Hay días que las noticias vienen a la mano de uno y eso me ha
ocurrido recientemente cuando mi amigo José Manuel Muñiz, antiguo alumno de la
Universidad Laboral, ha tenido el detalle de invitarme a la lectura de un sencillo
y emotivo libro , editado por la Asociación de Antiguos Alumnos de la
Universidad Laboral, en su nueva colección “Infanzón”, que tiene el loable propósito de servir de cauce
a la expansión de las vivencias y testimonios personales de aquellos años
(1955-1978), así como recordar la importancia de las labores educativas y de
formación realizadas.
El libro escrito por un antiguo alumno burgalés perteneciente
a la Quinta Promoción de Maestros Industriales
(1960-1965), don Jesús Merino Santos, consta de dos partes: La 1ª, más humana y
vivencial, aparece con el título de “Sueños, realidades y recuerdos de Pelayo
Etxabe Lendoiro”, personaje de ficción a través del cual el propio autor nos
transmite sus vivencias en la Universidad de Gijón y valoración de la educación recibida, una vez ya jubilado. A través de sus páginas
se nos habla de Divisiones o Grupos, de clases y asignaturas nuevas como Tecnología, Dibujo Técnico, Talleres, de
música , cartas, ping-pong, travesuras, verbenas. Se aspira el olor de las
butacas del Salón de actos, se disfruta
del colorido de su mural y se percibe la expectación que genera una velada de
cine ante una película titulada “La Gran evasión” en un internado de la época;
pero también se habla de disciplina, convivencia, comunicación, cultura, sociología teatro, pintura y hasta periodismo, ya que en el año 1960 aparece su periódico “La
Torre”, cuyos ejemplares están todos recopilados en formato libro, y que en su
número 50 dice :” Una especialización tecnológica sin una cultura proporcional,
desequilibra al hombre, le incapacita…La cultura general da a la mente una
elasticidad que es indispensable al técnico para encarar los problemas de la
vida y de los hombres con quienes trata…”. Palabras muy necesarias para los
tiempos que vivimos. En este recorrido o análisis de esa etapa no
pueden faltar las personas y sus quehaceres, sus modos de ser, sus conductas,
así el Padre Rivero, el Padre Miguel Ángel Muguiro, las clarisas franciscanas
(responsables de cocina, lavandería), los responsables de la cafetería y
especialmente los alumnos, sus compañeros, así Antonio González, Miguel A.
Caldevilla, Antonio Prados Maceiras “El Pulpo, o los héroes del salto a la
verja aquella noche de San Juan de 1965 para asistir a la verbena de Veriña,
como Francisco Sampelayo, David García, José A. Zabala, Zaera de la Vega, u otros
como los vascos Domingo Navarrete y José Antonio Isusquiza o el sierense,
natural de Carbayín, buen amigo, Don César Díaz López, amante de los bolos y
Director de la Caja de Ahorros de la localidad ,fallecido hace años, protagonista
en su doble faceta de alumno preocupado por el examen del lunes y como solidario
que intenta atenuar las dificultades de compañeros en apuros.
A lo largo de estas páginas y en boca de diferentes antiguos
alumnos que se reúnen cada dos años para participar en el “Día del Antiguo
Alumno” salen afirmaciones que deben hacernos pensar a todos como “Fue una oportunidad de futuro”, “Fue el mejor centro de formación profesional de
España” - recordemos que inició sus actividades en 1955 y con 408 matriculados,
la mayoría asturianos(111), 64 de Cataluña, 61 de Castilla la Mancha, 27 de
Castilla la Vieja, 22 de León…- El número de personas que han pasado por sus
dependencias se cuentan por miles y dada la calidad allí impartida lleva al autor a plantearse la siguiente pregunta “¿Habremos desaprovechado ingentes recursos
económicos, técnicos y pedagógicos al haber liquidado las Universidades
Laborales?¿La Historia juzgará?
La 2ª parte titulada “Génesis, historia y construcción de la
Universidad Laboral” es meramente erudita y técnica. Nos habla de sus orígenes,
objetivos, reflexiones de responsables - como la pronunciada por el ministro de
Trabajo, Sr. Romero Gorría un 5 de marzo de 1963 cuando digo:”La riqueza de una
nación depende, sobre todo, del desarrollo de los Recursos Humanos”, que tiene
su traducción popular en una canción de Antonio Molina que dice:”Si quieres
hacer dinero, hazte amigo del obrero” ¿Cómo? La respuesta la tenemos todos en
la boca- , construcción y modelo constructivo -clasicismo o equilibrio del
hombre ante la vida-, dependencias (salón de actos, Iglesia, patio corintio,
patio central) y su emblemática Torre de piedra, modelo Giralda de Sevilla,
que con sus 133 metros y sus tres cruces al viento, es la mejor atalaya para
conocer Gijón y que incomprensiblemente muchos asturianos , entre los que me
encuentro, aún no conocemos, aunque en defensa mía tengo que confesar que no es
por no intentarlo, pues una mañana soleada de agosto de 2013 al dirigirme hacía
la taquilla para abonar el importe de un euro para subir, me encontré con la
sorprendente respuesta de una cartel que decía: “Visitas a la Torre a partir de
setiembre”. ¡Vivir para ver! Supongo que el tema ya esté resuelto si de verdad
queremos que Gijón sea la ciudad más visitada del Cantábrico.
No quiero terminar esta breve reseña de este oportuno e
interesante libro sin agradecer el testimonio y amor que destilan las palabras
de Don Jesús Merino, así como felicitar a la Asociación de Antiguos Alumnos por la
publicación de este primer tomo de su colección “Infanzón”, que espero que sea
el inicio de otros muchos. Antes de concluir permítaseme recordar que hace unos
años , en una muestra de arquitectura civil de la España del s.XX celebrada en
Madrid, los dos únicos edificios que representaron a Asturias fueron la
Universidad Laboral y la Plaza de Abastos de Siero.
José
Antonio Noval Cueto.
P.D “ Antes de llegar
a la autopista , aún pudo ver las tres cruces que asomaban en lo alto de la
Torre de la Universidad, apuntando al cielo…”