domingo, 23 de agosto de 2020

“Pablo y Marta: ¡Que seáis muy felices!”

 



Es habitual que en mi familia toda festividad o hecho importante, como es hoy vuestra boda  se acompañe con palabras, incluso en días donde las lecturas de la Santa Misa y las certeras y experimentadas reflexiones de Don Salvador poco margen dejan para hilvanar unos recuerdos y vivencias con la pretensión que os sean útiles . Ni que decir tiene que quisiera deciros  las palabras más bellas e importantes de vuestra vida, de esas que os acordarais siempre, pero creo que es una vana pretensión, pues las palabras y ejemplos más importantes y hermosos para vuestra vida ya las habéis recibido desde la más tierna infancia y las seguís recibiendo cada día en vuestra actividad diaria, pero aún así vais a permitirme que incida en algunos aspectos que considero básicos, aunque no sean nuevos ni desconocidos, pero no por eso dejan de ser fundamentales .Hace ya un tiempo, a principios del XVII, uno de los hombres más inteligentes que ha dado España, Don Francisco de Quevedo y Villegas en su Epístola a don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, se planteaba si ha de haber un hombre valiente para que diga lo que siente, y en un día como hoy quien no es valiente para decir lo que siente y creo no equivocarme si digo que todos estamos muy contentos, esperanzados, y es que el mero hecho de que  Pablo y Marta nos hayan  convocado aquí para acompañarles en su boda,  en la Colegiata Real de San Fernando, el edificio más antiguo del  Real Santuario de Covadonga,  , construido entre 1585 y 1599 siendo obispo don Diego Aponte de Quiñones,  lo dice todo.

Hoy, Pablo y Marta, estáis rodeados por casi todas las personas que más os queremos y os deseamos lo mejor. Sabemos que no todas pudieron venir, que los tiempos de coronavirus exigen limitaciones, y que otras desde el balcón del Cielo participan en la ceremonia, como vuestro amigo Juan que encontró un atajo para subir al mismo desde la cima de Gredos. Los aquí presentes, con algunos años a la espalda, sabemos que este compromiso que hoy voluntaria y libremente asumís ante Dios, la Santina y en presencia  de todos nosotros es trascendental , importante, incide en  vuestro futuro  y deseamos  que sea  para bien,  y así lo refleja la sabiduría popular cuando dice que “el que acierta en casar ya no le queda en qué acertar”, y de ello  seguro que darán fe en un futuro próximo vuestros hijos y nietos…No hace mucho le preguntaban al conocido economista Don Leopoldo Abadía que cómo quería que fuera la sociedad futura que recibiera a sus nietos,  él respondió que no le preocupaba el tipo de  sociedad que recibieran , con ser sin duda  importante, sino que lo que de verdad le preocupaba era qué nietos entregaría él a la sociedad, y a esa tarea se os convoca desde este mismo momento.

Para este nueva etapa que iniciáis hoy no se requieren grandes estrategias,   ni complicados métodos intelectuales, sino simplemente asimilar que desde hoy ya no soy “yo”, sino “nosotros”, Pablo y Marta, dos personas unidas que vamos a llevar a buen término nuestro proyecto de vida, y para ello solo se necesita buena fe, voluntad, entrega, compromiso y compartir lo bueno y lo menos bueno que nos traiga la vida, renuncias, ponerse en la mente del otro, pensar que le agrada, que le gusta, como aumentar nuestro  amor hasta el extremo de que uno respira porque respira el otro, de que uno viva porque vive el otro y sobre todo mucha comunicación. Hablar mucho. Desde ahora nuestro proyecto se llama Pablo/Marta, Marta/Pablo, y a él debemos entregar todas nuestras fuerzas, es nuestro objetivo más importante, el verdadero éxito. Los otros éxitos que tanto propugnan la sociedad del espectáculo y del papel cuché son secundarios, y os lo dice una persona de cierta edad y alguna experiencia y es que según pasan los años uno se da cuenta que lo verdaderamente importante es la familia y amistades que uno tiene, y esto no se logra por casualidad, sin esfuerzo. Exige tiempo, dedicación, renuncias… ya que como decía el Padre Martín Descalzo: “No basta con saberse amados, hay que amar”. A esto se os invita.

 No hace mucho me encontré unas declaraciones en prensa del exbanquero, Francisco Luzón, que me sorprendieron gratamente, quien, a pesar de la grave enfermedad que padece, decía: “La vida es amor, amaré la vida hasta el último segundo. Ahora disfruto del   disfrute de los míos”. Y algo de esto me pasa a mí, a todos nosotros, “que disfrutamos del disfrute de los nuestros”, de sus proyectos, de sus ilusiones y arropamos ante las preocupaciones y problemas…Hoy, Pablo y Marta, el enemigo a combatir se llama “yo”, y como muy bien dice San Josemaría Escrivá en el punto 700 de Surco “Cómo pretendes seguir a Cristo, si giras solamente alrededor de ti mismo”, reflexión que es válida para todas facetas del ser humano. 

Por último tengo que agradeceros que hayáis tenido la valentía, el coraje de dar fe ante todos nosotros de que el amor existe- el detalle  de reunirnos, tal día como hoy, festividad de Santa María Reina lo dice todo- , que el amor es algo más que química, que  os queréis y  que estáis dispuestos a vivir el uno para el otro, y esto en los tiempos del amor a prueba o del amor condicionado es un buen y necesario ejemplo y nos recuerda que también nosotros, hace ya un tiempo, dimos el mismo paso y hoy al contemplar el rostro radiante de ilusión y felicidad que tenéis, nos vemos reflejados en él y contentos, y es que como dice el poeta: “ Hablo , y el corazón me sale en el aliento. Si no hablara lo mucho que quiero me ahogaría. Con espliego y resinas perfumo tu aposento. Tú eres el alba, esposa. Yo soy el mediodía.”…”¿Quién encierra una sonrisa? ¿Quién amuralla una voz?... La respuesta la sabemos todos: NADIE 

  ¡Ojalá que os vaya bonito! ¡Que la vida os vista de suerte! ¡Que la Santina os proteja y guíe!¡Recordad que la Madre del cielo, la Santina, nunca falla!

No quisiera concluir mis palabras sin agradecer una vez más a don Salvador las atenciones que ha tenido conmigo y mi familia desde hace cuarenta años y sigue teniendo al oficiar hoy sábado, 22 de agosto, vuestra boda. ¡Muchas gracias, Don Salvador!  

 

        ¡Pablo y Marta que seáis muy felices!

 

           Covadonga, 22 de agosto de 2020





sábado, 15 de agosto de 2020

“Conversaciones de taberna en Pola…”

 

Decir que nos quedemos en casa, después de casi cien días de confinamiento, quizá sea mucho pedir, y más si el tiempo acompaña, anima ,alegra,  y pide sidra, cerveza o vino con los de siempre, amigos y compañeros de tertulia, y eso me pasó a mí, uno de estos sábados de calor sahariano a eso de las 13 horas del mediodía. La barra semicircular dividida según marcan los cánones, y no muy lejos de ella, una mesa junto a la ventana, donde tres clientes situados convenientemente entablaban conversación que yo desde el taburete de la barra escucho y , a veces, apostillo y comento. Todos somos amigos que de vez en cuando expresamos nuestras inquietudes y pareceres con el máximo respeto y tolerancia, pues cada uno ve las cosas a su manera.

Como era de esperar el tema estrella fue el coronavirus y sus nefastas consecuencias, y de ahí pasamos a recordar a personajes de posguerra ya olvidados y anécdotas de los mismos como Campal el partidor, padre del recientemente fallecido poeta Rufino Campal y su conocida expresión de “quemo la Pola si no …” ,  y en transcurso de la misma apareció el nombre de Salmerón, seudónimo utilizado por un colaborador de prensa de la época, natural de Valdesoto, que nos obligó a recabar  información sobre el mismo, y he aquí que el tal Salmerón, de nombre Nicolás, natural de Alhama la Seca(Almería) fue catedrático de Historia Universal en Oviedo y Presidente de la 1ª República durante mes y medio, amén de diputado y Presidente de las Cortes…Mira por donde aquel columnista de postguerra utilizaba un “alias” expresivo y pegadizo que ahora en la actualidad  vuelve a estar de moda a cuenta de la interesada e innecesaria polémica de si monarquía o república, cuando al grueso de los mortales, entre los que me encuentro, lo que nos preocupa es la vacuna y el presente y futuro de todos nosotros, llámese trabajo, pensión… que estamos necesitados de un rayo de esperanza, de alguien que nos dé confianza y seguridad a nuestras vidas, y en este marco de mentiras, denuncias y silencios, no sólo no aparece, que es grave, sino que ni siquiera se intenta o se busca.

Somos personas de cierta edad y con alguna que cierta experiencia que manifiestan su preocupación en forma de pregunta.

-        Oye, Chon - pregunta Pilu- si tan bien va nuestra economía ¿por qué el gobierno quiere apropiarse de los dineros sobrantes de los Ayuntamientos?

-        Yo- responde Chon-  me niego a los que dineros de Siero se vayan a Barcelona o Bilbao.

-        La ministra de Trabajo reclama a Europa 20.000 millones de euros para el pago de los Erte- comenta Luis-. Sé de alguno que lleva dos meses sin cobrarlo. ¿Qué pasará con todos ellos?

-        Si la economía se reactiva- dice Chon- supongo que el problema se atenúa o resuelve, pero los rebrotes lo complican.  Menos mal   que Europa nos va a dejar 140.000 millones de euros.

-        Sí, pero con condición, y con un Gobierno titubeante la situación se complica- responde Pilu-.

Según tomábamos sidra surgían nuevas preguntas, pero todas ellas más o menos incidían en la delicada situación sanitaria, social y económica que vivimos, y es que todos tenemos  la impresión de que nos quieren rascar los bolsos, que los dineros no llegan y que la única solución que nos queda es el “colchonín” si es que lo tenemos. Mi amigo Antonio me comenta que las devoluciones de la Declaración de la Renta de 2019 no van con la celeridad que en otras ocasiones.

Una vez más ha quedado demostrado que el foro de tabernas y peluquerías son la mejor radiografía para detectar el momento presente y las inquietudes que de verdad preocupan al vecino, y todos coincidimos en vacuna y trabajo.

De esta breve conversación se concluye que la solución, como ya  en su día profetizó Ortega y Gasset, viene de Europa, pero siempre que los políticos vengan a resolver problemas y no a crearlos.

 

                                                 José Antonio Noval Cueto.

 

P.D Hay personas con una memoria de elefante que no deberían morir nunca. Defendamos y divulguemos el patrimonio oral que atesoran nuestros mayores.



sábado, 8 de agosto de 2020

""De Madrid al Cielo"

 No soy gato madrileño- ni mis bisabuelos, abuelos y padres eran madrileños- , aunque en Lugones se me conoce como Jose el del Bar Madrid, por el bar de mis padres -.  Hay muchas razones para escribir estas letras, pero de entre todas ellas esgrimo la que sigue y es que desde que visité  por primera vez Madrid, allá por el curso 1972-73, a raíz del Primer Viaje de Estudios que realizó el Instituto de Enseñanza Media de Lugones, hoy llamado Astures, hasta el momento presente, son muchas las veces que he estado en Madrid, incluido servicio militar en Alcalá de Henares,  y con relativa frecuencia, últimamente, a raíz de tener un hijo – de la llamada generación de Villalpando que tanta polémica política suscitó entre Ovidio Sánchez y Vicente Alvarez Areces - que trabaja y reside allí. Las muchas veces que he ido he recibido un trato deferente ,exquisito, la máxima información y ayuda siempre que la solicité, y como suelo ser de natural agradecido me veo en la obligación de escribir estas palabras ante las imprudencias, abusos, desconsideraciones  y ofensas que se vierten contra los nativos y residentes en Madrid – la injusta e insolidaria madrileñofobia- desde que padecemos esta pandemia que nos está dejando a todos depresivos, tensos y sin blanca, a veces azuzada imprudentemente por  la prensa que generaliza y magnifica en exceso, olvidando el sabio consejo clariniano de que la prensa no debe tensar, ni ponernos nerviosos y aún así,  lo está logrando- basta leer las portadas del día o escuchar los telediarios- , y las más por algunos dirigentes políticos desaprensivos que intentan sacar tajado de todo, y usan el coronavirus para denunciar el diferente trato fiscal que tiene cada comunidad autónoma, siempre que no sea Cataluña y País Vasco, y si cuela, rascar algunos votos, y es que algunos no ven bien que a Madrid(Ayuntamiento, Comunidad) las cosas les vayan medio bien, a pesar de la pandemia, y la mejor prueba es el incremento demográfico que tiene año tras año. ¿Motivos? Muchos, principalmente empleo, futuro; y además, y esto es muy importante, Madrid, a pesar del frío invierno y el calor de verano, acoge bien. Allí nadie se siente extraño, forastero.

Es cierto que el coronavirus nos tensa, que el confinamiento ha sido duro , que el temor a los rebrotes exige la máxima prudencia, que  el bicho sigue a la caza y que la máxima prioridad debe ser la salud, preservar el pellejo y a ello debemos dedicar todas las fuerzas y medios, y esto obliga a todos, madrileños y no madrileños, residentes y visitantes, y de esto deben preocuparse  todos los responsables políticos y tomar las medidas que requieran la ocasión. Todo, una vez más, como siempre, depende de la responsabilidad de cada uno y como ha puesto en evidencia esta pandemia, todos necesitamos de todos, y por desgracia uno puede contagiarse donde y cuando menos lo espera, ya en Madrid, Aranda o Gijón…, pero si todos cumplimos las reglas básicas que se nos han dado, mitigamos mucho el problema, y de esto debemos preocuparnos todos: autoridades y ciudadanos. .

En el año 2010, con motivo de la entrega del Urogallo de Bronce a Don Manuel Antonio Fernández, Manolito El Pegu, en el recinto de la Feria de Muestras de Gijón, por esta misma época, principios de agosto, me encontré con un reputado periodista asturiano residente en Madrid y en la conversación que tuvimos le pregunté si tenía datos fiables del número de asturianos o descendientes de asturianos que vivían en la capital – por aquel entonces se hablaba que en el mismo Madrid había más de 115 restaurantes asturianos-  y me dijo que aunque el dato concreto no le constaba, se suponía que pasaban de más de doscientas mil las personas nacidas en Asturias y sus descendientes . Cantidad que seguro se ha incrementado en esta década al ser Madrid la autonomía de mayor crecimiento anual de España.

Dicho lo dicho, ¿estos madrileños asturianos no están en su derecho a volver a casa? Supongo que sí, y como ellos todas aquellas personas, madrileñas o no, que quieran asombrarse del esplendor de su naturaleza y de la cercanía y trato de sus gentes; del mismo modo que también nosotros nos desplazamos a otras zonas de España, como Madrid, pero, eso sí, cumpliendo las normas vigentes.

Hechas estas aclaraciones con el deseo de clarificar las cosas y sin entrar en más datos de tipo económico, pido a las “lenguas impuras” que frenen su acometida, que nos perjudican y dañan la imagen hospitalaria que siempre ha tenido y tiene Asturias, y esto no supone quebrantar la ley que debe señorear y proteger la seguridad y convivencia de todos nosotros.

“De Madrid al Cielo” y si no que se lo pregunten a Galdós, cuyo centenario se celebra este año.

 

                              José Antonio Noval Cueto.

 

 

 


miércoles, 5 de agosto de 2020

"Lecturas de verano"


"Lecturas de verano"



Que en los tiempos de la imagen, de la publicidad, de las etiquetas, del recambio, se aconseje leer, peca de aburrido, cansino y poco original, pero lo cierto es que si queremos desarrollar el sentido crítico, tan necesario en los tiempos que vivimos, uno de los métodos más útiles y al alcance de la mano es la lectura y más en tiempo de vacaciones, donde después de un invierno y primavera tensos y trágicos, se agradece la sombra y brisa de un árbol o el paseo sereno y mañanero. Es cierto que cada vez se vuelve más difícil discernir qué se debe leer y más desde que el libro se ha convertido en objeto de consumo, farde y decoración. Suele ser frecuente que en las tertulias de amigos se citen autores y libros- si son extranjeros mejor- para imponer argumento de autoridad, aunque se les desconozca, por el solo criterio de quedar bien y demostrar que uno está a la última.

Creo que los tiempos que vivimos exigen un mínimo de sinceridad con uno mismo y marcarse metas, prioridades que sean viables, y así como ya nos lo pensamos para salir al extranjero y esto si nos dejan, quizás no venga mal una ruta lectora por nuestros orígenes como civilización y nación. Y esto viene agravado por noticias recientes que deben erizarnos la piel: La Basílica de Santa Sofía se ha convertido nuevamente en mezquita y en el último Informe Pisa sobre lectura, nuestro país ocupa el puesto 32 de un total de 79 países, y estamos diez puntos por debajo de la media europea.

Ante esta situación y ya que estamos en verano y que suele ser habitual que los suplementos culturales de los grandes diarios nacionales incentiven la compra de determinados libros, quizás sea oportuno que cada uno se plantee sus estrategias lectoras y recuerde que no todos los libros permiten la misma estrategia lectora- que algunos son ágiles, amenos , de lectura rápida, y otros de lectura corta, lenta  y reflexiva- y que hay muchos autores solventes en nuestra civilización occidental y especialmente hispánica que aún no conocemos- quizás el mismo Juan Marsé recientemente fallecido-,  y merecen su oportunidad  y conocerlos, ya que uno no puede leerlo todo. La buena literatura es una radiografía moral y social del hombre y la sociedad de su tiempo, junto con las circunstancias que acontecen.

Planteadas las premisas , me he sincerado conmigo mismo y he elegido mis lecturas de cabecera, y he optado por la prosa sencilla y cuidada de Bernardo Atxaga, alguna de cuyas obras ya conocía, en la fase de lectura ágil, y para la lectura reflexiva, lenta, de una duración no superior a 10 minutos he optado por los 150 Salmos del Antiguo Testamento, a un ritmo de dos por día y si alguno me sorprende e impresiona lo suelo copiar en mi libreta de bolsillo. Hoy, para no ir más lejos, me he encontrado con esta joya religioso literaria que transcribo:” Tú tienes el señorío sobre la bravura del mar y el alboroto de sus olas tú lo siegas…Justicia y equidad son las bases de tu trono. La misericordia y la verdad van siempre delante de ti…”(Salmo LXXXVIII, 10.15) y   es que he llegado a la conclusión de que si Santa Sofia es nuevamente mezquita se debe a la dejadez cristiana, que por no conocer ya no conoce mi las Sagradas Escrituras. Lejanas y quizás incomprensibles quedan las palabras de Cervantes cuando al participar y quedar manco en la batalla de Lepanto justifica y compensa  su desgracia con “haber participado en la más grande ocasión que vieron los siglos”.

 

                                          José Antonio Noval Cueto