jueves, 23 de abril de 2020

“El Quijote, confinado”



Siempre que llega el 23 de abril asumo la obligación de escribir unas letras y eso que escribir siempre cuesta -un folio en blanco siempre genera nerviosismo por aquello del qué diré y cómo -, pero tal día como hoy, no sé si por la costumbre o por el respeto, esta obligación o deber impregnada de gratitud y asombro se hace más fácil. La pluma llena  de imaginación y lecturas escribe sola,  y es que uno ha llegado a la conclusión de que como mejor se glosa y alaba a Cervantes, en su día, cuando se cumplen cuatrocientos cuatro años de su fallecimiento, es leyendo y escribiendo, pues se trata nada más y nada menos que evocar, recordar y afianzar la obra del mejor escritor de habla hispana y uno de los mejores sino el mejor del universo, y es que no se puede hablar de literatura y novela sin hablar de él, pero este 23 de abril del bisiesto 2020 tiene unas características muy peculiares y preocupantes. El libro no está en la calle, no se vende, ni tenderetes en las calles,  y éstas casi vacías, sin ruidos, silenciosas, con  poca o ninguna actividad. Sólo abren los servicios esenciales: alimentación, farmacia, banca, tabaco y prensa. Mi ciudad, el lugar donde vivo, Pola de Siero, en estos momentos  parece una ciudad fantasma, de vez en cuando veo una mujer con su carrito de la compra, un vecino que pasea a su perro o el coche de la policía que deambula por las calles. Y todo ello por culpa de un virus, invisible y devastador que siembra muerte y desolación, y que responde al sonoro nombre de “coronavirus”. Nuestra única e incierta solución es quedarse en casa, confinarse.

La situación es de extrema gravedad, pues lo números lo dicen todo- 223 fallecidos en Asturias, 22.157 en España-, por muchos emplastes o componendas que nos pongan y vendan, pero aun así, tal día como hoy, quien les escribe no puede dejar de evocar a Cervantes y pedirle que su don Alonso Quijano tenga a bien escribirnos unas letras que nos consuelen, que nos amparen, que  aunque  impera ese dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”, soy de los que cree que las cosas del alma, del espíritu  como mejor se exponen y explican es con palabras, ya que la  lengua es sangre del espíritu. Y he aquí el mérito de Cervantes, que su mensaje es universal, de siempre, vale para todos y es una buena terapia para los tiempos que vivimos.

Hoy, como viene siendo habitual en mí, antes de escribir tome mi dosis de lectura y con más razón de  Cervantes, que ha tenido a bien dejar que Alonso Quijano nos dé algunos consejos extraídos de sus vivencias, concretamente de los capítulos XXII y XXIII de la Segunda Parte de El Quijote, cuando éste (Alonso Quijano) después de las fraudulentas bodas de Camacho, pide a los triunfantes enamorados Basilio y Quiteria una guía que le permita llegar a la Cueva de Montesinos y conocer las lagunas de Ruidera, de lo que se encargara un estudiante humanista, que durante el trayecto se hace las siguientes preguntas:¿ Quién fue el primero que tuvo catarro en el mundo?¿Quién fue el primero que tomó las unciones para curarse del morbo gaélico?¿Quién fue el primero que se rascó en la cabeza?...y que me dan pie a su vez para preguntarme: ¿Cuándo volveremos a la normalidad? ¿Cuándo aparecerá la primera vacuna contra el “coronavirus”? ¿Cómo un murciélago puede hacer tanto daño? Y otras muchas que cada uno quiera hacerse, pero lo cierto es que “pasado aquel día en pláticas, a la noche se albergaron en una pequeña aldea a no más de dos leguas de la cueva de Montesinos” , a donde llegaron otro día a las dos de la tarde, después de comprarse cien brazas de soga…” En todo este tiempo don Alonso Quijano nos recordó que el mozo que busque esposa “mire más la fama que la hacienda”, y que  “el mayor contrario que el amor tiene es el hambre y la continua necesidad”.

Ya en la cueva, “de boca espaciosa y ancha; pero llena de cambroneras y cabrahígos, de zarzas y malezas…” Don Quijote se ciñe los arneses de la época y bien cinchado , después de invocar a su  Dulcinea, “se acercó a la cima …y viendo que no salían más cuervos ni otras aves nocturnas, como fueron murciélagos, que asimismo entre los cuervos salieron, dándole soga el primo y Sancho, se dejó caer al fondo de la caverna espantosa…”

El confinamiento de Don Quijote duró poco más de una hora y una vez en superficie contó  que durante el mismo  tuvo un sueño profundísimo, del que despertó en la “mitad del más bello, ameno y deleitoso prado que puede crear la Naturaleza, ni imaginar la más discreta imaginación…ofrecióseme luego a la vista un real y suntuoso palacio, cuyos muros y paredes parecían de transparente cristal…” donde se encontró con el mismo Montesinos y a quién preguntó por Durandarte y la señora Belerma, su escudero Guadiana, la dueña Ruidera y sus siete hijas , todos ellos encantados por el sabio Merlín…y hasta con la misma Dulcinea revestida de necesidad, de ayuda…Sorprende que en tan poco tiempo tuviera capacidad para tanto sueño e incluso para recordarle a Sancho y a nosotros que “estamos todos obligados a tener respeto a los ancianos, aunque no sean caballeros…y que “la necesidad- según Montesinos- adondequiera se usa, y por todo se extiende, y a todos alcanza, y aun a los encantadores no perdona”…

Nosotros llevamos cuarenta y un días confinados. Estamos tensos, apáticos y casi desesperados. Tenemos necesidad de cura en su sentido más amplio y esperamos que la imaginación y el trabajo de la Ciencia descubra el bálsamo de Fierabrás, que buena falta nos hace, y ya por último , exigimos que no se conculque nunca la dignidad de los mayores -15323 fallecidos en nuestras residencias por Covid-19-  y que la bandera de la libertad impere en todos los corazones, pues como muy bien dijo Cervantes “es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos…por la libertad así como por la honra se puede y se debe aventurar la vida”. 
Una vez más he cumplido con mi obligación y Cervantes es  noticia un 23 de abril de 2020, por mucha pandemia que azote.¡Muchas gracias, Don Miguel!

                                 José Antonio Noval Cueto.

P.D Ruego encarecidamente que la libertad de expresión se ajuste a la verdad y no al servicio de intereses espúreos .

                                     

miércoles, 15 de abril de 2020

“ Señor, échanos una gavita…”


Desde que el Gobierno de España declarase el pasado 14 de marzo el Estado de Alarma, - España  alcanzaba la cifra de 195 fallecidos; hoy, desgraciadamente, en el momento que escribo estas letras, son 18.579 víctimas- todos intuíamos que la celebración de los “Huevos Pintos” del 2020 corría peligro, así ha sido, nadie lo cuestiona, pues lo números hablan por sí solos.

Estamos en una situación muy delicada, propia de conflicto bélico, con partes diarios de altas y bajas, de contagiados, curados y víctimas, y creo que en momentos así hemos de intentar conciliar, casar dos posturas. Primero reconocer y compartir  el dolor de las  víctimas, afectados y sus familias, que nos vean próximos, cercanos, sabiendo que uno de nosotros puede ser el próximo, y en segundo lugar, no desesperarse, pues en estas trágicas circunstancias el ánimo, la paciencia y la moral de victoria son las armas fundamentales para doblegar al virus e evitar que campe a sus anchas.  Y con esta filosofía  salimos puntualmente todos los días a las 20:00 horas para agradecer con nuestros aplausos la entrega  de todos esos colectivos que con peligro de su vida, hacen lo posible e imposible para combatir la pandemia .

Y con estas llegaron los Huevos Pintos , la fiesta más protocolaria e institucional de Siero, que desde las primeras horas de la mañana reúne multitud de vecinos y visitantes de concejos próximos y donde es frecuente encontrarse con amigos y familiares emigrados a otras tierras, que ese día, hacen lo posible y lo imposible para estar aquí, y motivos hay para ello, y es que un día soleado de Huevos Pintos no se olvida, marca, deja huella, sidra , alegría, palabra. Pero dejémonos de recuerdos, hay que encarar la realidad,  y es que “Esti martes nun tien nada de normal, no hay fiesta en la calle…”  

Y a esa anormalidad, a pesar de las limitaciones, se enfrentó Ayuntamiento, Sociedad de Festejos, Parroquia de San Pedro, calles y vecinos. Algo se ha hecho y de ello quiero dejar constancia, con la salvedad que mi experiencia viene condicionada, como no podía ser de otra manera, por mi lugar de residencia, Plaza Don Pelayo, esquina Fausto Vigil.  Fachadas con las banderas de España, de Asturias, globos, carteles. A la hora de costumbre sonó la gaita y poco después llegaban los sones del Himno de Asturias, que si siempre emociona, más en esta ocasión donde imágenes y palabras se tiñen de dolor y de orgullo, y es que ser asturiano y ejercerlo no es cualquier cosa. Poco después se iniciaba propiamente la Bendición de los Huevos Pintos que se trasmitiría por internet desde la sala de juntas anexa al Salón de Plenos, donde,  con una decoración austera, unas muestras de “Huevos Pintos” encima de la larga mesa,   se hallaban el Alcalde de Siero, don Ángel  García,el presidente de la Sociedad de Festejos, don Jenaro Soto y párroco de Pola de Siero, don Juan Hevia Fisas, que vestido para la ocasión , como mandan los cánones, de cleriman, guantes blancos contra el contagio  y con los folios en la mano empezó a leernos una Bendición muy especial , de las que marcarán época, apropiada para la situación, que ha hecho las delicias de todos, y es que ha tenido el acierto de trasladar en sus palabras lo que pensamos la mayoría de nosotros.  Nos pide vocación de entrega, apertura de mente, menos intolerancia, menos parapetos. Todos necesitamos de todos, hasta de quien menos pensamos, y más en estos tiempos aciagos que vivimos y los que vendrán, que requerirán el esfuerzo y la colaboración de todos. Esta crisis imprevista y devastadora nos ha bajado del guindo  y nos ha hecho ver la cruda realidad de lo que somos, poquita cosa, pero aun así démosle sentido, mantengamos la esperanza y defendamos el bien común, el bien de todos, expresión muy repetida por el párroco. Estemos disponibles y preguntemos a Dios  “Qué quies que faiga”…Concluye su intervención recordando a otro sacerdote, paisano suyo, don Carlos Sánchez Martino, que buena y santa huella dejó en Pola, al citar sus palabras de : “Dios quier que disfrutemos de les cosas que nos dío…Que todo cuanto hay en el mundo ye pa disfrute del hombre, empezando por les “pites”…¡Muchas gracias, don Juan!

Concluida la Bendición y después de un tiempo de descanso, hacia las 13 horas, teníamos sesión vermú en la calle Fausto Vigil y como siempre Picachón haciendo las delicias de todos e intentando con su música avivar ánimos, y que un día tan señalado no quede vacío, sin contenido, y para ello canciones muy nuestras, muy asturianas, como : “ La Romería”(Victor Manuel)  “¡Qué tien esta sidrina que sabe tan bien”, “Una vez dixisti que sí…”, “Sal a bailar buena moza”, “Villaviciosa, hermosa”"El Himno del Carmín de la Pola" (Alfonso Sánchez y Manuel Noval) “La Santina” (Sergio Agüero), “ Tierra de nadie”(José Ángel Hevía) e Himno de Asturias nuevamente para terminar la sesión. Mientras oíamos la música , las ventanas se poblaban y se despoblaban de copas, cervezas, aceitunas, saludos , sonrisas y atuendos apropiados para la ocasión- alguna lucía su  traje de asturiana- . Después de casi una hora de música, hacia las 14 horas,  concluye el concierto escuchando y cantando el Asturias patria querida, mientras los rayos de sol alegran y embellecen el día.¡ Muchas gracias, Pica, no hay palabras que agradezcan lo que haces!. 

Nos vemos nuevamente a las 20:00 h con el “Resistiré” del Dúo Dinámico. La cocina huele a “fabes con chorizo, tocín y morcilla”. ¡Es día de fiesta!¡Huevos Pintos 2020: Señor, échanos una gavita...!

                                                 José Antonio Noval Cueto.

sábado, 11 de abril de 2020

¿Por qué tenéis miedo?




Después de casi un mes confinados, después que tengamos más de 128 víctimas en Asturias, 16.353 en España y más de 100.000 en el mundo es lógico suponer que todos estemos preocupados, y eso que nos estamos protegiendo y cumpliendo las normas que los expertos científicos nos trasladan, pero ni aun así desaparece nuestra preocupación, ya que los efectos devastadores persisten , continúan y la única pequeña y tímida luz viene desde Wuhan (China) ,nos queda muy lejos y no de damos toda la credibilidad que quisiéramos.

El pasado día 27 de marzo, viernes, antes del Domingo de Ramos y del inicio de la Semana Santa, Su Santidad, con esa sensibilidad humana que le caracteriza tuvo el coraje de convocar a los medios de comunicación y a solas, desde el atrio de la Basílica de San Pedro del Vaticano, en un día desapacible y lluvioso, acompañado por el Cristo de San Marcelo y de la Patrona de Roma ,la Virgen Salus Populi Romani , nos dio la Bendición “Urbi et Orbi” especial por la pandemia del “coronavirus”, que ,en el fondo,  es su respuesta a la pregunta que da título a este escrito, y que me obliga a escribir estas letras que constatan la importancia de un mensaje que no quiero que se pierda, que se desaproveche, aun sabiendo que lo que escribo quizás no constate la totalidad de su contenido, pero sí , su esencia, que como nardo puro espero que nos impregne a todos.

Su Santidad, como no podía ser de otra manera, acude a la Palabra de Dios, a las Sagradas Escrituras, concretamente al Evangelio de San Marcos 4, 35 para fundamentar su argumento, donde se narra la inquietud y desesperación de los discípulos del Señor ante una imprevista e indómita tormenta en un atardecer de pesca y reconoce que también a nosotros hoy,  nos azota una imprevista tormenta que en palabras suyas dice:   “Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas…”.

En este mensaje para todo el Planeta  se hace la pregunta título de este escrito cinco veces y la acompaña otra  yuxtapuesta de “¿Aún no tenéis fe?”. Cada vez que formula  la pregunta,  hace una pequeña y fundada reflexión que poco a poco prepara la respuesta definitiva. Reconoce y reconocemos que  la tempestad ha puesto al descubierto nuestra vulnerabilidad, nuestras falsas y superfluas seguridades; que  nos hemos dejado llevar por la codicia, por lo material, por las prisas, “pensando en mantenernos sanos en un mundo enfermo”; que debemos elegir entre lo verdaderamente importante y lo que pasa; que  el sufrimiento mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos…” Y a  partir de la segunda pregunta y  las oportunas reflexiones hila una respuesta que comienza con la petición de :”Despierta, Señor”, y nos recuerda que el comienzo de la fe es reconocer que necesitamos salvación , lo que hoy nadie cuestiona; que solos nos hundimos, que necesitamos al Señor, que tenemos que invitar a Jesús a subir al barco de nuestra vida, que con Él a bordo, no se naufraga…, que en Él tenemos un ancla, un timón, una esperanza…

Esperanza que hoy cobra más fuerza, sábado santo, pues como bien dice su Santidad “En la cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza”. Al formular por última vez la pregunta título, Su santidad le pide al Señor que “no nos abandones a merced de la tormenta”, que nosotros, junto con Pedro “descargamos en ti todo nuestro agobio, porque tú nos cuidas…”

No se pueden decir las cosas de manera más clara, sencilla. Las palabras del Papa Francisco no me han dejado indiferente y me han llevado a escribir estas líneas con la única intención de que sean útiles y que su  mensaje perdure y haga bien. ¡Muchas gracias, Santidad!

Tenemos la solución al alcance de la mano. De nosotros depende que la sal no se vuelva sosa. ¡Un saludo!

                                José Antonio Noval Cueto.

jueves, 9 de abril de 2020

“Resistir: No queda otra…”



No he podido asistir a la presentación del libro “Manual de Resistencia” en el Hotel Intercontinental de Madrid, el pasado 21 de febrero de 2019, casi en precampaña electoral de las Elecciones Generales de 28 de abril, y quizás por ello me falto motivación para leerlo y menos comprarlo, ya que últimamente cuido mucho la compra de libros, después de haber padecido algunos timos literarios. En este caso, no puedo negarlo, no me pareció muy pertinente que un político en ejercicio- presidente en funciones-  hiciera autobombo de sí mismo. Las circunstancias actuales, por eso del ‘resistir’ del Dúo Dinámico,  me recuerdan el hecho y  las letras se tiñen de sangre al saber que en el día de hoy,  el número de fallecidos por Covid-19 o “coronavirus” alcanza  ya la trágica y tenebrosa  cifra de 85.374 personas en todo el Planeta; en España, 14.555,  y en Asturias, 110. Espero y deseo que ese “alcance” se termine cuanto antes.

No dudo que este año, la palabra o palabras del año 2020, por desgracia,  será “resistir” u otras  de su misma raíz  como “resistiré, resistencia, resistidor/a…”. Término que viene del latín “resistire” y que en el Diccionario de la Lengua Española presenta cinco acepciones, de las cuales sólo dos sirven para acoplarse a esta situación de incertidumbre y desesperanza en que vivimos. La primera cuando dice que ‘resistir’ es oponerse un cuerpo o una fuerza a la acción o violencia de la otra, etapa en la que estamos y donde nuestra heroica avanzadilla de sanitarios, farmacias,  fuerzas de seguridad,  transportistas, dependientas, servicios de limpieza… que a pesar de los riesgos y entrega que asumen,  a pesar de las victorias parciales que logran en cada uno de los curados,  aún no han logrado la victoria total o erradicación del adversario, y es que la vacuna o solución al problema aún no se ha encontrado. La otra acepción ,la tercera ,es la de “tolerar, aguantar o sufrir”,  en esa situación estamos todos -  unos con más implicación que otros - , y creo que la conducta y comportamiento de la mayoría de las personas es responsable y elogiable, pues  es fácil que  salten las teclas según pasan los días y las defunciones no remiten.

Llegados a este punto quien más y quien menos sabe que nos encontramos en momentos difíciles, traumáticos, donde toca aunar esfuerzos y unirse para combatir esta pandemia sanitaria que nos azota y la  económica que viene, y no debe ser muy tranquilizador tener la nevera vacía. Habrá un antes y un después del “coronavirus” y es llegado a este punto cuando los españoles hacemos valer nuestra dignidad y derechos y ya no sólo suplicamos, sino que exigimos que se nos diga la verdad , ya que solo ella nos hace libres y responsables de nuestros actos. Y a tenor de lo que se publica y se va diciendo da la impresión que no importa, que no cotiza, que una mentira más no hace daño, y esto es lo que desespera, que se nos vea más como futuro votante, como inmaduro receptor de publicidad, que como ciudadano de pleno derecho.

No se sostiene que casi un mes después de declarado el estado de alarma, después de innumerables , agotadoras y , a veces, vanas contradictorias ruedas de prensa controladas,  una de las  medidas   que los expertos piden como que se hagan los “tests” necesarios para conocer los alcances verdaderos de la epidemia, sigan sin hacerse , ya porque no los haya o bien, no quiero ni pensarlo, porque no se quieren hacer, ya que así no se pueden computar posibles fallecidos, sirva como ejemplo este titular de prensa: “ Solo 781 de los 4.750 muertos en residencias de Madrid fueron diagnosticados” .

El pueblo español está unido, incluso sale a los balcones y canta desde el dolor para insuflarse ánimo, sabe que le esperan tiempos difíciles y está dispuesto a asumirlo, pero exige una premisa básica: la verdad y es que solo la verdad garantiza la  justicia, la solidaridad y la igualdad de todos y para todos.  La política no es para adolescentes, sino para gente responsable y madura, que sabe que cada decisión que toma puede mitigar o aumentar un problema,  para gentes que piensen más en la solución de  las necesidades diarias que en las ensoñaciones del pasado, para personas preocupadas más de la convivencia y futuro de sus vecinos que de la confrontación y división, para personas, en definitiva, que hacen de su vida una defensa y alegato de la verdad, no de mi coyuntura ideológica.

Hace unos días me encontré con este titular de prensa  que puede marcar la ruta o el camino a seguir y tiene como protagonista a la ministra de Defensa, doña Margarita Robles cuando dice: “Con miles de muertos en España, ¿alguien piensa que la legislatura va a ser igual?...”. La Política es algo más que publicidad.

                                             José Antonio Noval Cueto.





miércoles, 1 de abril de 2020

“En casa no hay quien pueda con la telenovela”



 Siempre he dado mucha importancia a la letra de las canciones y siempre me ha sorprendido que muchos amigos tararearan canciones inglesas sin conocer su contenido, pues creo que el éxito de una canción depende del maridaje de tonos y letras, y si no que se lo pregunten a cantantes de ahora y de siempre. Han sido muchos los intelectuales que han realizado estudios sociológicos de una época a partir de las letras de las canciones del momento, y han llegado a conclusiones interesantes, sirva como ejemplo la postguerra y las canciones alimenticias como “Tengo una vaca lechera” y otras.

Hoy , y no es la primera vez, la letra de una canción me ha llevado a escribir estas letras, cuando la situación que padecemos en España es tétrica, apocalíptica, terrorífica y podría seguir añadiendo adjetivos para intentar valorar lo que vemos y me quedaría corto. ¿Quién se podía imaginar que un bichito invisible llamado “coronavirus” generaría tanto daño en pleno auge de la inteligencia artificial , robótica, impresoras en 3D y 5D, nanotecnología e internet…? En estos momentos en que escribo estas letras ya pasan de 9.000 los fallecidos en España y en el mundo, más de 43.000.

Esto no estaba en el guion, por muy bisiesto que fuera el año. Rompe nuestros mecanismos de defensa. Nos coge con el pie cambiado y nos iguala a las moscas que fumigamos cuando aprieta la calor.  Es cierto que el brote no ha sido repentino, que hubo avisos y que quizás por excesiva confianza no se han tomado las medidas oportunas, que quizás  serían pocos, dada la virulencia del virus, no obstante algo habrían atenuado el problema y disminuido  el número de víctimas  - véase Portugal con 187 víctimas - , pero  ya se sabe, somos españoles y siempre andamos a salto de mata,  y más cuando importa  más el rédito político  que el interés común de todos.

Hecho lo hecho, ahora toca bajar del guindo y combatir la pandemia, nos la jugamos todos y todo. Habrá un antes y un después de esta epidemia que en España toma origen oficialmente a partir del 9 de marzo, aunque el primer afectado aparece en la Gomera, un ciudadano alemán, un 31 de enero de 2020. Una vez más ha sido marzo – no quedan muy lejos los atentados del 11-M -  quien se ha encargado de sacudirnos de la manera más cruel y devastadora, cuando Matilde   preparaba el plan de Semana Santa, Juan esperaba la oportunidad de su vida con el nuevo trabajo o los paseantes de la calle Uría  miraban la nueva ropa de temporada, algo que a día de hoy es imposible, se nos antoja como un sueño, un delirio, y es aquí, llegados a este punto cuando uno piensa en clave de telenovela para animarse, para airearse, para recordar y añorar pasados tan recientes como el placer  de hojear el periódico en el bar de siempre …

Ante esta situación infernal, casi límite, el Gobierno ha optado por seguir a Churchill en aquel histórico discurso de 13 de mayo de 1940, y en vez de pedirnos “sangre, sudor y lágrimas”, nos pide “sacrificio, resistencia y moral de victoria”, y un día sí, y otro también, abundan las comparecencias para hablarnos de “picos, de curvas, de víctimas, de curados, de estabilización” y menos de “carencias”, de “dificultades”, de “problemas” que los hay, y muchos, o al menos así se denuncian desde diferentes ámbitos(sanitarios, civiles, políticos…) .

Los ciudadanos hemos optado por defendernos, por seguir las pautas de confinamiento y desde "este miedo de silencio" que nos invade,  buscar válvulas de escape que no sólo libere tensiones sino que también anime, estimule, dé esperanzas, y para ello un buen antídoto es la música, que en mi calle tenemos todas las tardes a las 20.00 por gentileza de Picachón, acreditado dj, que un día de estos ,después del “Resistiré” del Dúo Dinámico , ha tenido el acierto de ponernos la bella canción de Pimpinela titulada “La Telenovela” en la que nos dice que “en casa no hay quien pueda con la telenovela” y es cierto; lo que ansiamos todos es el final cuanto antes de esta telenovela, por desgracia  real y cruel, que tanto dolor y angustia  nos provoca.

Dicho lo dicho, por pura dignidad , algo a lo que tenemos derechos todos los españoles y demás personas residentes en nuestro país, hago mías unas palabras pronunciadas un 13 de marzo de 2004 por Don Alfredo Pérez Rubalcaba cuando dijo : “Los españoles se merecen un gobierno que no les mienta”, y es que como decía la escritora rusa Lidia Chukouskaia “La palabra verdadera es invencible y si resulta vencida, es solo por poco tiempo”,  y exijo que primen los interés de España y los españoles sobre las estrategia e intereses de partido, y es que como dice una conocida canción “ si la Patria me llama, aquí estoy yo”, aunque sea solo armado de papel y pluma.

                                          José Antonio Noval Cueto.