miércoles, 5 de agosto de 2020

"Lecturas de verano"


"Lecturas de verano"



Que en los tiempos de la imagen, de la publicidad, de las etiquetas, del recambio, se aconseje leer, peca de aburrido, cansino y poco original, pero lo cierto es que si queremos desarrollar el sentido crítico, tan necesario en los tiempos que vivimos, uno de los métodos más útiles y al alcance de la mano es la lectura y más en tiempo de vacaciones, donde después de un invierno y primavera tensos y trágicos, se agradece la sombra y brisa de un árbol o el paseo sereno y mañanero. Es cierto que cada vez se vuelve más difícil discernir qué se debe leer y más desde que el libro se ha convertido en objeto de consumo, farde y decoración. Suele ser frecuente que en las tertulias de amigos se citen autores y libros- si son extranjeros mejor- para imponer argumento de autoridad, aunque se les desconozca, por el solo criterio de quedar bien y demostrar que uno está a la última.

Creo que los tiempos que vivimos exigen un mínimo de sinceridad con uno mismo y marcarse metas, prioridades que sean viables, y así como ya nos lo pensamos para salir al extranjero y esto si nos dejan, quizás no venga mal una ruta lectora por nuestros orígenes como civilización y nación. Y esto viene agravado por noticias recientes que deben erizarnos la piel: La Basílica de Santa Sofía se ha convertido nuevamente en mezquita y en el último Informe Pisa sobre lectura, nuestro país ocupa el puesto 32 de un total de 79 países, y estamos diez puntos por debajo de la media europea.

Ante esta situación y ya que estamos en verano y que suele ser habitual que los suplementos culturales de los grandes diarios nacionales incentiven la compra de determinados libros, quizás sea oportuno que cada uno se plantee sus estrategias lectoras y recuerde que no todos los libros permiten la misma estrategia lectora- que algunos son ágiles, amenos , de lectura rápida, y otros de lectura corta, lenta  y reflexiva- y que hay muchos autores solventes en nuestra civilización occidental y especialmente hispánica que aún no conocemos- quizás el mismo Juan Marsé recientemente fallecido-,  y merecen su oportunidad  y conocerlos, ya que uno no puede leerlo todo. La buena literatura es una radiografía moral y social del hombre y la sociedad de su tiempo, junto con las circunstancias que acontecen.

Planteadas las premisas , me he sincerado conmigo mismo y he elegido mis lecturas de cabecera, y he optado por la prosa sencilla y cuidada de Bernardo Atxaga, alguna de cuyas obras ya conocía, en la fase de lectura ágil, y para la lectura reflexiva, lenta, de una duración no superior a 10 minutos he optado por los 150 Salmos del Antiguo Testamento, a un ritmo de dos por día y si alguno me sorprende e impresiona lo suelo copiar en mi libreta de bolsillo. Hoy, para no ir más lejos, me he encontrado con esta joya religioso literaria que transcribo:” Tú tienes el señorío sobre la bravura del mar y el alboroto de sus olas tú lo siegas…Justicia y equidad son las bases de tu trono. La misericordia y la verdad van siempre delante de ti…”(Salmo LXXXVIII, 10.15) y   es que he llegado a la conclusión de que si Santa Sofia es nuevamente mezquita se debe a la dejadez cristiana, que por no conocer ya no conoce mi las Sagradas Escrituras. Lejanas y quizás incomprensibles quedan las palabras de Cervantes cuando al participar y quedar manco en la batalla de Lepanto justifica y compensa  su desgracia con “haber participado en la más grande ocasión que vieron los siglos”.

 

                                          José Antonio Noval Cueto

 

 


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