Si tuviera que decir qué puede ser materia de un artículo, ya
que hay tantas noticias como vidas y situaciones acontecen en el
trascurso de un día, de una hora, de un minuto y esto sin entregar en las
lógicas preferencias de quien escribe…sería difícil llegar a un acuerdo, de ahí
que he optado por un plan de mínimos y en él está que siempre
que algo me asombra, tarde o temprano, me obliga a escribir unas letras.
Primero para agradecer el esfuerzo de lo bien hecho y ejecutado, después por la
utilidad de esa información y especialmente para resaltar lo que debe ser
resaltado-
Y es que lo vivido o experimentado por mí , indocto musical, el
pasado sábado, 4 de junio , a las 20.00 en la Iglesia-Auditorio de San Pedro
Apóstol de Pola de Siero me lleva a escribir estas letras que intentan reproducirlo,
aun sabiendo que no hay texto que lo traduzca fielmente , pues sé que no es fácil convertir
en letras las notas y escalas de composiciones tan litúrgicas, tan sublimes y espirituales como las
interpretadas y además en un Iglesia, en la de San Pedro Apóstol de Pola de
Siero, en la que el colorido, sobriedad y
majestuosidad de las pinturas de Casimiro Baragaña aportan ese tono riguroso y trascendente que hacen de este presbiterio un lugar
especial y muy adecuada para albergar este
tipo de conciertos, del que son protagonistas la Asociación Cultural “Amicorum
Musicae” y la Orquesta Universidad de
Oviedo. Los factores citados y la profesionalidad, buen hacer y entusiasmo de músicos
y cantores han convertido este Concierto
en algo sublime que no se puede olvidar y de lo que quiero dejar constancia,
pues sé que estará presente en la mente
de todos nosotros como símbolo de lo que
es una buena música y una mejor
ejecución. Oírlo y visionarlo ha sido todo un privilegio, y de ello quiero dar
cuenta.
La clausura del XXIX Memorial Don Ángel Émbil
, organizado por la
Asociación Siero Musical , concluye con este Concierto , donde la batuta fue la
profesionalidad que no escatimo detalles, desde la misma presentación de la
Tarjeta con el Programa del Concierto, las sentidas palabras de agradecimiento
de Maite Émbil a todos los asistentes y
la voluntaria donación de los presentes para que se puedan encarar cuanto antes
las Obras de Rehabilitación de la
Iglesia de San Pedro Apóstol .
El concierto, de poco más de una hora de duración y con un
repertorio muy selecto, se dividió en
dos partes: La Primera parte con la actuación del Coro Amicorum Musicae que, bajo
la dirección de Don José Manuel González Valdés, interpretó nueve piezas a
capella, todas de perfecta interpretación y diferente
duración, de compositores del principios
o mediados del siglo XVI , en la que sobresale el compositor Tomás Luis de
Victoria, con cuatro piezas, de las que
particularmente destaco “Santa María, sucurre miseris”- tardaré en olvidar las
notas del Santa María en la bóveda del
templo- o “O magnum mysterium” o
“Exsultate justi” de Lodovico Viadana. El director, bien armonizado y compenetrado con su coro,
formado por veinte mujeres y 11 o
13 hombres, según el momento, consiguió con estas voces momentos tan
sublimes que provocaron el paroxismo , y los ojos de agua y los prolongados
aplausos dieron fe de ello. La perfección coral en escena. En este apartado es
de reseñar la espléndida y medida interpretación de la soprano Lucía García
Fernández que concluyó el concierto con la conocida nana de don Ángel Émbil “Anxelinos”
Con el público entregado que llenaba la Iglesia de San Pedro
Apóstol empezó la Segunda Parte donde el protagonismo corría a cargo de la
Orquesta Universidad de Oviedo, con la entusiasta y cuidada dirección de
don Pedro Ordieres Suárez , con diez
violines y tres violonchelos, y con la
ayuda y diálogo del órgano Grenzing soberbiamente interpretado por organista Emilio Huerta y a veces, en
colaboración con el Coro, elevó aún más
la temperatura musical del templo y esta apoteosis musical fue el mejor broche
de oro a este XXIX Memorial Ángel Ëmbil, que evidencia una vez más que la Pola
es una ciudad “M”, Ciudad Música, y que mucho de lo logrado lleva la impronta y
sello de don Ángel Émbil y familia, y a la Iglesia de San Pedro Apóstol como escenario.
Dicen que no perder la capacidad de asombro, de sorpresa es
indicador de la edad mental de las personas. Hoy he vuelto a asombrarme gracias
a la Música. He intentado dar testimonio de ello. ¡Enhorabuena! ¡Muchas
gracias!
José Antonio Noval Cueto.
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