Hace unos días el Director de la
Real Academia de la Lengua, don José
María Blecua, comunicaba que el próximo 17 de Octubre su majestad el rey Felipe
VI presentará la nueva edición del Diccionario de la Real Academia, en su
vigesimotercera edición, y que éste constará de 93.111 artículos o palabras
seleccionadas, concretamente 8.680 palabras más que el vigente de 2.001. Prueba
evidente de la vitalidad y arraigo de nuestro idioma. Uno de los periodistas le preguntó:
¿Cuál era su palabra preferida? Y éste, sin dudarlo, respondió :”Libertad”,
pues supone presencia de la ley”.
No me he atrevido a usar ningún
adjetivo que acompañe al título, pues quiero resaltar la esencia del concepto,
que se deteriora , a veces, de su
múltiple e inadecuado uso, y buscar lo básico del término. Y en esa búsqueda no
puede faltar el Quijote y uno de los consejos que el señor Quijano
traslado a su criado Sancho cuando le
dice: “ La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los
hombres dieron los cielos...por la libertad así como por la honra se puede y se
debe aventurar la vida.”
Apenas actualizado el recuerdo
cervantino viene a mi cabeza esa frase
que tantas veces hemos oído desde niños en nuestras parroquias y que decía: “La
verdad os hará libres”, o dicho de modo más simple que la libertad debe estar
basada en la verdad. Y es aquí cuando me
surgen las preguntas, las dudas, los interrogantes. ¿Hemos vivido en auténtica
libertad desde 1.975 hasta la actualidad o ha sido una libertad formal,
estereotipada, de pantalla?¿Se nos ha dicho toda la verdad? ¿O había varías
verdades según el momento o como decía el poeta “…también la verdad se inventa”?. Estas
preguntas salen de mi garganta al ver el negro futuro de nuestros
jóvenes que llegan a los 30 y no tienen trabajo, al comprobar que personas en
la madurez de sus vidas y con una experiencia profesional envidiable son
arrojadas a la cuneta, después de más de 25 o 30 años de trabajo, o al observar
la desolación de muchos mayores que por ayudar a sus hijos o nietos no tienen
dinero para las medicinas del mes. Se
nos dice que son tiempos difíciles, que la crisis internacional diezmó las
arcas del Estado,pero aquí viene la desolación, el fraude, y es que la crisis
no azota a todos por igual y es más parece
que fue la oportunidad que tuvieron algunos desalmados, no importa la ideología, para robar, esquilmar y divertirse con el dinero de todos y dejarnos sin leche en el biberón,
pero, repito, aquí no pasa nada, no hay legislación y si la hay favorece a los de siempre. De cuanto digo hay
portadas en la prensa todos los días y ya casi ni nos asombramos, pero en
nuestro interior preguntamos ¿cómo hemos podido caer tan bajo? ¿ quién defiende
nuestra honra de pueblo, de españoles, de personas dignas y trabajadoras o es
que rige la ley de la selva, el que la coge para él? .
Siempre he defendido la
Transición como uno de los periodos más importantes de la historia reciente de
España y he sido uno de aquellos jóvenes entusiastas que contribuyó ,en la
medida de sus posibilidades, a hilvanar una España para todos, donde la ley
regulara nuestra convivencia y donde la fraternidad fuera auténtica, y donde el
débil tuviera la máxima protección y amparo, pero los hechos son contrarios y temo
que una vez más nos hayan engañado, pues
lo que estamos viendo un día sí y otro también deja poco espacio para la
esperanza, para la ilusión, y yo no me resigno a vivir en una sociedad
corrupta, putrefacta, hedionda, donde el hombre/ mujer no sean el elemento a
proteger . Una vez más se demuestra que querer transformar la sociedad sin
cambiar a las personas es esfuerzo inútil. La respuesta de José Mª Blecua me
traslada a aquellos versos de A. Machado que dicen “Bueno es recordar las
palabras viejas que han de volver a sonar”, y eso es lo que yo aún espero, que
suene una libertad llena de verdad y de futuro..
José Antonio Noval
Cueto.
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