sábado, 4 de diciembre de 2021

“Sin moral no hay progreso…”("La Nueva España Digital de Siero, 5-XII-2021")


Una de las palabras más usadas y manidas, de esas que quedan bien, que valen para todo, es la de “progreso”, ya sea para justificar hornos crematorios, cárceles siberianas, número de parados, listas de espera médica, subidas de alimentos o cualquier otro obstáculo que se interponga al servicio de mi idea o de mi paraíso terrestre . Todo menos respetar la verdad y la dignidad de quienes debemos disponer de una objetiva y rigurosa información para poder ejercitar la libertad de elegir, de escoger.  Hay quien vergonzosamente se califica de  “progresista” sin el menor respeto a la verdad y cuando tiene como única solución a los  problemas del nacer y del morir, la misma muerte. ¡Qué lejos en el tiempo – cine de mi infancia- y qué presentes -en la actualidad-  aquellas imágenes de la educación espartana, donde la única solución para los físicamente débiles era el acantilado.

Visto lo visto da la impresión que nuestro avance ha sido pequeño. Del hambre en el mundo se podrían decir muchas cosas, pero lo que es evidente, según las potentes técnicas de fertilización agrícola existentes, que es más problema de distribución, que de producción, y más cuando el egoísmo es pandemia que va a más, y no busca vacuna. ¡Véanse los porcentajes de vacunación de los países de la UE y sabiendo que el Covid no se combate, por mucha vacuna que haya, mientras no esté todo el mundo vacunado, bien digo, todo el mundo vacunado!; algo que puede parecer difícil, pero no imposible, pues si somos capaces de construir tuberías de miles de kilómetros para traer el gas desde Siberia a Alemania, también podemos lograr esto, siempre que tengamos caridad,  fraternidad, auténtica solidaridad, pues conviene soltar las perlas antes que el peso de las mismas nos impida cruzar el río. ¿Estamos dispuestos a ello? …

Hace unos días me pregunté ¿qué referentes morales puede tener un joven de hoy, en épocas donde se engaña más que se miente? Tarde en hallar respuesta, pues viendo la jungla que nos rodea es difícil encontrar modelos que estimulen, que motiven, y siempre que los encuentro , los copio, los divulgo, así unas recientes declaraciones de Rubén Blades a Leopoldo Padura, escritor cubano, que no tienen desperdicio, que hacen mucho bien y del que tan necesitados están nuestros jóvenes, cuyos poros ya no soportan tanta manipulación - son el objetivo a batir,  les queda vida- . Salvo honrosas excepciones, como la citada, los personajes de papel cuché no se sostienen, no soportan el menor análisis. De los hombres públicos, políticos profesionales en ejercicio, hombres clínex para todo, pocos se salvan. El sistema les engulle o se dejan engullir. Su única preocupación es “lo mío, qué hay de lo mío…”.  De los contenidos televisivos y de los programas de mayor audiencia es preferible no hablar, y otro tanto de los libros más vendidos o “manuales de resistencia” interesada, y mientras la novela rusa ,Galdós y Clarín sin leer …; los más juiciosas, ya por eliminación y si hubo previamente buena siembra,  acuden a sus mayores, padres o abuelos, que enfermos y poco alimentados, soportaban todo tipo de carencias, para traer a casa   el pan, el abrigo, el cariño.

Mi abuelo, Tino, me decía Juan, se levantaba todos los días a las 5 de la mañana , cogía su bicicleta y a trabajar, hasta las 14 horas del mediodía, y ya en casa a cuidar de su prole, de sus vacas y a sembrar en la época, y así durante cuarenta y cinco años. Su única satisfacción y recompensa la sonrisa y el buen hacer de mi abuela, Matilde, y los gritos y anhelos de sus hijos. A la vera de la muerte y comprobar lo sembrado,  me digo: “Andrés, mereció la pena”.

Deseo que ejemplos anónimos como éste abunden en España, en Europa, en el mundo, ya que comunican y dan más luz que cien tesis doctorales por muy plagiadas que estén, y ponen en valor lo ya tan sabido de que sin amor no somos nada, y más ahora que se acerca la Navidad.

Antes de escribir estas letras mi amigo José me envío un precioso y original vídeo de Correos para estas fiestas, que es toda una reivindicación del mundo rural y del factor humano, y donde sus personajes dicen frases tan jugosas como : ¡Sin prisa! ¡Mira a la cara y saluda! ...No te preocupes, aquí no te va a faltar de nada, para eso estamos nosotros”.

Visto el vídeo recuerdo que Pablo Neruda, al hablar de  “patria”, término que pone nervioso a algún que otro supuesto progresista, decía: “La Patria no es sólo territorio  y extensión; es  profundidad y altura”.

En resumen, sin moral no avanzan los pueblos, ¿quién imparte la misma?... sacerdotes, profesores, padres, cada uno de nosotros, pero unos con más responsabilidad que otros. Procuremos hacerlo bien. Este pueblo ha dado ejemplo y da de  ser un buen vasallo -véase el reciente confinamiento- , ojalá  tenga un buen señor.

 

                                José Antonio Noval Cueto.




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