"Lecturas de verano"
Que en los tiempos de la imagen, de la publicidad, de las
etiquetas, del recambio, se aconseje leer, peca de aburrido, cansino y poco
original, pero lo cierto es que si queremos desarrollar el sentido crítico, tan
necesario en los tiempos que vivimos, uno de los métodos más útiles y al
alcance de la mano es la lectura y más en tiempo de vacaciones, donde después
de un invierno y primavera tensos y trágicos, se agradece la sombra y brisa de
un árbol o el paseo sereno y mañanero. Es cierto que cada vez se vuelve más
difícil discernir qué se debe leer y más desde que el libro se ha convertido en
objeto de consumo, farde y decoración. Suele ser frecuente que en las tertulias
de amigos se citen autores y libros- si son extranjeros mejor- para imponer
argumento de autoridad, aunque se les desconozca, por el solo criterio de
quedar bien y demostrar que uno está a la última.
Creo que los tiempos que vivimos exigen un mínimo de
sinceridad con uno mismo y marcarse metas, prioridades que sean viables, y así
como ya nos lo pensamos para salir al extranjero y esto si nos dejan, quizás no
venga mal una ruta lectora por nuestros orígenes como civilización y nación. Y esto
viene agravado por noticias recientes que deben erizarnos la piel: La Basílica
de Santa Sofía se ha convertido nuevamente en mezquita y en el último Informe
Pisa sobre lectura, nuestro país ocupa el puesto 32 de un total de 79 países, y
estamos diez puntos por debajo de la media europea.
Ante esta situación y ya que estamos en verano y que suele
ser habitual que los suplementos culturales de los grandes diarios nacionales incentiven
la compra de determinados libros, quizás sea oportuno que cada uno se plantee
sus estrategias lectoras y recuerde que no todos los libros permiten la misma estrategia
lectora- que algunos son ágiles, amenos , de lectura rápida, y otros de lectura
corta, lenta y reflexiva- y que hay
muchos autores solventes en nuestra civilización occidental y especialmente
hispánica que aún no conocemos- quizás el mismo Juan Marsé recientemente
fallecido-, y merecen su oportunidad y conocerlos, ya que uno no puede leerlo todo.
La buena literatura es una radiografía moral y social del hombre y la sociedad
de su tiempo, junto con las circunstancias que acontecen.
Planteadas las premisas , me he sincerado conmigo mismo y he
elegido mis lecturas de cabecera, y he optado por la prosa sencilla y cuidada
de Bernardo Atxaga, alguna de cuyas obras ya conocía, en la fase de lectura
ágil, y para la lectura reflexiva, lenta, de una duración no superior a 10
minutos he optado por los 150 Salmos del Antiguo Testamento, a un ritmo de dos
por día y si alguno me sorprende e impresiona lo suelo copiar en mi libreta de
bolsillo. Hoy, para no ir más lejos, me he encontrado con esta joya religioso
literaria que transcribo:” Tú tienes el señorío sobre la bravura del mar y el
alboroto de sus olas tú lo siegas…Justicia y equidad son las bases de tu trono.
La misericordia y la verdad van siempre delante de ti…”(Salmo LXXXVIII, 10.15)
y es que he llegado a la conclusión de que si Santa
Sofia es nuevamente mezquita se debe a la dejadez cristiana, que por no conocer
ya no conoce mi las Sagradas Escrituras. Lejanas y quizás incomprensibles
quedan las palabras de Cervantes cuando al participar y quedar manco en la
batalla de Lepanto justifica y compensa su
desgracia con “haber participado en la más grande ocasión que vieron los siglos”.
José
Antonio Noval Cueto
No hay comentarios:
Publicar un comentario