Esta capilla digna, de no muy grandes dimensiones, espaciosa,
de sobria decoración, con la madera y la piedra como principales elementos,
tiene dos zonas: 1. La zona de bancos, donde se ubican los fieles y 2. El
presbiterio propiamente dicho, que se levanta sobre una plataforma de sólidas
vigas de madera, no muy elevada, donde se asientan el altar, sobre un
resistente y elevado tronco de castaño; el atril formado por dos grandes
piedras, procedentes de Covadonga y el Monsacro, y un antigua pila bautismal
también de piedra. En pared frontal, según entramos, en la zona izquierda, decorada con tablas
gruesas de madera barnizada, se erige la imagen de la Virgen de Fátima ; en el centro el Sagrario con la puerta
abierta- lleva mucho tiempo sin culto- . próximo un Cristo yaciente de no grandes dimensiones, de maderas redondeadas, de cuerpo estilizado con un tórax de costillas marcadas y abdomen abultado ,y ya en la pared blanca restante, está
colocado el relieve que da nombre a la Capilla, Capilla de los Mártires, - cuyo origen se
desconoce, ya que hay quien lo sitúa en el siglo X y quienes en el siglo XVI- ,que
mide 55/63 cm , con dos figuras masculinas, de pie , que representan a los
santos Fabián y Sebastián. Una lleva una
lanza o espada, la otra apoyada en un poste y con flechas. Se cree que fue
placa del pórtico de la capilla del antiguo Hospital de Peregrinos – recuérdese
que este Hospital abierto en 1330 fue el primero de toda la cornisa
cantábrica…- ; luz , la adecuada, con
apliques de forja y unos pocos óculos.
Era la primera vez que vi celebrar la misa a don Fermín en
esta capilla, cuya voz no tenía necesidad de micrófono, ya que se oía bien,
fuerte, clara y diría que emocionada, como también estábamos los presentes.
Llevábamos muchos meses sin misa, casi 20 meses, y hoy, 3 de noviembre, al
empezar la misa don Fermín nos recuerda que la Iglesia celebra y venera la
figura de San Martín de Porres, el popular “Fray Escoba” de mi infancia.
Como pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando en los
cines se proyectaba la película de “Fray
Escoba”, allá por 1961 y era René Muñoz, actor cubano , quien hacía el papel de
Fray Escoba y también lo hizo que recibió el Premio Especial de Interpretación,
así como también Jaime García-Herranz por su excelente guión.
Mira por donde la pandemia ha puesto en comunicación a San
Sebastián , a San Fabián con San Martín de Porres, “Fray Escoba”, y con nosotros, feligreses de Pola, y nos ha
recordado que Martín, hijo de un noble burgalés, llamado Juan de Porres,
caballero de la Orden de Alcántara, y de
una negra liberta llamada Ana Velázquez, es el primer santo afroamericano y es
tanto el bien que ha hecho, a pesar de las dificultades y obstáculos que tuvo
en la vida, - pues no debía ser muy agradable ser mestizo y más en aquella
época- que el día de su canonización, un 6 de mayo de 1962 el papa San Juan
XXIII le llamó “Martín de la Caridad”.
Martín de Porres Velázquez, nacido en Lima el 9 de diciembre
de 1579 y fallecido en 1639 , tal día como hoy, nos recuerda que la falta de humildad
(escoba) y de caridad (ayuda al necesitado) hacen más daño a la Humanidad que
el Cambio Climático.
Ahora que estamos en campañas y ataques continuos al legado
español por tierras americanas, recuerdos como éste ayudan a entender nuestro
labor, que si tuvo fallos, también tuvo aciertos, y más si los comparamos con
otras potencias depredadoras europeas y en una época que depredadores eran
todos. Hace ya tiempo que Pablo Neruda dio respuesta al tema cuando dijo: “España
nos lo quitó todo, pero también nos lo dio todo”, hasta el mismo idioma que
como decía Miguel de Unamuno “es sangre del espíritu" y que hoy nos comunica con
casi 600 millones de personas y es el segundo idioma de comunicación
internacional. Yo siempre me pregunto si cuando un vasco, un catalán van a
Buenos Aires a hacer negocios ¿ qué hablan? ¿catalán, vasco o castellano? Creo
que la respuesta la sabemos todos.
José Antonio Noval Cueto.
P.D Hoy quise comprar por Amazon la película de "Fray Escoba", y no la había. Insistiré.
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