miércoles, 9 de julio de 2014

¡Cómo gambeteaba! (¡Cómo regateaba!)



Publicado en "La Nueva España" (15-VII-2014)

Hace un año , concretamente el 30 de junio, desde estas páginas dedicaba una despedida a uno de los mitos de mi infancia-adolescencia, Antonio Ramallets”, apodado el “gato de Maracana”. Hoy , 7 de julio, poco más de un año después el aire se impregna de tango y al son de “Caminito que el tiempo ha borrado, que juntos un día nos viste pasar, he venido por última vez , he venido a contarte mi mal” le digo adiós a la “saeta rubia”, a “estopita” a don Alfredo di Stefano. El pasado 8 de julio las portadas de todos los periódicos nacionales e internacionales abrían su edición con titulares épicos y el propio Rey Felipe VI  ha tenido un tiempo para acompañar a familiares y amigos en  estos momentos dolorosos. El reloj, como diría Neruda, marcha demasiado deprisa y se come los años, y mis mitos, mis héroes de niño van desapareciendo, me quedo sin  muleta, sin bastón, sin apoyo. La conclusión es que uno envejece, pero junto a él permanece el recuerdo, lo vivido, aquellas tardes de fútbol ante el televisor y la velocidad y técnica de Alfredo que después de once temporadas en el Real Madrid vistió por última vez la camiseta blanca un 26 de abril de 1.964 en el Santiago Bernabeu contra el Real Oviedo.

No es la pretensión de estas letras recrearme o glosar las hazañas de la “saeta”, sino evocar, animar , dar a conocer aspectos que quizás no sean del todo conocidos y que merezcan cuando menos una cita, una sugerencia y después que cada uno haga de su capa un sayo, y digo todo esto porque hace algún tiempo y con la intención que mis alumnos descubriesen que leyendo se pasa bien, me propuse cambiar la temáticas de sus lecturas, y antes de aconsejarles una, intente buscar sus intereses, sus temas preferidos, sus principales aficiones, y a partir de ahí indicarles una lectura donde la temática se centré en su afición favorita, sea la que sea. Mi intención era muy simple, graduar sus preferencias lectoras y lo primero de todo era lograr que descubran que leyendo se pasa bien, más aún cuando el tema es de su interés,  ya tendrán tiempo después, si se hacen lectores consumados, en impulsar su exigencia y calidad literaria. A nadie sorprende que muchos de mis alumnos tengan como afición preferida el fútbol, el deporte rey en España, máxime aún cuando al preguntarles que quieren ser de mayores, te dicen sin dudar, futbolista e incluso de esa misma opinión participan algunos padres y madres, de ahí que no sea nada sospechoso que una novela o cuento cuya trama se centre en el fútbol o bien libros divulgativos del mismo, memorias, autobiografías… logren que mis alumnos adolescentes, tan embrujados por la consola y por la imagen, descubran que la lectura es una posibilidad real de ocio, pero eso sí, depende de su elección, de lo que se lea, como cuando vas al cine a ver aquella película que te interesa, y fue así como un día en la biblioteca pública de Pola de Siero di con las memorias de Alfredo di Stefano, que redactadas y coordinadas por los periodistas Enrique Ortego y Alfredo Relano”, titulan “Gracias, vieja”, donde utiliza el  término “vieja” para referirse a  la pelota, al balón, al instrumento que le dio fama, dinero, poder, un modo de vivir, en resumen el tesoro de su vida.

Lectura amena, relajante, muy apropiada para estos tiempos estivales y donde ,a pesar de sus casi cuatrocientas páginas, las vivencias- impregnadas de sinceridad-, anécdotas y la buena redacción consiguen las delicias del lector y uno comprueba asombrado que acaba su lectura antes de lo esperado y con muchas citas o anotaciones extraídas, pues este libro, que he recomendado mucho en conversaciones con mis alumnos, atesora dentro de sus páginas verdaderas perlas de sentido común y de educación en valores, algo muy necesario en los tiempos que vivimos.  Así nos dice que: “El fútbol es pan para hoy y hambre para mañana, porque cuando tienes 20 ó 21 años, si no tienes una carrera de estudios o no tienes una carrera de profesión, te puede pasar lo que le pasó a mi hermano, que tiene una lesión y no tiene nada…”, todos conocemos algún que otro juguete roto por el fútbol,   o cuando le preguntan:”¿Qué queda de una vida así, con tantos partidos, tantos viajes, tantas aventuras? Pues me queda lo que a todos: la familia y los amigos…” o cuando nos comenta el cambio que experimentó su matrimonio a raíz del nacimiento de su primer hija:” Desde que llegó la primera hija, la vida nuestra cambió. Es una preocupación especial, es una responsabilidad más grande que ninguna otra. Una persona de principios jamás puede dar la espalda a eso”…Podría poner más muestras del sentido común que siempre ha acompañado a Alfredo en su época cumbre, pero creo que estas citas hablan por si solas y ponen de relieve su categoría personal, que es elemento básico para hacer el buen camino del triunfo, pues no sólo de pan vive el hombre y en esa misma líneas son palabras de referencia para mi las pronunciada por don Vicente del Bosque cuando al recibir el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes del año 2.010 nos relata las características de aquella generación, de aquel grupo de jóvenes que con nobleza, entusiasmo y entrega consiguió que España fuera campeona del mundo en ese año .

Siempre se ha dicho que el deporte ennoblece, forja voluntad y prepara para la vida. Con estas líneas he querido rendir tributo y agradecimiento a Alfredo di Stefano y recordar que en estos tiempos confusos, donde todo vale,” un jugador , como decía di Stefano, que no sabe defender, no vale”, y algo de eso le está pasando a la sociedad española actual, que llena de perjuicios, insegura, débil,  desconfía de todo,  hasta de si misma. ¡Qué Dios te tenga en la Gloria!

El tango sigue sonando :” Desde que él se fue, triste vivo yo, caminito amigo, yo también me voy”


                                                                     José Antonio Noval Cueto.

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