domingo, 23 de julio de 2023

"Voy a regar el cebollín: hay seca" ("La Nueva España Digital de Siero, 23-7-2023")


Tengo claro que a esta campaña electoral le sobran días, y que por muchas entrevistas, tertulias y debates , la mayoría de los bien pensantes ya tienen claro a quien van a votar y no tienen necesidad de promesas, falsas predicciones ni desmentidos de Bruselas. Ya tenemos muchas evidencias y testimonios de quien merece nuestra confianza y quien no.

De ahí un día como hoy, después del Carmen y Carmín más sereno y menos agitado, el tema objeto de este escrito vuelve a ser la pintura, y no porque el Ayuntamiento ya haya convocado la 19º  edición del Premio de Pintura de Siero Casimiro Baragaña, si no porque las circunstancias mandan y más cuando ya se ha cumplido un año de la muerte del pintor lierense Carlos Sierra Cueto, un 2 de julio de 2022. Admirador de la pintura de Casimiro, quien le animó perseverar en el oficio, y que después de su etapa en Francia, a donde llegó en 1962 - año del mayor éxodo de emigrantes españoles hacia Europa- y después de empaparse del impresionismo y existencialismo francés, se instaló temporalmente en Ibiza, para después sorprender a los ovetenses de los años 70 con su extravagante vestuario y altas dosis de ingenio, plasmadas en su mítica exposición de 1997,titulada "La realidad iluminada", que refleja bien su realismo mágico. 

La calle Uría simulaba el Monmartre parisino al paso de Carlos y sus amigos, especialmente una pareja muy original y extravagantemente vestidos. Ella atlética y exuberante, bien modelada, recordaba a las rellenas mujeres de Rubens; él, de andares elegantes, bien parecido...Se decía que eran hermanos.  Los tres marcaban el ritmo y producían el asombro de los viandantes....Con el correr del tiempo descubro que aquel paje oriental, con aires de fantasía y leyenda, era del Sorrobín (Lieres), mi pueblo  de origen. Años después me lo encontré por la Pola con motivo de las exposiciones del Ventolín, en las que sus pinturas  y dibujos eran muy cotizados.

Hace unos días, en un recorrido por Lieres, estuve con Bernar, otro pintor de la zona, discípulo de Carlos, que me invitó a conocer su estudio, en el que se acumulaban  dibujos, óleos, acrílicos e incluso el mismo molín de Reanes, casa donde nací. Abundaba la temática original, vanguardista, con claras influencias del surrealismo. Hablamos, como no, de pintura, de lienzos, de hojas en blanco, lo mucho que Carlos le había enseñado y de su boca sale el lamento por el silencio que rodea su recuerdo. Le comento que es el segundo estudio de pintura que visito en Siero. El primero fue en la Magdalena (Carbayín Alto), lugar tranquilo, silencioso, donde se inspira y pinta un pintor de Alcoy (Alicante), que lleva décadas entre nosotros, Carlos Sampere, cuyos cuadros presiden salones y muchos locales de Asturias, pues no siempre se tiene la oportunidad de captar la belleza de los Picos de Europa, su textura pétrea, su luz y la blancura cristalina de sus aguas  en tu propia casa...En esta visita  improvisada  surge la petición de Bernar que hago mía y registro en estas letras. ¿Por qué no se hace una muestra pictórica de artistas naturales o residentes en Siero? Tenemos dos salones de exposiciones: en Pola de Siero y en Lugones.

La conversación continúa y nos enzarzamos en teorías, estéticas, sugerencias y opiniones, cuando ya en la calle pasó Jamín y nos dijo: " ¡Buenos días! Voy a regar el cebollín, que hay mucha seca"


                                 José Antonio Noval Cueto.

P.D  Obras de Carlos Sierra pueden verse en el Museo de Bellas Artes de Oviedo.



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