martes, 15 de septiembre de 2020

“San Juan XIII y la Santina”

 

"San Juan XXIII y la Santina"


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Quiso la casualidad que este año la festividad de la patrona de Asturias , la Santina, la celebrase en la parroquia gijonesa de San Juan XXIII- creo que es la primera parroquia con Juan XIII santo-
 y el motivo no fue otro que mi amigo el sacerdote poleso don Andrés Díaz Fernández, tomase posesión como titular de la parroquia,  y allí nos dirigimos mi esposa y yo, el pasado 8 de setiembre, a las 12:30 horas. Parroquia joven, trece años de andadura, para una comunidad joven y en expansión como es Viesques y a donde llega un sacerdote dinámico, experimentado y comprometido como don Andrés, arropado por su Buena Palabra, la del Señor, y su cercanía.

Ambiente festivo en un día netamente veraniego, alegría, cánticos, expectación – presentación del nuevo párroco, arropado por el párroco jubilado don Fernando Fueyo -  y el protocolo que una ceremonia de toma de posesión obliga: Palabras de Bienvenida y explicación del acto a cargo de don Juan Lozano, Arcipreste de Gijón, lectura del nombramiento, firma de aceptación del cargo ante las Sagradas Escrituras, celebración y ofrecimiento de la Santa Misa, con una breve y cercana homilía del nuevo párroco, Don Andrés, que centró las líneas fundamentales de su labor pastoral en : cercanía, acompañamiento…Para finalizar el acto, Mari Paz, una feligresa de su antigua parroquia, San Lázaro del Camino, Oviedo, pronunció unas palabras de agradecimiento hacia Don Andrés  y  expresó el deseo que los frutos logrados allí,  se intensifiquen en este nuevo destino, y es que como muy bien dice el salmo: “El Señor es mi Pastor nada me falta”.

Nada más entrar en el templo,  de tamaño medio y una decoración sobria y elegante , la figura de San Juan XXIII se hace presente, ya en la estatua de dimensiones moderada de su persona,  ,  sita en la parte izquierda del templo, ya en  el enorme estandarte colocado a la derecha del presbiterio con un retrato del mismo, y no es para menos, amen de otros muchos detalles que nos evocan su figura, relicario incluido.

Que la llamada sociedad líquida y productora de etiquetas hable bien de San Juan XXIII es de agradecer, pero aun así en esas generalizaciones se omiten aspectos que deben reseñarse y más en momentos tan difíciles como los que pasamos, y esta es mi pretensión, aun reconociendo que no soy un gran conocedor de la obra y vida de San Juan XXIII, y para hacerlo mi único argumentario son recuerdos y vivencias, ya vistos o bien leídos. Así la figura de su santidad se agranda a mis ojos de niño, cuando allá a primeros de junio del año 1963, cerca de la época de los exámenes de final de curso, aparecen banderas de duelo en las ventanas de las calles próximas a mi colegio y en mi lectura de un libro sencillo, humilde,  cariñoso, que recopila las cartas escritas por su Santidad en diferentes etapas de su vida  a sus familiares, titulado “ Cartas de San Juan XXIII a sus familiares”, que desvela aún más el lado humano del Papa y su bondad , su día a día, alegrías, penas, preocupaciones, deseos, y todo en un estilo sencillo, comprensivo, cariñoso. Son cartas a sus parientes. Su lectura resultó una auténtica delicia, pero eso sí, siempre que uno se marque una estrategia de lectura, sin prisas y a un ritmo de dos cartas diarias.

Fue de esa lectura como conocí las angustias y tristezas vividas por Su Santidad en su época  de Visitador Apostólico en Bulgaria, durante los años 1925 y 1934 . Fue sin duda una de los primeras personas en alertar a todo Occidente del mundo deshumanizado que se estaba gestando en lo que después sería la extinta U.R.S.S, cuando todos o casi todos los supuestos intelectuales occidentales, pensando bien, dormían el sueño de la ignorancia acerca de lo que ocurría en el bloque del Este, del que despertamos tardíamente, con la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989. También nos habla de la importancia de la oración y frecuencia de los sacramentos en la perfección de nuestra vida cristiana y que debemos ser selectivos a la hora de leer, algo que diría seguro hoy para el cine y la televisión .

De otros aspectos singulares de la vida de San Juan XXIII hay suficiente información: Convocatoria del Concilio Vaticano II y la búsqueda de una fe de calidad, vivencial, honda; de sus Enciclicas y de su sensibilidad y preocupación humana hay suficiente información y trasciende el contenido de este artículo que pretende darle la bienvenida al nuevo párroco de San Juan XXIII, don Andrés Díaz Fernández y desearle todo tipo de aciertos en su nueva responsabilidad que redundará en beneficio de todos.

Y para concluir estas letras permítaseme recordar que Su Santidad San Juan XXIII, al poco tiempo de ser nombrado cardenal Patriarca de Venecia, estuvo en Covadonga y en Gijón los días 20 y 21 de junio de 1954, y fruto de esa estancia son estas letras suyas que transcribo: “Yo amo a la Madonna de Covadonga como la amáis vosotros los asturianos. Tengo su imagen en mi dormitorio y para ella es mi primera oración de la mañana…”

¿Puede celebrarse mejor la festividad de la Santina que acompañando al nuevo párroco de Viesques, don Andrés, y recordando y venerando a San Juan XXIII?

 

                                                    José Antonio Noval Cueto.


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