“Sois un peligro
público…”
Nos venden seguridad y ésta no existe. Desde que el ser
humano pisa la tierra, la zozobra, la inseguridad preside su vida y basta para
ello centrarse en el sector más productivo de nuestra economía, el turismo, el
llamado petróleo nacional, que depende de factores tan volátiles como el clima,
la seguridad, los pilotos y los controladores aéreos, limpieza, huelgas …, y
todos sabemos que cualquier factor , por pequeño que nos parezca, puede acabar
con la gallina de los huevos de oro y ejemplos de lo que digo tenemos muchos y
próximos, y todo esto sin ser
responsabilidad directa nuestra.
Hace ya un tiempo, como quien dice ayer, en la España del 600
y del 850, era muy frecuente en nuestras carreteras la imagen del dominguero, esa
persona que sólo cogía su auto el domingo, y cargado de ensalada, empanada,
tortilla se dirigía a nuestras playas u
otros lugares de recreo, con una conducción insegura y lenta, que generaba
grandes retenciones de tráfico y que , con cierta frecuencia, su impericia convertía la impaciencia en accidente. De ahí esa
expresión tan repetida de:
- - Fulano
de tal es un peligro público en la carretera.
Todos los años, los coches de más de cuatro años, tienen que pasar
la Inspección Técnica de Vehículos, previo un pago de casi 40 euros, y sólo se
autoriza su rodadura si cumple los niveles de seguridad permitidos. Esta media
preventiva de evitar accidentes también se está aplicando en algunos
ayuntamientos a los edificios o inmuebles
de cierta edad, más de veinticinco años, como estructuras, fachadas,
techumbres, cornisas, balcones…y ahora, en este patio de Monipodio en que se ha convertido la política española, urge
a la representación política, sea del partido que sea, arbitrar y aplicar unas
medidas de seguridad, de higiene democrática que devuelva la frescura, la
alegría y la esperanza a la política española, en resumen, a todos nosotros.
Esta petición que aquí expongo no es mía, ya se la oí en un
discurso de Navidad al rey Don Juan Carlos cuando reconocía que las soluciones
a los problemas del momento debían partir de la clase política, pero poco se ha
avanzado en ello, salvo permitir la aparición de dos nuevas fuerzas políticas,
donde unos, Ciudadanos, parece que quieren devolver la ilusión a los ciudadanos,
y otros, Podemos, buscan el asalto y
conquista del Poder como un fin en sí mismo y único, pero los españoles han
descubierto a tiempo sus verdaderas intenciones y el pasado 26 de junio de 2016
les han puesto un freno, les han dicho
hasta aquí hemos llegado , que no pueden confiar en quien hace de la presión,
de la tergiversación sus herramientas de trabajo, en quien sólo busca contentar
a todos para obtener el voto y en quien hace del Parlamento , sede de la
soberanía popular, un circo, un teatro, donde importa menos solucionar
problemas que crearlos, pues saben que si rompen, si desestabilizan, si
destruyen aumenta la desesperación y eso les beneficia electoralmente.
Es cierto que no todos
los capítulos de la política española de los últimos años han sido ejemplarizantes,
es cierto que temas que debían haberse divulgado se han silenciado e
incrementado, es cierto que todos y cuando digo todos es todos, han utilizado a
los ciudadanos como rehenes de sus caprichos o intereses y que no siempre la
verdad, la verdad objetiva, real y palpable se ha respetado, y que España y los
españoles han sido un pretexto para otros fines, objetivos, llámese partido,
aparato, programa, ideología. Es cierto que los intereses económicos han
coaccionado o tratado de coaccionar la política española, como también ocurre
en todos los países del orbe mundial, pero ya ha llegado el momento de
deslindar quien se preocupa y le preocupa España y los españoles o quien los
usa para saciar sus ansias de poder. Ya va siendo hora de deslindar quien le
interesa el presente , el futuro y el bienestar de sus vecinos o quien vive anclado en el rencor, en el
pasado.
Hay muchos peligros públicos en la vida española, es
necesario denunciarlos y arbitrar unos
mecanismos de control que eviten su proliferación. A esa tarea estamos
obligados y llamados todos, pero para ello es necesario que la prensa respete
el derecho que tiene todo ciudadano a recibir una información objetiva y veraz.
José Antonio Noval Cueto
P.D En 1934 la película
“Enemigo público número 1”, dirigida por Van Dyke y
George Cukor obtuvo el Óscar a la mejor historia original, y uno de sus
protagonistas fue W.Clark Gable, el llamado “Rey de Hollywood”, nacido en
Cádiz-Ohio 1901.
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