La semana pasada hablamos de triunfo, de victoria, de premio,
de un trabajo colectivo que recibió la merecida distinción de un galardón
ansiosamente buscado y trabajado, y no quise enturbiar la alegría del premio de
Valdesoto “Pueblo Ejemplar 2025” con zozobras o inquietudes que venían por el
horizonte, pero hoy, después de tanto tanteos y drones vais a permitirme que
exprese mis inquietudes .
Todos sabemos que la mentira genera violencia, y que cada día haya más mentiras y
desinformación en esta alocada e interesada lucha por el poder no sorprende a
nadie. La tensión y la violencia van a más y no porque el ciudadano la busque,
sino porque las fuerzas del mal la van tejiendo y uno no tiene escapatoria, se
ve arrastrado por las mismas, pues ni información solvente tenemos y la verdad
no cotiza. Ejemplos de ello los tenemos a nivel internacional, véase Ucrania, que
en manos de las grandes potencias y sus caprichos, recuerda hoy a la trágica
España del 1936-39, con su carga de muerte, dolor y exilio, paso previo,
anticipo, banco de pruebas de la Segunda Guerra Mundial – recuérdese que la
Guerra Civil española concluye el 1 de abril de 1939 y la Segunda Guerra
Mundial se inicia cuatro meses después, el 1 de septiembre de 1939-, o el martirio televisivo de la población
gazatí , después de la matanza colectiva
de Hamas en el festival de música de Reim, sur de Israel, un 7 de octubre con
el horrible saldo de más de 1.200 muertos y más de 240 personas secuestradas –
se desconoce quién dio la orden y por qué- , a partir de ahí, la inaceptable,
desproporcionada y cruel reacción israelí.
Conflictos en los que el número de muertos se cuenta por miles- no son los
únicos, hay más de cincuenta- sin que a nadie le importe, e incluso alguno de
sus responsables son recibidos en alfombra roja y con música militar , aunque
sobre sus espaldas se amontones miles de fallecidos, así Ucrania, con más de
trescientos mil . En España, de momento, seguimos la estela venezolana, con la
soberanía popular secuestrada por un Frente Popular de “Todos contra el PP”,
ajeno al bien común , que pone en juego el llamado Estado del Bienestar (
Educación Sanidad, pensiones…) aun así se habla de Estado de Derecho, Transparencia,
Igualdad- cada vez las decisiones son más desiguales- ,respeto a la legalidad
mientras se presiona y descalifica al Poder Judicial…¡Vivir para ver!
Ante situaciones como las que vivimos de preocupante inseguridad jurídica y del todo vale para
detentar el Poder, no tiene que sorprender el desprestigio de la Política y la
desmoralización que sufre la ciudadanía, que busca ansiosa algo que le motive,
que justifique su existencia y ve su tabla de salvación en el fútbol, cada día
con más socios, que roza niveles de fanatismo, como aquellos aficionados
argentinos que ya en los años 70 vendían su habitación para hacerse con una
entrada de fútbol de su equipo. Aquí vamos en esa misma dirección y pagamos por
ver en televisión a nuestro equipo.
De lo que está pasando somos responsables todos, en mayor o
menor medida; no sirve mirar para otro lado, eso no ayuda a resolver el
problema o problemas, y por desgracia hay muchos y basta para ello ver las
trifulcas televisivas del Parlamento español, que denotan una total falta de
respeto hacia sus representados, hacia nosotros.
Pero hay una foto que me ha obligado a escribir estas letras,
que intentan ser un aviso de lo que puede pasar, y es que el 3 de septiembre
China celebró, con un impresionante desfile militar, el 80º aniversario de su
victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial. Entre los invitados Putín y
el presidente norcoreano Kim Jong-un…¿Quién da más?
El mundo está en pleno cambio y el mundo occidental en
peligro. Somos una civilización en decadencia, sin vigor, sin fuerza, ya ni el
rosario rezamos. ¡Hagamos lo posible para que esta foto no se reactive, que quedé
en el olvido! Esto no es nada nuevo. Las demostraciones de fuerza ya las
vivimos en las Olimpiadas nazis de Berlín de 1936…
El verano se nos va de
las manos y aún perdura en mi cabeza la buena y excelente prosa del escritor
brasileño Jorge Amado, con su novela
“Doña Flor y sus dos maridos” y su Salvador de Bahía.
Vuelve a ponerse de modo aquel viejo dicho de “Todo para el
pueblo, pero sin el pueblo”. Desde la
llegada de Pedro Sánchez se ha aumentado el empleo público en 650.000 personas.
¿Habrá dinero para tanto?
José Antonio Noval Cueto.