domingo, 10 de mayo de 2015

“El pollo al ajillo…”


No sé por qué , ahora que llegan las Elecciones municipales del 2015, me viene a la cabeza una de las costumbres más extendidas entre los jóvenes de los 70  en Siero y que aún persiste en zonas como Madrid con sus asadores rotatorios de pollos, como le archiconocido de “Casa Mingo”, y es que por aquel entonces se puso de moda el pollo al ajillo, y siempre que como o hablo del mismo recuerdo las tardes noche de las jornadas de baile del Samoa, en el Berrón, donde uno, en su mesón,  se recuperaba de las calabazas recibidas y de las piezas bailadas, con pollo al ajillo y lechuga, previamente aderezada de aceite y vinagre, y eso siempre que la economía lo permitiese.

Eran los tiempos de la  hoy conocida como década prodigiosa, las diferencias sociales se atenuaban, había más trabajo , las mujeres empezaban a incorporarse al mundo laboral, se ampliaba la clase media y ya no había que esperar a la fiesta del pueblo para trincar y saborear el exquisito  “pitu de caleya”,  pues gracias a las grandes superficies, granjas avícolas  y técnicas de consumo americano, se empezó a popularizar el pollo al ajillo, juntamente con la cocinas de gas, tipo “Fagor”, “Obregozo" "Corbero" "Balay" ...; era quizás un pollo “transgénico”, pero el ajo resolvía el problema aportando su sabor y todos contentos … A la carne de ternera y de cerdo le salió un nuevo competidor, el pollo, que aún hoy mantiene su importancia , así los  exquisitos “escalopes de pollos” o pollo frito enharinado, que hace las delicias de todos , por su sencillez,  fácil preparación y precio.

En esta campaña electoral tan abierta, didáctica y austera, o al menos eso parece,- espero que los líderes hagan propuestas ajustadas a la realidad de la calle, del  se puede- , a nadie he oído hablar del pollo al ajillo y la importancia del mismo para el desarrollo del campo astur, y es que  debe preocuparnos que si el consumo per cápita de pollo de los españoles está por encima de la media europea, con un consumo medio anual de 30 kilos por persona, frente a los 24 de media del resto de Europa, en Asturias haya descendido  la producción del mismo durante la crisis un 46,15%, mientras que vecinos nuestros como Cantabria o País Vasco han incrementado su producción un 333% y un 78,38% respectivamente. ¿Motivos, causas?. Hace algún tiempo un amigo me decía que aún no teníamos un matadero autorizado para el sacrificio de aves. ¿Es cierto? Dicen que no exige una inversión muy elevada.

No hace falta grandes estudios económicos para sacar partido a nuestros recursos y el campo astur tiene muchos y no muy aprovechados, ya va siendo hora de centrar la diana, los objetivos y poner en valor lo que tenemos, llámense fabes, manzanas, avellanas, nueces, miel, verdinas, carne, pescado, harina de maíz … y dejar en segundo plano las polémicas estériles de si las etiquetas del Gaiteru son grandes o pequeñas ¡La temporada de bonito promete, pues ya cotiza a 120 euros el kilo del primer bonito!

Siempre he defendido que no tenemos que menospreciar ningún recurso sea del sector que sea, que muchos pocos hacen mucho, y que el área agroganadero tiene y debe tener su importancia en el Principado, máxime cuando una de sus empresas como “La Central Lechera Asturiana” es uno de los emblemas de la marca Asturias en España y fuera de España.

Dicen que uno de los mejores tratados sobre la cría de gallinas se debe al gaditano Lucio Junio Moderato Columela, que ya hace 2.000 año nos habló de la excelencia de sus carnes y de la utilidad de su estiércol. Esperemos que tenga continuadores en Asturias y que un día no muy lejano “el pitu de caleya” sea Patrimonio Cultural del Pueblo Astur”, algo que ya es una realidad en Valdesoto desde el 2.004. ¡Espero y deseo que la nueva Administración sea sensible al tema!.


                                                     José Antonio Noval Cueto.

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