Sorpresas me da la vida, y últimamente cada vez más cerca. El
lunes, día 24 de mayo, al mirar hacia la
Iglesia de San Pedro mientras paseo por la calle Enrique II de Pola de Siero, observo,
que en la ventana de la primera torre, sobresale una bandera blanca que saca su
pica fuera de la misma. ¿ Motivos, causas, mera coincidencia?¿Significaciones?
Muchas: Petición de ayuda, de alarma , de paz, de acuerdo; inicio de las obras tan necesarias que
necesita el templo; recaudación de la ímproba cantidad de dinero que se
necesita para acometer las obras de la 1ª Fase del templo que asciende a
236.000 y eso que Don Fermín, el
párroco, nos ha informado no hace mucho que se ha recaudado hasta ahora una
tercera parte ; reivindicación del mensaje evangélico de paz y caridad – el blanco es un color muy eclesiástico-…
Podría ir buscando más explicaciones o significaciones al porqué de la bandera blanca en la torre de
San Pedro, pero un café y las explicaciones de mi amigo José Ramón me han dado
la respuesta que provoca estas letras. Y es que la bandera blanca muestra y
expresa la alegría que tienen todos los feligreses de San Pedro Apóstol de Pola
porque uno de sus hijos, don Marcos Argüelles Montes, ha sido ordenado
sacerdote el domingo 23 de mayo, festividad de Pentecostés, en la catedral de
Oviedo. Han pasado veintitrés años desde la última ordenación de un hijo de la
parroquia, en la persona de Don Andrés.
Siempre he defendido que la palabra vocación, en su sentido
pleno, existe, y que si hay vocación para ser taxista, camarero, médico, profesor,
periodista …, en resumen para todo y se nota, yo, quizás por mis creencias y formación
, la asocio más a “sacerdocio o persona
consagrada” y es que cuando Dios llama a la puerta no hay quien se resista. Si la fe es un don de Dios, con más
motivo ser sacerdote o persona consagrada, y más en estos tiempos de ruido e
increencia, que propician una vida robótica, uniforme y repetitiva, y menos una
vida personal, reflexiva, auténtica y con sentido. Las consecuencias de todo
esto es que hay quien sólo tiene alforjas para su viaje de juventud y eso si no
hay enfermedades, y otros que las tienen para cualquier edad … ( niñez, juventud,
madurez, vejez…) . De llenar esas alforjas se ocupa el Señor por medio de su
ministro o representante en la tierra, el sacerdote, que debe compatibilizar
mundo y aislamiento, acción y oración. Nunca como ahora han sido más necesarias
la confianza, la estabilidad, la seguridad que da el sentirse amados y
protegidos por un Dios-Padre que cuida y vela de cada uno nosotros y nos
conduce a su Casa, y es que solo Dios tiene palabras de vida eterna, de las que
tan necesitados estamos y más en estos tiempos donde se ha evidenciado que sin
amor no somos nada. ¿Si estamos consiguiendo doblegar la Covid 19 con una
vacuna apropiada, qué no conseguiremos con la vacuna del amor, mensaje central
de nuestro Credo? ¿Qué mundo no conseguiríamos si todos nos supiéramos
hermanos? A todos nos llega el momento de optar entre adorar y adorarse. Dios
solo pide que le escuchemos y observemos lo que nos rodea, pues habla y
comunica de muchas maneras. Las fuentes de las que se abastece son muy
conocidas (oración, sacramentos…) pero especialmente la Palabra de Dios o Sagrada
Escritura (La Biblia), el libro más intemporal y actual de todos los tiempos,
el más traducido y vendido, aunque quizás no lo suficientemente leído , y es
que en palabras del escritor Pablo d’Ors, “es la historia de nuestra propia
vida: una guía para aprender a ser quienes somos y para tener el coraje de
vivir de otra manera”
En tiempos de consumo y de desesperanza mientras algunas
huestes intelectuales propugnan como solución a los problemas del presente el
culto al “yo”, la moral del momento y el vacío como respuesta, es de agradecer
y valorar que en el seno de una pequeña parroquia como la nuestra, la de San
Pedro Apóstol de Pola, con virtudes y defectos – somos humanos, no perfectos- surjan luces de esperanza, de compañía, de motivación,
que invitan a buscar un mundo mejor ,más
humano y fraterno en la persona de un nuevo sacerdote, como Marcos. ¡Que Dios te
proteja y nos proteja!
Ante la vida solo caben dos posturas, la de quienes se
consideran dioses y creen que por sí mismos se valen y en sí tienen todas las respuestas
que necesitan, o la de quienes,
asombrados de lo que vemos y nos rodea, temerosos de Dios, nos sabemos poquita cosa y no tenemos empacho
en reconocer que lo poco que somos y conseguimos se le debemos, en mucho o en
todo, a un Dios padre, que vela y cuida
de nosotros y que nos anima a continuar
y realizar el camino que nos tiene preparado y a quien acudimos con nuestra
plegaria en muchos momentos del día y de
la vida. Nos negamos a que el vació, la nada , sea la única respuesta que reciban nuestras mentes y rogamos al Dios
Creador que nos acompañe, que no nos
deje solos, y como seguidores de Jesús aspiramos a que digan de nosotros como
decían del Maestro: “Paso por la vida haciendo el bien”, y para lograr este
objetivo fundamental necesitamos del
Buen Pastor, del Buen Sacerdote que , como Marcos ahora, conozca sus ovejas y
las conduzca al redil, al lugar seguro.
¡Enhorabuena, Don Marcos! ¡Que el Señor
siga enviando operarios como Tú a la mies!
José
Antonio Noval Cueto.