comprender más la gravedad de lo vivido y sus consecuencias, algunas de las cuales aún perduran en el presente bien como memoria histórica o como argumento electoral.

 En la anterior entrada que también abordaba este tema, me di cuenta de la complejidad y trayectoria vital de los 427 mártires, donde predominaba la figura del párroco, del pastor entregado a su grey, pendiente de sus fieles y dispuesto a entregar su vida si fuera necesario, ya que como decía uno de ellos: “No le he hecho mal a nadie”,  pero hay un grupo reducido de ellos, concretamente ocho , que han suscitado mi interés y es que - a pesar de todos los pesares, que son muchos-   han sentido la necesidad de comunicarse- como yo lo hago con ustedes- , por mucho que uno tema al folio en blanco , la responsabilidad y obligaciones que uno contrae al escribir,-  al  hacer partícipes a los demás de sus inquietudes, de sus preocupaciones y deseos -y la satisfacción que uno experimenta al acabar su mensaje, y todo dentro del máximo respeto a la verdad  y con la sana intención de que mis letras puedan ser útiles, hacer bien.

De estos ocho  sacerdotes predominan los de edad madura, mayores de 40 años,  uno de 28. La mayoría de ellos son articulistas de prensa, ya en “El Castellano”, “El Pueblo Manchego”, “ABC”,” LA Acción “ o “La Nación”, y dos de ellos poetas, como don Adalberto Delgado Ruiz que nos ha dejado la letra del “Himno de la Virgen de Guadalupe Augusta Reina de Extremadura”, y don Anastasio Arnáiz Álvarez que además de sus poesías , publicó en 1923 el Libro de “Las Bodas de Oro de las H.H de los Ancianos Desamparados” e incluso uno de ellos , don Valeriano Hurtado Soria, fundó “Radio España”  en 1930.

Una vez más se demuestra que la escritura es un arma de combate   y que hace más daño un papel y un bolígrafo que el misil  más certero, ya que lo que se escribe permanece, persiste, perdura , conforma la auténtica verdad de lo ocurrido, por muchas campañas y relatos ficticios que se escriban para tergiversar lo ocurrido, y es que como decíamos de niños “la verdad siempre rescampla”. Hoy nuevamente parece que quieren cabalgar los jinetes de la mordaza, de la censura, de la supervisión alternativa y nos compete a todos evitarlo, pues poco puede hacer un pueblo sin verdad, sin justicia, sin dignidad,  y menos avanzar.

Este libro es testimonio de la violenta persecución religiosa que acosó a España en los años treinta y en este caso concreto a Madrid. ¿Motivos? ¿Causas? ¿ Propaganda? ¿Mentiras? ¿Calumnias?... Son hechos.  Este libro , desde el perdón, da voz a 427 personas asesinadas en Madrid , con la única intención que hechos de esta naturaleza no se repitan ni tengan cabida en mente humana, porque, a pesar de los pesares, yo pienso como el sacerdote David, de la novela de Martín Descalzo , cuando decía al alcalde preso de Torre: “En medio de la oscuridad cierre los ojos, apriete los puños y dígase en voz alta: “ Creo, creo  en el hombre y en su victoria sobre el odio y la muerte”

 

                                                José Antonio Noval Cueto.




 

sábado, 21 de noviembre de 2020

“El relato y el relator…”


Ahora que la palabra pierde contenidos, los cambia o trasmuta según el interés personal y en plena crisis y desprecio de las Humanidades, se ha puesto de moda reclamar, exigir la presencia de relator que elabore un relato a la petición del cliente y con la maligna y pérfida intención de inventar una realidad que justifique lo que no tiene ninguna justificación y que atenta contra la dignidad de todo persona y más en una democracia donde el respeto a la verdad y la transparencia informativa son elementos constitutivos de su ADN.

 Que en situaciones tan calamitosas y límites como las que estamos viviendo se pongan en circulación guerras de la memoria o se aireen polémicas estériles desvela bien la intención que se busca, que no es otra que alienar, enajenar , evadir, hacer que se hace, mientras las preocupaciones o problemas del día a día no se afrontan , no se resuelven, sirva como caso típico el IVA de las mascarillas, que a pesar de penalizar más a las clases con menos recursos no fue una prioridad para el gobierno que dice defender a los más necesitados. Las palabras sin hechos ya no son ni palabras, ni siquiera ruido, molestan, cansan, hartan. 

 Hace unos meses el Arzobispado de Madrid y la Biblioteca de Autores Cristianos publico el “Martirologio matritense del siglo XX”, donde de manera rigurosa, esquemática y didáctica se narran las biografías de los 427 sacerdotes y seminaristas que murieron víctimas de la persecución religiosa de los años 30, de los que 355 estaban vinculados a la diócesis de Madrid y 72 restantes a otras diócesis. El libro consta de un prólogo de Don Carlos Osoro Sierra, Cardenal Arzobispo de Madrid , en el que después de recordar que su diócesis, la de Madrid-Alcalá aportó “en números absolutos la mayor cantidad de mártires”, desea que este libro nos ayude “…más en el amor a Dios y a ser así promotores de una cultura de la paz, en el perdón y en la reconciliación, como los fueron y lo son aquellos mártires”. La introducción del mismo corre a cargo del obispo auxiliar de Madrid, don Juan Antonio Martínez Camino, que nos dice que es “un martirologio en sentido amplio” en el que resume del modo más completo posible la peripecia de todos los sacerdotes y seminaristas relacionados con la diócesis de Madrid-Alcalá que fueron víctimas de la persecución del siglo XX y reconoce que al tratarse de una obra pionera, no es una obra perfecta ni siquiera próxima a serlo. El volumen editado en pasta dura consta de 842 páginas incluyendo los apéndices, y de exposición propiamente dicha 693 . La textura del papel agradable y el tamaño de letra adecuado. La lectura de este tipo de obras exige un planteamiento adecuado . No valen prisas. Papel y lapicero en mano y un ritmo de lectura de cinco biografías diarias, a pesar de que éstas son muy dispares, según la documentación y trayectoria de cada uno – diferentes edades y diferentes ejecutorias personales, desde el típico párroco rural hasta el teólogo y articulista de periódico...-. Leído el libro y las notas tomadas, escribo estas letras. 

El trabajo era arduo y el tema escabroso, desagradable: la persecución religiosa de los años 30 en España.  Algo incomprensible en la España actual, pero del pasado reciente . Hechos reales, que ocurrieron en nuestras calles, llámense calle Viriato, Velázquez, Puerta del Sol, Bravo Murillo, General Ricardos, Lagasca, Narváez, La Moncloa/Bellas Vistas, De la Paloma, Alcalá, Almagro, o en lugares con connotación literaria como el Pozo del Tío Raimundo (Vallecas),El Pozo de La Lagarta, La Piedra del Mochuelo, Fuente del Gazapo, “Los Arroyuelos”, “Los Pontones”, Alto de la Venta del Cojo…Hechos de violencia inusitada, inhumana como el cuerpo de aquel joven sacerdote de 36 años cuyos “verdugos se habían ensañado con él, pues presentaba la cabeza y los pies separados del cuerpo”, o aquel otro que narra que el segundo “tren de la muerte”, que trasladaba a 255 prisioneros desde Jaén a Alcalá de Henares, fue detenido en la estación de Santa Catalina, en el Pozo del Tío Raimundo y fueron ametrallados 196 personas …Miserias humanas como las denuncias de vecinos, sirvientas, hermanos , cuñados o el cínico y cruel episodio de aquel alcalde que pone en libertad a un joven sacerdote de 24 años y a su padre, indicándoles que fueran hacia la Estación y luego mandó en su busca a los milicianos; pero a pesar de tanta miseria, de tanto odio y violencia, de sus páginas no sale sangre, ni rencor, sino incienso, paz, tranquilidad , fruto quizás principal  de la finalidad del libro que no es otro que el perdón, la comprensión, la enseñanza, el encuentro, y a lo que ayuda de manera accesoria el plan de lectura. Todo ello dentro del máximo respeto a los hechos- no hay justicia sin verdad- y donde se concluye que el hombre es capaz de la máxima perfección, de la máxima bondad, y de la máxima degeneración y maldad. Nos corresponde a cada uno escoger, para eso Dios nos concedió la libertad. Yo sólo pido que no sembremos ni alimentemos odio, y lo hacemos siempre que recurrimos a mentiras, medias verdades o calumnias. Las consecuencias ya las conocemos, por aquel dicho tan clásico de quien siembra vientos, recoge tempestades.

 Este es el relato de unos hechos, ocurridos en Madrid y que son una muestra o anticipo de lo que fue la persecución religiosa en España cuyo balance arroja los sangrientos datos citados en la introducción del volumen :Asesinados 12 obispos, 4.200 sacerdotes y seminaristas, cerca de 3.000 religiosos, decenas de miles de laicos comprometidos. ¡Todo un horror del pasado reciente! Leído lo expuesto es oportuno recordar aquello de que quien esté libre de pecado, tire la primera piedra. ¡Que nunca vuelva a repetirse es responsabilidad de todos! 


                                   José Antonio Noval Cueto.






domingo, 15 de noviembre de 2020

¡Enhorabuena, Joe…!




 Hace días que me ronda la idea de escribirle unas palabras y darle mi más sentida enhorabuena. Le escribo desde muy lejos, desde un pequeña región de España, llamada Asturias , conocida como tierra de Pelayo – elemento fundacional de la nación española- y también por su belleza natural, que la convierte en un “paraíso natural” envidiable y digno de conocer- San Juan XXIII y San Juan Pablo II ya nos visitaron, el próximo podría ser Usted- donde tiene su trono la Virgen de Covadonga, respetada y venerada por creyentes y no creyentes. Supongo que puede producirle extrañeza que una persona tan lejana y tan desconocedora de la realidad americana – mi información es muy limitada ;nunca he estado en EEUU - se atreva a escribir unas palabras, pero aún así asumo el desafío, pues creo que la visión de una persona alejada de los hechos y sin ningún interés aparente en los mismos quizás pueda aportar alguna idea o comentario que pueda ser de utilidad. Puede parecer una osadía e incluso petulancia que un profesor jubilado de secundaria se atreva a escribir estas letras al futuro Presidente de la nación más poderosa del mundo occidental, pero aun así acepto el reto y espero que ahora que los mensajes no utilizan la botella y el mar para llegar, la navegación informática lo consiga. 

Desconozco el sistema postal y electoral de EEUU, pero me sorprende que en el país de Silicon Valley, donde la investigación es su carta de presentación- baste recordar el número de patentes anuales que genera- , aún no haya sido proclamado vencedor de la Elecciones cuando se reconoce que aventaja a su adversario en más de cinco millones de votos – mis últimos datos le dan 77.330.000 - , y también me sorprende negativamente la cerrazón del vencido en no reconocer los hechos e intentar por todos los medios habidos y por haber, anular votos e impedir que el sentir popular, la lista más votada, se proclame ganadora. Las imágenes que nos han llegado a España son de lo más desoladoras , impropias de un país que siempre ha hecho de la libertad su bandera. Son imágenes más propias de un país de pandereta que de una democracia consolidada y seria, que quiere marcar los destinos del resto del planeta. Uno de nuestros periodistas en su columna de 4 de noviembre tituló así su columna “ Donald Trump degrada a EEUU a república bananera”; por último, me asombra más que me sorprende que una persona sin experiencia política, como el Sr. Trump, haya podido ser Presidente de la nación americana durante estos cuatro años . Los resultados son evidentes: destituciones, ceses, contradicciones, tensiones, presiones y divisiones que generó no sólo en su nación sino también en el mundo occidental y si no que se lo pregunten a nuestro mejor político europeo: la señora Merkel. A nosotros, los españoles, nos ha perjudicado seriamente en el comercio exterior con sus aranceles insolidarios y a algunos sectores muy específicos como el sector del aceite, vino, aceitunas, jamón…sufrieron serios quebrantos económicos. Las mascarillas y su uso, lo dejamos para otro momento. 

Si siempre en España se ha seguido con interés las elecciones americanas, más si cave este año, en el que todas las cadenas de radio y televisión han dedicado programas especiales al tema: conexiones en directo, entrevistas, tertulias…Daba la impresión que se celebraban aquí, y esto revela la madurez del pueblo español, que por muchos aguafiestas y manipuladores que surjan, sabe que en las elecciones americanas se juega mucho, y es que no está de más que reconocer que el capital americano invertido en España alcanza casi el 30% de nuestro PIB, que muchos problemas de Defensa que hemos tenido se han resuelto gracias al apoyo americano, recordemos el incidente del islote de Perejil o las ayudas recibidas en la lucha antiterrorista. Hace ya muchas décadas, el legendario general y presidente francés Charles de Gaulle decía que los franceses deberían poder votar en las elecciones americanas, y de manera parecida algunos de nuestros dirigentes con visión de Estado que una vez elegidos una de sus primeras visitas al exterior era EEUU. ¿Por qué? ¿Mera casualidad o sentido común y de Estado? Hasta el mismo Pablo Iglesias antes de ser vicepresidente estuvo allí. 

Le deseo lo mejor en su Presidencia y espero que su dilatada experiencia política, más de cincuenta años de ejercicio, contribuya a dos objetivos fundamentales y muy necesarios desde mi punto de vista: 1. Dignificar la política y que no produzca desafección de nuestros jóvenes, que son los más frágiles del sistema 2. Espero que los intereses de mi país queden a buen recaudo, pues creo que el diálogo con usted será más fluido. No hace mucho el Papa Francisco en su encíclica “Fratelli Tutti” nos decía que “dialogar” es :”Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto “. Por último, no merecería su atención y confianza si no le expusiera una preocupación que me dejan esas elecciones y que creo que usted, como político experto ya lo tendrá anotado, y es que su rival el Sr. Donald Trump y el partido republicano, que abandera, han logrado 72.200.000 votos. Cifra que obliga a pensar. No se les puede silenciar. Algo se habrá hecho mal en el pasado que ha generado esta polarización. Algo habrá que hacer para unir a la sociedad americana. A partir de enero usted será Presidente de todos, no solo de los suyos.

           ¡Enhorabuena , Joe! ¡Mucha suerte! ¡Que Dios le proteja! 

                          José Antonio Noval Cueto.



lunes, 9 de noviembre de 2020

“ A mi perro Pluto”




 Tengo que confesaros que nunca pensé dedicar unas palabras a mi perro Pluto, fallecido de manera imprevista hacia ya doce años, pero los acontecimientos vividos este último verano y unas disposiciones recientes del Ayuntamiento de Gijón me animan a ello, y es que además no sería el primero que lo hiciera, ya que plumas más ilustres que la mía les han hecho protagonistas de sus escritos, baste citar a Cervantes, Jack London, Antonio Gala…

 Mi perro Pluto , cocker spaniel inglés, color canela, llegó de manera ocasional y fortuita a mi casa, en forma de boleto de fiesta, en los inicios del verano de 2003 y tuvo como residencia la casa del pueblo, en Traspando. Allí vivió de manera confortable, silenciosa , feliz y con descendencia hasta que la mala suerte en forma de accidente hizo que el collar del cuello, una noche de mal sueño, le ocasionase la muerte, en el invierno del 2009, en el enorme recinto- antigua cuadra- , debajo de casa . donde dormía. Era siempre el primero que nos recibía y el último que nos despedía, y en sus ladridos mostraba la alegría de la llegada y la tristeza de la marcha. Sus recuerdos marcan positivamente la infancia de mis hijos. Ni que decir tiene que sentimos su muerte. Nunca otro perro ocupó su lugar. 

Hoy, pasados casi doce años, y para quienes somos de la generación del televisivo perro Rin-Tin-Tin, las cosas se han ido complicando más y es que el número de mascotas ha ido creciendo exponencialmente – por ejemplo Gijón tiene un censo de 34.745 perros-, pero no su responsabilidad, de modo que no siempre es fácil compatibilizar el bienestar humano y el animal, y han surgido conflictos que ha requerido la presencia policial, y creo que muchos dimanan de la negligencia en el cumplimiento de las obligaciones que tiene que asumir todo dueño responsable de las que hay dos básicas: recogida de excrementos y limpieza de orines, que por desgracia no siempre se cumplen y generan conflictos y perjuicios innecesarios, y basta para ello fijarse en las esquinas de algunas fachadas de edificios teñidas por la urea canina o en las deposiciones que uno se encuentra cuando menos lo piensa, y todo eso sin pensar en el trabajo añadido que tienen que realizar los servicios de limpieza.

 Este verano atípico, temeroso y triste - el verano del Covi- he sido testigo de dos hechos que avalan mi preocupación o deseo de compatibilizar el bienestar humano y animal. Uno, en un área recreativa, próxima a Gijón, presencie como una persona aparca su coche, baja sus dos enormes perros, los suelta por el área y a una persona que paseaba por la zona leyendo el periódico uno de los perros se le acerca, le olfatea y cuando menos lo espera le pone las patas sobre las perneras de sus limpios pantalones. Voces, llamadas al dueño y cuando éste llega con cara de susto, le pide un perdón rutinario, y cuando el afectado le recrimina por soltar los perros, responde que no hacen nada, que son perros. El siguiente episodio tuvo lugar en el campo San Francisco de Oviedo. Una joven lleva su perro atado, cruza la calle Santa Cruz y apenas meterse en el campo, le suelta y el perro olfatea y persigue a un paseante; afortunadamente en este caso, de ahí no paso. Yo me pregunto si hay una zona exclusiva para los perros, ¿por qué no esperó a llegar allí? Suele decirse que el nivel cultural de una nación se revela en el cuidado y trato que se tiene hacia los animales, pero esto no debe ser en detrimento del bienestar humano, auténtico dueño y protagonista de la Creación, pero desde la máxima responsabilidad y respeto, y a esto estamos llamados todos. Recientemente el Ayuntamiento de Gijón ha aprobado unas medidas que van en esa dirección. A modo de anécdota y como mero dato curioso las Ordenanzas de mi Ayuntamiento penalizan con trescientos euros a quien mee en la vía pública; a los perros, no y tiene su lógica, pero al menos que higienicen sus meadas.

 Estas son los ruegos que me envía Pluto un día como hoy. Nos necesitamos: ¡Ayudémonos!¡Hagamos posible el bienestar de todos!

                          
                                             José Antonio Noval Cueto



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lunes, 2 de noviembre de 2020

“La Política del dolor…”

 

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No digo nada nuevo si afirmo que los españoles no lo estamos pasando bien, que la incertidumbre y tensión se acrecienta día a día, que el futuro se ve de un gris tirando a negro, y con olor a ruina, miseria, desesperación. Y es que los vecinos de mi patria – palabra que resurge nuevamente gracias al Sr. Iglesias- , no las tenemos todas con nosotros. No damos crédito a lo que vemos y oímos, y es que cumplidores y leales con el orden constitucional que entre todos nos hemos dado , comprobamos con horror que nuestra voluntad expresada en el voto electoral con la ingenua intención – digo lo de ingenua con pesar- de que los políticos electos busquen y persigan el bien común y den solución a los problemas que nos ahogan y que básicamente se reducen a dos : lucha contra el covid-19 y trabajo (se documentan más de 1,5 millones de ni-nis”), no encuentra respuesta en los responsables políticos y la prueba más evidente de cuanto digo fue la fallida y vana moción de censura en un país con más de 60.000 fallecidos por la pandemia,   y que un acertado titular de prensa reflejaba así :”La clase política en su castillo hinchable de feria”. ¿Nos merecemos esto?

Hace ya un tiempo don José Ortega y Gasset dijo aquello de que “Quien no sabe de política es tonto, y quien todo lo politiza más tonto todavía”, y por desgracia en esa situación nos encontramos donde para hacer política se recurre a todo, hasta del dolor y basta para ello tirar de hemeroteca y leer los titulares de prensa desde marzo hasta la actualidad (“La OMS declara ya al coronavirus como pandemia y España prevé controlar la crisis de dos a cinco meses” – “La República de las ideas” ,11-3-2020// “Sánchez instaura el estado de alarma para frenar el coronavirus”-La Nueva España, 13-3-2020- ) . Que el año 2020 es bisiesto lo sabíamos todos, pero lo que nadie podía intuir era la pandemia que nos venía encima, y ante ella las autoridades científicas y políticas han ido arbitrando diferentes estrategias que, de momento, no han dado los frutos deseados, a la espera de la salvífica vacuna.

Ante situaciones casi límites como las que vivimos creo que lo acertado es no alarmar más de lo necesario, pero tampoco ocultar y negarnos la verdad, lo que pasa y puede pasar, y algo o mucho  de esto es lo que hemos percibido los ciudadanos a lo largo de estos meses, que no entendemos que cuando al Gobierno le interesa hay mando único y cuando no el interesa instala la “cogobernanza”, categoría de nueva aplicación,  cuando se repite nuevamente  el azote con gran intensidad. Los ciudadanos no entendemos que no  haya unidad política y de acción ante el bicho; menos que se quiera sacar rédito político con el virus, cuando el único rédito debe ser la salud y el bienestar de todos nosotros, seamos de la región que seamos; menos que el Presidente de todos los españoles en el Pleno que instaura un estado de alarma de seis meses no se digne asistir a su debate y se ausente hecha la presentación de la misma por el ministro de sanidad Sr. Illa , y menos aún que no tenga tiempo para visitar a afectados o arropar a las víctimas y sus familias. La política no es publicidad y menos cuando está en juego la vida y salud de muchos. Si en un tema de esta gravedad no hay sensibilidad humana y el necesario consenso, ¿en qué lo puede haber? ¿Nos merecemos esto?

Hace ya algún tiempo, un 13 de mayo de 1940, festividad de la Virgen de Fátima, Winston Churchill pronunció su primer discurso como Primer Ministro ante la Cámara de los Lores y en un momento crucial para el futuro de Europa dijo a los  presentes: “…Yo diría a la Cámara, como dije a todos los que se han incorporado a este Gobierno: ”No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”,

A la vista de lo dicho yo me pregunto ¿Qué político español tiene hoy la autoridad moral para pedirnos a los españoles “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”…?

 

                                               José Antonio Noval Cueto.