Por un beso… ¡Yo no sé
qué te diera por un beso!”... Con estos conocidos versos de Bécquer que titulan
y empiezan estas letras y que acompañaron la poca poesía que leíamos los
estudiantes de entonces y que reflejaban una manera de estar ante la
vida , en la que idealismo, ternura y delicadeza mostraban nuestra
consideración de la mujer- , quiero hablaros de mi preocupación por el maltrato
y manipulación de la que está siendo objeto la mujer y sólo en busca de unos
votos, ya que son el colectivo más
numeroso de la sociedad , y eso que ahora tenemos ministerio específico que
dice protegerlas, pero la cruda realidad es que las familias que peor están sorteando
la crisis son las familias monoparentales (la mayoría, mujer con hijo o hijos) y las viudas, que
tienen que defenderse con el 52% de la jubilación de su difunto marido y eso sin entrar en las
trágicas consecuencias de la aplicación de la llamada “Ley del Sí es Sí”, con
244 reducciones de pena y 24 excarcelados.
Que hayan muerto 49 mujeres asesinadas por sus parejas en el
año 2.022 y que el número de fallecidas desde el año 2003 ascienda a 1.182
mujeres, debe hacernos pensar a todos , profundizar en el problema que, por desgracia, no se resuelve con una pulsera
telemática más o menos. Tiene más calado y éste debe partir de un análisis de
la cruda realidad. ¿Por qué este tipo de
conductas van a más y eso que España tiene uno de los menores índices de
violencia de género de Europa? ¿Por qué
se dan más entre los jóvenes? ¿Qué tipo de educación e información contrastada
y seria reciben? ¿Qué modelos o referencias les ofrecemos los mayores y más aún
las personas con responsabilidades en la sociedad? ¿Cuáles son sus objetivos y
valores morales? Es responsabilidad de todos que esto no ocurra...
A poco que se palpe en el mundo que vivimos aparecen tres
metas que suelen encandilar a todo joven y creo que en toda época, aunque con
matices, como luego explicaré, y no son otros que: triunfo, dinero, placer,
pero con la peculiaridad que según uno se mete en años, comprende lo frágiles e
incompletos que son. Si estas metas existieron siempre en la Humanidad, ahora, que
el hombre se ha endiosado y convertido en interés y producto todo lo que le
rodea, con más violencia e insistencia. Todo ello repercute negativamente en el
concepto de dignidad humana, ya sea mujer, ya hombre. Hace un tiempo pregunte a unas personas que
qué era para ellos el “triunfo en la vida”…Las respuestas fueron muy dispares,
desde las más anodinas y superficiales de tener dinero , coche y casa … a la de
sentirse querido y arropado por los suyos en los momentos difíciles …A poco que
levantemos la vista vemos que hay mucho juguete roto en la sociedad, y la causa
principal es plantearse mal los objetivos.
En la época romana
siempre que un general vencedor llegaba a Roma y en la ceremonia o desfile del
Triunfo exponía sus conquistas y riquezas al Emperador, un lictor le decía:”
Recuerda que eres hombre” …hoy también añadiríamos “mujer”. Es tarea de todos humanizar
la sociedad que vivimos, y a ello nos debemos entregar, y en la que la mujer
debe jugar un papel digno, fundamental como siempre lo ha jugado y de una vez,
sin entrar en polémicas estériles , reconocer la importancia de la mujer como
trasmisora de vida, como madre, compatible con sus quehaceres profesionales . No se
puede humanizar la sociedad sin moralizarla, y a ello nos debemos dedicar. Es
inadmisible que la pornografía o animalización de hombres y mujeres tenga
diariamente 150 millones de visitas; como es inadmisible la explotación de los
sentimientos, de la que poco se habla y hágalo quien lo haga que , con
frecuencia, acaba en conflictos de difícil solución. La educación debe dignificar al hombre y a la
mujer, nunca animalizarlos.
Es normal que todo
joven y no tan joven quiera triunfar, pero que lo consiga con sus herramientas
personales, capacidades y esfuerzo, pero no a cualquier precio o por medios
fraudulentos, como vemos con frecuencia últimamente en los medios de
comunicación. Si no se puede triunfar a cualquier precio, de la misma manera no
se puede hacer dinero por medios ilícitos o abusando de la dignidad de las
personas, sean mujeres o hombres…
Esta necesaria humanización pasa por la defensa de la verdad,
combatiendo la mentira y el silencio interesado. No se sostiene que para crear
ese mundo virtual, que divide, que tensiona, se manipule y engañe a la mujer en
busca de su apoyo electoral, y que los verdaderos problemas que tiene, como son
la verdadera compatibilización de la vida familiar y laboral o las dificultades
económicas para llegar a final de mes (madres solteras, viudas) reciban como
respuesta la callada, el silencio interesado. Sorprende que quienes dicen que
en la vida humana todo es economía, no den respuesta a los problemas económicos
que afectan a las mujeres. Vuelvo a recordar una idea que suelo repetir en esta
columna, y es que el verdadero progreso de los pueblos es un progreso moral. El
nuestro es francamente mejorable.
José Antonio Noval Cueto.
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