domingo, 27 de septiembre de 2020

“Don Juan: ¡¡¡Muchas gracias!!!”

 

 


Hay acontecimientos ante los que uno no puede permanecer impasible, estático, y es que hoy, festividad del Cristo de Santana de Pola de Siero- signo identitario poleso- ,los feligreses que estábamos en la misa solemne, entre ellos autoridades del Concejo, con el Alcalde, don Ángel García, a la cabeza,  hemos vivido un testimonio humano y  de fe, que difícilmente se nos pude olvidar y que motivan estas letras, aun sabiendo que se quedan cortas para trasladar lo vivido , escuchado y visto en esta mañana del último domingo de septiembre,  día 27 , y que me traslada al  salmo 19(18)cuando dice que : “sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco en toda la tierra”, y es que el eco de lo visto y oído hoy, con un Don Juan postrado en suelo en señal de perdón, la fuerza y empuje de su homilía , sus emociones, sus palabras agradecidas de despedida quedarán y perdurarán entre nosotros, y especialmente su impresionante testimonio humano y de fe, que nos recuerda  que “uno es lo que es ante Dios”, no ante nadie más. No abundan ni   arrecian los aplausos en el templo de San Pedro de Pola de Siero. Hoy, sí. Motivos había y muchos, y así lo premiaban los muchos fieles presentes. Hoy despedíamos a un sacerdote de carne y hueso, que se sabe persona y comunidad,  que no ha sido ni es indiferente a los problemas del ser humano y que su única aspiración, su única ‘carrera’ es encontrar un sitio a la vera de Dios Padre, como también lo debemos intentar cada uno de nosotros y es que – como decía San Pablo y más ante la Cruz gloriosa del Cristo de Santana-  “el lenguaje de la Cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros…es fuerza de Dios”.

Todo este ambiente y explosión de fe se fue creando paulatinamente a lo largo de la novena -novena atípica por las circunstancias especiales que vivimos y que obligó a muchos feligreses a personarse en el templo con más de una hora de antelación para no tener problemas de aforo y hoy, Día grande, con dos horas de anticipo-. No hubo predicadores asignados para cada día, sólo tres: Don Andrés, Don Sergio y Don Juan que arropados por la oración inicial  de petición al Cristo de Santa Ana, los textos litúrgicos del día: Evangelio y  Cartas de San Pablo, propiciaron este clima y apoteosis de la fe, que hoy vivimos en la Iglesia de San Pedro en la persona de nuestro párroco, don Juan Hevia, que nos recordaba lo que días atrás oíamos a San Pablo en sus cartas: “Mi vida es Cristo…Soy prisionero de Cristo…” , y en ese camino estoy  y ese es mi cometido, hoy en Pola, dentro de unos días en otras parroquias.

Después de lo vivido   estos cuatro años, después de esta novena y este día apoteósico de humanidad, humildad y fe, sé que es mucho lo que ha hecho por todos nosotros y por la difusión de la Buena Noticia, basta para ello acudir a lo vivido hoy, que no se improvisa, sino que se vive desde la vivencia de la fe, y es que nadie da lo que no tiene. ¡Que el Señor siga enviando operarios a la mies de su nobleza y categoría! ¡Que el Cristo de Santana le proteja y nos proteja ¡ …¡Muchas gracias!

 

                                               José Antonio Noval Cueto.




martes, 15 de septiembre de 2020

“San Juan XIII y la Santina”

 

"San Juan XXIII y la Santina"


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Quiso la casualidad que este año la festividad de la patrona de Asturias , la Santina, la celebrase en la parroquia gijonesa de San Juan XXIII- creo que es la primera parroquia con Juan XIII santo-
 y el motivo no fue otro que mi amigo el sacerdote poleso don Andrés Díaz Fernández, tomase posesión como titular de la parroquia,  y allí nos dirigimos mi esposa y yo, el pasado 8 de setiembre, a las 12:30 horas. Parroquia joven, trece años de andadura, para una comunidad joven y en expansión como es Viesques y a donde llega un sacerdote dinámico, experimentado y comprometido como don Andrés, arropado por su Buena Palabra, la del Señor, y su cercanía.

Ambiente festivo en un día netamente veraniego, alegría, cánticos, expectación – presentación del nuevo párroco, arropado por el párroco jubilado don Fernando Fueyo -  y el protocolo que una ceremonia de toma de posesión obliga: Palabras de Bienvenida y explicación del acto a cargo de don Juan Lozano, Arcipreste de Gijón, lectura del nombramiento, firma de aceptación del cargo ante las Sagradas Escrituras, celebración y ofrecimiento de la Santa Misa, con una breve y cercana homilía del nuevo párroco, Don Andrés, que centró las líneas fundamentales de su labor pastoral en : cercanía, acompañamiento…Para finalizar el acto, Mari Paz, una feligresa de su antigua parroquia, San Lázaro del Camino, Oviedo, pronunció unas palabras de agradecimiento hacia Don Andrés  y  expresó el deseo que los frutos logrados allí,  se intensifiquen en este nuevo destino, y es que como muy bien dice el salmo: “El Señor es mi Pastor nada me falta”.

Nada más entrar en el templo,  de tamaño medio y una decoración sobria y elegante , la figura de San Juan XXIII se hace presente, ya en la estatua de dimensiones moderada de su persona,  ,  sita en la parte izquierda del templo, ya en  el enorme estandarte colocado a la derecha del presbiterio con un retrato del mismo, y no es para menos, amen de otros muchos detalles que nos evocan su figura, relicario incluido.

Que la llamada sociedad líquida y productora de etiquetas hable bien de San Juan XXIII es de agradecer, pero aun así en esas generalizaciones se omiten aspectos que deben reseñarse y más en momentos tan difíciles como los que pasamos, y esta es mi pretensión, aun reconociendo que no soy un gran conocedor de la obra y vida de San Juan XXIII, y para hacerlo mi único argumentario son recuerdos y vivencias, ya vistos o bien leídos. Así la figura de su santidad se agranda a mis ojos de niño, cuando allá a primeros de junio del año 1963, cerca de la época de los exámenes de final de curso, aparecen banderas de duelo en las ventanas de las calles próximas a mi colegio y en mi lectura de un libro sencillo, humilde,  cariñoso, que recopila las cartas escritas por su Santidad en diferentes etapas de su vida  a sus familiares, titulado “ Cartas de San Juan XXIII a sus familiares”, que desvela aún más el lado humano del Papa y su bondad , su día a día, alegrías, penas, preocupaciones, deseos, y todo en un estilo sencillo, comprensivo, cariñoso. Son cartas a sus parientes. Su lectura resultó una auténtica delicia, pero eso sí, siempre que uno se marque una estrategia de lectura, sin prisas y a un ritmo de dos cartas diarias.

Fue de esa lectura como conocí las angustias y tristezas vividas por Su Santidad en su época  de Visitador Apostólico en Bulgaria, durante los años 1925 y 1934 . Fue sin duda una de los primeras personas en alertar a todo Occidente del mundo deshumanizado que se estaba gestando en lo que después sería la extinta U.R.S.S, cuando todos o casi todos los supuestos intelectuales occidentales, pensando bien, dormían el sueño de la ignorancia acerca de lo que ocurría en el bloque del Este, del que despertamos tardíamente, con la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989. También nos habla de la importancia de la oración y frecuencia de los sacramentos en la perfección de nuestra vida cristiana y que debemos ser selectivos a la hora de leer, algo que diría seguro hoy para el cine y la televisión .

De otros aspectos singulares de la vida de San Juan XXIII hay suficiente información: Convocatoria del Concilio Vaticano II y la búsqueda de una fe de calidad, vivencial, honda; de sus Enciclicas y de su sensibilidad y preocupación humana hay suficiente información y trasciende el contenido de este artículo que pretende darle la bienvenida al nuevo párroco de San Juan XXIII, don Andrés Díaz Fernández y desearle todo tipo de aciertos en su nueva responsabilidad que redundará en beneficio de todos.

Y para concluir estas letras permítaseme recordar que Su Santidad San Juan XXIII, al poco tiempo de ser nombrado cardenal Patriarca de Venecia, estuvo en Covadonga y en Gijón los días 20 y 21 de junio de 1954, y fruto de esa estancia son estas letras suyas que transcribo: “Yo amo a la Madonna de Covadonga como la amáis vosotros los asturianos. Tengo su imagen en mi dormitorio y para ella es mi primera oración de la mañana…”

¿Puede celebrarse mejor la festividad de la Santina que acompañando al nuevo párroco de Viesques, don Andrés, y recordando y venerando a San Juan XXIII?

 

                                                    José Antonio Noval Cueto.


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jueves, 10 de septiembre de 2020

“Yo no sé por qué la gente tiene tanta necesidad de ‘moverse’…”


No descubro nada nuevo si digo que hemos tenido un verano atípico, extraño, sin fiestas ni romerías, y con el turismo nacional y provincial como principales clientes, y es que el virus nos ha hecho pisar la realidad y reconocer que no hay necesidad de cruzar el Atlántico ni atravesar media España en busca de otras tierras,  personas y aventuras, cuando no conocemos ni nuestro propio concejo ni nuestra comunidad autónoma, y afortunadamente ese ha sido el objetivo dominante de muchos de nosotros: viajes cortos y de pocos días, y así hemos visto que en muchas zonas de Asturias, especialmente los concejos orientales, exhibían el cartel de: OCUPADO/ TODO LLENO , y favorecido , además, por el buen tiempo que hemos tenido.

Quien más, quien menos, hemos hecho algún viaje corto durante el estío, y después de apreciar y reconocer las maravillas que atesora nuestra región confesar nuestra ignorancia y lamento. No descubro nada nuevo si digo que los más nos movemos por Asturias al hilo de nuestras obligaciones familiares y profesionales, y que el radio de peregrinaje dominante es la Asturias central, pocas veces vamos a las alas, y dentro que esto es así, los de Siero y alrededores viajamos más al Oriente que al Occidente, salvo contadas excepciones, y es que Covadonga y Picos de Europa ya de por sí nos movilizan.

Este verano en el viaje creo que ha primado el componente aventura, pues ya el mero hecho de hacerlo lo era , pues sobre todos planeaba el temor al virus, que da cuenta de sí cuando menos se espera y si no que se lo preguntes a los vecinos de Poo, en Cabrales.  Y en ese componente aventura es imprescindible el factor humano, sin el cual viaje se reduce a una cansina  sucesión de kilómetros.

Tal me ha ocurrido a mí, un miércoles de últimos del mes de agosto cuando me encamino a Berodia, localidad situada unos tres kilómetros antes de Carreña, en busca del exquisito queso “caxigón” que elabora una quesería de la localidad. Un día de sol espléndido me acompaña mientras subo la acusada pendiente de su estrecha y asfaltada carretera que pone a prueba las pericias del más experto conductor. El pueblo, encajado en la montaña, es como si fueran dos quintanas paralelas, distantes entre ambas unos doscientos metros. En una antojana de la primera aparcó y nada más hacerlo me encuentro con un educado y solicito vecino que me facilita la información que necesito, que no es otra que saber donde está la quesería de Eugenia y que se ubica en la que yo llamo segunda quintana. Subo la empinada calle y me doy de frente con la quesería y con su dueña a la entrada. Después de las presentaciones se entabla una amena conversación donde se hablan de multitud de temas, aunque, como es de esperar, el dominante el queso, su elaboración, sus problemas (escasez de leche, distribución del producto y preocupación por la elaboración de un producto de calidad- que según Eugenia es la condición imprescindible para mantener y potenciar el sector-.

El día es de video, de los de “paraíso natural”, con una naturaleza en calma, bonachona, acogedora, divina, mientras el sol hace de la suyas, dejando caer sus rayos contras las peñas y difundiéndolos por todo el entorno. Parece como si sol y aire se hubieran puesto de acuerdo para hacer agradable la velada y facilitar la estancia, lo que no siempre ocurre, pues también la naturaleza se enfada en algunas épocas del año y seguro que complica la vida de sus moradores. Mientras hablamos Eugenia tiene tiempo para saludar a los huéspedes de una de sus casas rurales e informales de las rutas que pueden hacer en un día tan espléndido como hoy. Metidos nuevamente  conversación, relata su época de estudios fuera y las posibilidades que se le ofrecieron al acabar los mismos, pero su vocación, lo que le hacía y hace feliz es elaborar queso, buen queso, de ese que encanta a los más exquisitos paladares. Regresa a su pueblo   y decide continuar la labor iniciada por su padre, acreditado quesero y frecuente en los mercados semanales de Cangas, de quien nos habla con una admiración y cariño y a quien sigue en su código de conducta donde honestidad y calidad van de la mano.

No es frecuente encontrarse con personas de esta altura humana y estas letras no reflejan con mucho lo oído y escuchado durante esa breve estancia en Berodia, pero ha sido lo suficiente para reconocer que la vocación existe y las personas que la siguen, a pesar de todos los esfuerzos, cargas y renuncias que la misma exige, disfrutan, vibran , viven cuando hablan de ella, en su caso el queso y sus posibilidades. Como recetario quede esta indicación que puede ser útil a todos los amantes del cabrales y es que para cortarlo bien y que no se desgaje se necesita buen cuchillo y buenas manos.

Pocos días después, de viernes, delante de la Iglesia de las Clarisas de Villaviciosa, dos señoras de edad, mientras esperaban la misa,  estaban asombradas de la cantidad de personas que pululaban por aquellas calles, y una dijo a otra: “Yo, María, no  sé por qué la gente tiene necesidad de moverse tanto…” Pregunta que seguro tiene muchas respuestas, tantas casi como personas, pero  que yo después de lo escrito me atrevo a contestar y decirle a esa señora malayesa que uno se suele mover por curiosidad, por conocer otras realidades- mejores y peores que la nuestra-, por asombro y especialmente por enriquecimiento humano, como me ha pasado a mí en Berodia, y es que el factor humano es esencial y primordial en todo y también en el mundo del viaje.

 

                   José Antonio Noval Cueto.