Somos un pueblo que olvidamos rápido, que nos dejamos seducir
fácilmente y en el que el pesebrismo instalado oculta la verdad y silencia la crítica. Ya Galdós, en sus “Episodios
Nacionales”, decía que el problema político en España dependía de la empleomanía
o ventajas a obtener – era la época de los cesantes- y mucho de esto aún perdura en la actualidad y teje una sólida red
hermética a todo cambio o queja, por mal que lo hagan sus líderes – hay
silencios que desencantan y desesperan--, pues son muchos los miles de personas que
tienen trabajo si su partido gobierna ,
y de esto se aprovechan sus jefes y se abastece el aparato de los partidos, que
desconecta interesadamente de la realidad
y se dedica a inventar una nueva, ajena a las necesidades del ciudadano.
El ejemplo más reciente y evidente de todo esto lo han proporcionado la
sentencia de los ERES de Andalucía, timo electoral que costó más de 670
millones de euros – dinero destinado por la Unión Europea para combatir el paro
-, sin contar los beneficios obtenidos por quienes ejercieron el poder
fraudulentamente- jugaron con cartas marcadas- durante tantas décadas. También
en esta misma línea surge la interesada e inútil polémica de lo público y lo
privado, cuando ambas se necesitan, y si no que se le pregunten a los más de
diez millones de personas que tienen sanidad privada o los múltiples ingresos
que las diferentes actividades económicas generan en las arcas de la
Administración (municipal, autonómica o estatal). Quizás sea llegado el momento de reflexionar y
plantearse una reforma de la Administración acorde con los tiempos que vivimos,
y ver como encajar el difícil problema de compatibilizar las aspiraciones del personal interino con las expectativas de
quienes quieren obtener su primer trabajo, y plantearse en que queda aquello de que a la Administración se accede
por igualdad, capacidad y mérito…Algo se debe andar en esa dirección y quizás
sea llegado el momento de plantearse la relación que debe existir entre gasto
de personal y presupuestos de la entidad y porcentaje del mismo.
Ahora que estamos en 2022 quizás sobra recordar que el dinero
no cae del cielo, y que todos necesitamos un gestión seria y responsable, tanto
en el ámbito familiar como social, y más en tiempos en los que hay que hacer
más con menos. Tenemos que priorizar los gastos y ver la manera de que la
maquina llamada Estado coja la fuerza y vigor que necesita y para ello es
necesario un Equipo de Gobierno que cree las condiciones óptimas (credibilidad,
fiabilidad, seguridad jurídica, coherencia, prestigio…) para que este país
tenga la vitalidad que todos queremos, pero para eso es vital un programa
económico centrado en la realidad y no en la demagogia, y esto no se logra sin
unos inversores, emprendedores y sindicatos responsables, a no ser que alguno
crea que la solución sea el Papa Estado. El único país que llevó a cabo esa
experiencia todos sabemos cómo acabo, pero el mejor ejemplo de ello nos lo dio
el periodista polaco Kapuscinski, que en su primer viaje al extranjero ,
concretamente a Roma, al entrar en una tienda para comprar una camisa, se
sorprendió que las dependientas le saludarán y que una de ellas se dirigiera
a él para atenderle. Hace unos días el escritor Leonardo Padura nos decía que
en su patria, en Cuba : “La situación económica en estos momentos es muy tensa,
con muchas dificultades y carencias. No hay cigarrillos, no hay café, no hay
azúcar, no hay electricidad…no hay esperanza…” . Hace poco tiempo nuestro
Gobierno alarmó a algunos sectores económicos con nuevos impuestos. En poco
tiempo de pasó de indultar a alto ejecutivo de Banca, con Zapatero, a
fustigarles ahora con nuevas subidas bajo el epígrafe de “Prestaciones de
Patrimonio”, con más ánimo de hacer propaganda y quedar bien con su electorado que de hacer Caja.
Siempre se ha dicho que la Política es el arte de hacer
realidad lo posible. Hagámoslo. Y eso empieza por vitalizar y reforzar el
llamado Estado del Bienestar que se centra en tres pilares: a/Sanidad
b/Educación y c/ Pensiones, y para mantenerlo y mejorarlo se necesita que
cuantas más personas trabajen, mejor. Hoy los afiliados a la Seguridad Social se
aproximan a los veinte millones de
personas y aun así, el Estado del Bienestar está en serio peligro y basta para
ello fijarse en las enormes listas de espera para realizar una intervención
quirúrgica. Algo tenemos que hacer. Los problemas no se resuelven solos.
Mientras escribía estas letras venían a mí unas imágenes
televisivas del pasado, cuando una mañana, 17 de noviembre de 1972,acompañando a mi
abuelo Benigno en su habitación, éste , sentado en su sillón, contemplaba
asombrado la subida al avión de Juan Domingo Perón y de su esposa Isabel, quienes, después de 17 años de exilio, regresaban a
Buenos Aires. Mi abuelo, emigrante en Argentina durante cuarenta y cinco años,
no daba crédito y en su perplejidad dijo:
¡Como se atreve este hombre a regresar Argentina si fue quien
la arruinó!
Que no nos ocurra a nosotros lo mismo. Es responsabilidad
nuestra evitarlo. Zapatero casi lo logra. ¡Cuidado!
José Antonio Noval Cueto.
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