sábado, 26 de septiembre de 2015

“Las democracias pueden morir de aburrimiento”

Esta opinión aireada por F.Umbral  a principios de los 90, se carga más de contenido en la actualidad si le sumamos el término “dejación”, y sirve bien para enjuiciar y radiografiar la actualidad española, polarizada desde hace quince años o más con la llamada “pasión de catalanes”, permitida y auspiciada por las llamadas élites de los partidos de la casta o de la estabilidad (PP,PSOE,IU)  o para ser más precisos, por los sujetos a nómina de los respectivos partidos, los que dicen “sí” a todos, aunque esté en peligro el bien general y se atente contra el más elemental sentido común.

Se ha dicho que la II Guerra Mundial evidenció el fracaso del régimen parlamentario y generó el enfrentamiento entre el  fascio y el comunismo. Semejante situación se va repitiendo e incrementando en el sistema político español elección tras  elección por muchas campañas de miedo y por muchas opiniones y deseos que hagan  los líderes extranjeros. Ya no importa el nivel de participación del  electorado, lo importante es triunfar aunque sólo vote el 20% de los votantes.

Dicen que el gran enemigo del amor es la rutina, la monotonía y otro tanto se puede decir de una Democracia donde las leyes no sólo no se cumplen, sino que por motivos que uno desconoce, no se elaboran ni promulgan. ¿Causas?  Dicen que la Democracia es o deber ser el imperio de la Ley, pero si éstas no existen, nos quedamos en un mero rito de votación que hace que las cosas sigan como están y basta para ello recordar los vacíos legales que últimamente se han dado en la vida española en temas de terrorismo, fraude fiscal, indultos, desahucios, abdicación del Rey o más recientemente el reforzamiento in extremis  para que las sentencias del Tribunal Constitucional sean de obligado cumplimiento, después del impune Referéndum catalán de noviembre de 2014 y si esto no fuera suficiente, tenemos que recordar que los procesos o macrocausas judiciales se eternizan o las dejan prescribir como el horroroso caso de la “talidomina”  o se alegan defectos de forma para paralizar expedientes de lo más dudosos  y esto sin entrar en sentencias judiciales que producen sonroja y no se ajustan al elemental sentido común, de ahí que alguna oportunista ya habla de reinventar la justicia  para que sea útil.

Este sacrificado pueblo español sólo pide que se le escuche, que pueda exponer sus necesidades y que cuando existan quebrantos serios se le den explicaciones, y un día sí y otro también observa que se le ningunea información, se le engaña, y  que en los temas de más importancia no siempre hay luz y taquígrafo. Se dan los  comunicados en el extranjero y en las ruedas de prensa o no se admiten preguntas o sólo se permite alguna que otra de algún periodista afín…Al español de a pie sólo se le tiene en cuenta a la hora de pedirle el voto y una vez depositado se le olvida, se le secuestra. ¡Hasta las próximas elecciones! Después de haber engañado con cheques bebés, ventajas fiscales o senados en Barcelona.

¿Alguien puede entender que después  de airear el movimiento 11M la necesidad de una nueva ley electoral con listas abiertas ésta siga sin hacerse y lo que es más grave que hasta Podemos la haya silenciado? Y esto no es nada nuevo, ya Fraga en su día tuvo que ceder la Xunta de Galicia por los pactos contra-natura  que tanto desencantan al ciudadano y que falsean la voluntad popular expresada en las urnas, aunque sea legal, pero no moral, y esto mismo se ha padecido en Siero, donde quizás hemos tenido el primer tripartito de la historia reciente de España, allá por el año 1999…

España y los españoles necesitamos alguien de quién fiarnos, que nos trasmita la  ilusión y el orgullo de ser españoles- más aún cuando debemos más de 3,3 billones de euros- , que nos invite a un proyecto común que es hacer de nuestra tierra, de nuestra Patria, una gran nación, un gran país, pero uno, viendo lo que ve,  tiene el temor del gran  Quevedo cuando decía que “donde no hay justicia es un peligro tener razón”. En las pasadas elecciones griegas un periodista pregunta a un vecino cuál era su criterio a la hora de votar, y este hombre muy juicioso dijo:

-         Votaré al menos inútil y al que menos daño cause a mi país.

Visto lo visto y lo publicado, consideró que puede ser un criterio a seguir en esta época de incertidumbre, mentiras y angustias que vivimos, donde por prohibir se ha llegado a prohibir que la Guardia Real desfile por las calles de Oviedo.


                                    José Antonio Noval Cueto.

sábado, 19 de septiembre de 2015


"Empieza el curso"

 Publicado en "La Nueva España" (29 de setiembre 2015)


Así como para el campesino el año natural termina con la recogida de sus cosechas, para profesores y alumnos el año natural empieza en setiembre, con las paradas de todos conocidas y con las tarifas de libros que alarman al veraneante descuidado. Todos están  inquietos y expectantes. Los alumnos aún  no se lo creen. Se acabó el verano. No quieren quitarse las bermudas y eso que las sombrillas, hamacas, chanclas y paelleras duermen ya en el trastero... Llegan las obligaciones : clases, exámenes , notas, y entre fracaso y éxito toca hacer camino. Los profesores oxigenados y conocedores del paño, programan sus clases, sus objetivos y esperan provocar esa curiosidad que facilite el   aprendizaje y evite la distracción, las ausencias, la inapetencia y el traumático suspenso, algo en extinción desde la Transición política. Los padres ilusionados, optimistas. Confían en sus hijos. Les animan. Saben que son los mejores y esperan que este curso tengan la oportunidad de demostrarlo y que en vez de sacar cincos, con alguna que otra recuperación, obtenga nueves o dieces, y en medio de este panorama, la sociedad,  todos nosotros, que con nuestro ritmo habitual premiamos o castigamos según las circunstancias y como no,  los medios de comunicación, que como oráculos del futuro nos recuerdan la importancia que tiene una buena educación en el progreso de los pueblos  y en la mejora personal y así estos días iniciales de setiembre nos hablan de inteligencia emocional y social, de la importancia de la creatividad , de la economía del conocimiento en un país como el nuestro no muy dotado de materias primas… y en medio de todo este barullo no faltan los políticos juiciosos que demandan un pacto de estado educativo que evite las guerras innecesarias que se atisban por el horizonte.

Hace un tiempo, en plena  dialéctica  entre marxistas y cristianos, sucedió el siguiente episodio que resumo.

Un marxista le preguntó a un cristiano:

-¿Cómo usted  puede creer en algo no demostrable como es  la existencia del cielo?

Y el cristiano le respondió:

- Si para usted es imposible creer en el cielo, para mí lo es más  aún creer en una sociedad sin clases, entre iguales, ya que como usted y yo sabemos  la inteligencia de todos no es la misma.

Esta anécdota no vendría a mi  cabeza si recientemente no hubiera leído  un ensayo de Thomas Piketty,  economista solvente y  muy mediático , que al analizar las causas de las desigualdades económicas que se dan en la actualidad y la solución a las mismas, reconoce que uno de los motivos que origina más desigualdades en la actualidad  viene generado por el capital humano, concepto que designa la  inteligencia y cultura de cada persona, y estas diferencias no son tan fáciles  de amortiguar o  equilibrar, pues dependen de la inteligencia de cada persona, de la familia en que uno nace y crece y del entorno social que rodea al niño, ya amigos, vecinos, compañeros de clase… Dicho esto ¿Deben los padres preocuparse del “capital humano” de sus hijos? ¿Sorprende  que busquen la máxima calidad y  elijan la educación que quieren? ¿Tendrá la misma sensibilidad para el estudio un niño que vive en un ambiente cultural, rodeado de personas cultas, libros, tertulias, conferencias, cine, museos …que otro que no tiene luz para hacer los deberes?

No está de más recordar que el futuro de cada uno dependió, depende y dependerá del nivel de responsabilidad y entrega de nuestros padres, de su cultura, de su generosidad, del tiempo y motivación que transmitan. Hace unos años al visitar las chabolas de la Sierra de Granda pude compartir la alegría de un padre que me dijo satisfecho que su hija empezaba el 1º curso de bachillerato.  ¡Eso sí que era motivación!

Que la inteligencia no es uniforme y que genera diferencias lo sabemos todos, pero viene bien recordarlo, pues pocos intelectuales tienen el valor de decirlo y analizarlo.

 Para concluir este escrito voy a permitirme trasladaros dos recomendaciones de Gregorio Luri  que considero muy juiciosas:

a/ No hay alternativa pedagógica a los codos, o dicho de modo campesino si no se planta la viña y se cuida no se cogen uvas
b/ Todo niño tiene derecho a tener unos padres tranquilos e imperfectos.

                                       ¡Que la navegación sea favorable!



                                José Antonio Noval Cueto.

sábado, 12 de septiembre de 2015

“Los árboles mueren de pie”




Si la Literatura es vida, pálpito y preocupación del ser humano, y el escritor  notario de su tiempo y hacedor de fantasías, no tiene que sorprendernos que en este mundo panteísta y cosificado, donde las mascotas –perros, gatos, tortugas, lagartos…-, osos , urogallos, lobos y jabalíes llenan las portadas de nuestros periódicos, uno se permita, con vuestro permiso a hablar del roble y todo ello , como siempre, fruto de la casualidad, y es que el pasado miércoles, deambulando por la parroquia gijonesa de Lavandera me topé con un viejo roble, con tronco voluminoso, excesiva altura, pero con amenaza de ruina, pues a la altura de su cuello presentaba cierta carcoma, putrefacción o como se le quiera llamar. ¿Edad? Supongo que centenaria y como tal testigo de muchas grandezas y miserias, de guerras y alegrías, de proezas y vilezas. ¡Cuánto nos diría si pudiera hablar! ¡En qué quedan muchas veces las vanidades y ambiciones humanas!

No hace mucho un familiar muy próximo, de cierta edad, me decía:

-Mira, José, ese roble que está cerca de la huerta, ya existía cuando yo era “guaje”. Ha sido testigo del acontecer diario de varias generaciones de mi familia y si no hay ningún cataclismo lo  será de las venideras.

La naturaleza es una fuente de datos inagotable y también de reflexión, y debe ser desilusionante para el hombre del motor, móvil y fútbol, reconocer que un árbol, un simple árbol va a durar más años que él, a pesar de los avances científicos de los últimos tiempos - se dice que un roble suele vivir unos doscientos años e incluso ser milenarios, como el Guernica. El Carbayón de Oviedo , talado un 2 de octubre de 1879, tenía seiscientos años de vida - .

 No hay peor ciego que el que no quiere ver, y digo todo esto, porque a pesar del margen de vida que tenemos o nos queda, uno no entiende ni justifica tanta maldad y violencia como se respira a diario y menos tanta ambición o locura y todo, se supone, en aras de un bienestar, de un éxito, de una fama, y la culpa quizá sea que no conocemos las reglas del juego. Debe ser descorazonador para el hombre voraz, depredador, reconocer que un árbol, un simple árbol –ese roble cercano- va a ser testigo de su vida y de su muerte, y es que el árbol conoce sus limitaciones, sus medidas, sus posibilidades, y el hombre, más anuncio y más consumo, no siempre conoce sus limitaciones, su altura, ha olvidado las reglas del juego y de todo hace problema, por molestar le molesta el mugido de una vaca, el “gua.gua” del perro ajeno…

En Siero tenemos árboles que marcan épocas, que invitan a la tranquilidad, cobijo, asiento, reposo y conversación en todas sus parroquias, ya sea el texu de Ceñal, el joven y bello roble de La Fresneda, sita enfrente del Centro de Salud , o el del Rebollal,  junto a la Piscina Municipal, recientemente talado, que obligó al gobierno de entonces a modificar el proyecto de acondicionamiento de la carretera As-331 de Siero - Alto de Fumarea-Vega de Sariego  para protegerle. Hoy, desgraciadamente después de casi veinte años de respiración asistida, en previsión de otros males, ha pasado a mejor vida.

El roble, robur en latín, sinónimo de fortaleza, ya física, ya moral,  cumple su destino: protege, refresca, cobija, alerta y cuando el destino  amenaza ruina se desgaja, cae, rueda, pero sin protestar y orgulloso de sus muchos años y de sus muchas tormentas. Supongo que no tardando mucho nos contará  sus vivencias. El hombre con menos años, menos vida, quiere tocar las estrellas, tener éxito, pero se olvida de las reglas del juego, y es que sin conciencia, sin moral , el terreno es impracticable, impera la ley de la selva.

Hace unos días un niño sirio antes de morir nos dio el siguiente aviso: ”Cuando muera lo contaré todo a Dios”


                                           José Antonio Noval Cueto

sábado, 5 de septiembre de 2015

“Sentí  dolor y tristeza…”

En plena cultura de la imagen y cuando el exceso y consumo de las mismas parecía que nos había vuelto inodoros, insípidos , insensibles y rocosos, y cuando creíamos que nada iba a conmover nuestro corazón, el telediario de las 21 h, del  2 de setiembre consiguió lo imposible, que reaccionáramos, que nos diéramos cuenta que esto no podía seguir así, que tenemos algún grado de responsabilidad en lo que ocurre en nuestro mundo, que no sirven  disculpas genéricas, por mucho fanatismo y nacionalismo que exista. Uno no puede renunciar a su condición de humano, de hijo de un  Dios que no distingue razas, estirpes, bellezas, inteligencias, dineros y  que rige la Tierra con justicia y verdad.

Y ahora que se acaba el verano y que España ha recibido en lo que va de año  más de 37 millones de turistas extranjeros que buscan sol, playa, descanso y comida, es de justica acordarse del VIAJE sin rumbo que hacen miles de refugiados que abandonan lo que más quieren:  su casa, su familia, sus amigos… en busca de un horizonte tranquilo, seguro, que les libre del miedo y les aleje de la muerte,  y más cuando ven  las risas apagadas y las tristes e inseguras miradas de sus hijos que les preguntan: Papá, ¿hasta cuándo?

No sé por qué, los destinos de Europa y de España, parece que se deciden en verano. Quizás el exceso de calor, de luz, de ocio  o la relajación de costumbres  puedan explicar el tema, pero no viene mal recordar que nuestra guerra incivil – uno de mis mejores alumnos siempre la escribía con minúscula, ya le quedaba muy lejos- empezó en julio, un 18, como también empezó en julio, un 28, la Primera Guerra Mundial, y la Segunda,  el 1 de setiembre de 1939, apenas acabada la nuestra, y que la primera bomba atómica se arrojó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945…El pasado 2 de setiembre , después de haber escuchado las canciones infantiles de mi nieto que hablan que” la Vaca Lola tiene cabeza y tiene cola” o de  que “Yo tengo un caballo verde que hace piruetas “…me senté a ver el telediario de las 21 horas, y me encontré con la imagen desoladora de Aylan Kurdi, niño sirio, de tres años, que ahogado cuando se dirigían hacia la isla de Kox, aparece en la playa de Bodrún, donde las olas suaves le mecen mientras duerme el sueño eterno, en posición boca abajo con su camiseta roja y pantalón azul marino y con los playeros de verano protegiendo sus tiernos piececitos. 

Si todos , o al menos eso pienso, desde nuestro plácido sillón, sentimos que nuestras vísceras se alteraban y nuestra  mente decía que esto no podía  permitirse, que  no podemos seguir en esta indefinición, que  algo tenemos que hacer,  que podemos y debemos mitigar tanto dolor –también nosotros  en otro tiempo hemos sido refugiados-. En la imagen de ese niño he visto a todos los niños del mundo, incluido mi propio nieto – recinto de  inocencia, alegría y gozo- y me pregunto qué necesita Europa para ser más generosa y humana, y la respuesta me la da el propio Pinocho cuando dice que el cirujano le puso un corazón de fantasía y despertó, sonriendo - tengo la certeza  que sin  novelas de caballería no hubieran existido exploradores que fueran a América- , y es que sin imaginación, fantasía,  utopía no se hace el camino y menos se justifica una vida, ya que el mero consumo no llena, no mueve, ni conmueve, sino que desespera y más ante situaciones como las que vivimos.

Espero que el viejo continente, Europa, esté a la altura de las circunstancias y que las partidas económicas de emergencia y apoyo humano no falten. Nunca es tarde para darnos cuenta de lo insignificantes que somos. No nos centremos demasiado en nosotros mismos, no compensa, pues sería traicionar  nuestra conciencia y renunciar a vivir, a ser humanos.

P.D Las palabras que titulan este artículo fueron pronunciadas por la fotógrafa Nilüfer Domir que captó la escena.


                                   José Antonio Noval Cueto