sábado, 2 de septiembre de 2023

“Conversaciones con el Gran Jefe…”("La Nueva España Digital de Siero, 3-IX-2023")

 

El pasado jueves, uno de los pocos días de la semana que el sol alumbró las calles de Oviedo, concretamente en la calle San Juan, cerca de la catedral, al pasear en compañía de un amigo sacerdote, con su camisa y alzacuellos de verano, una mujer de mediana edad, no llegaba a los cincuenta, con gafas de sol, camisa blanca, ancho pantalón vaquero y con pequeños tatuajes en brazos y cuello, nos paró y alzando levemente su mirada al cielo dijo:

-        Padre, buenas tardes, quisiera pedirle ayuda para hablar con el Gran Jefe- quedamos un poco sorprendidos- y aclaró que ella siempre llamaba  Gran Jefe al Creador, al Supremo Hacedor, a Dios.

Mi amigo  receptivo  le contestó que el Gran Jefe, Dios,  siempre escucha, siempre ayuda…siempre se preocupa de nosotros…¿Hay algún motivo muy especial para que quieras ahora hablar con Dios?

-        Sí, Padre, contestó la mujer, con voz entrecortada y llorosa. Tengo un amigo con una lesión de médula y no puede andar.

-        Confía en Dios, ten paciencia y habla con el Gran Jefe, reza,  que para él no hay nada imposible… . Yo también hablaré con Él  y le trasladaré tu petición en mis oraciones. Después de algunas aclaraciones más entre ambos nos despedimos, no sin antes decirle yo, con la intención humana de aportarle  más confianza y optimismo, que se está investigando mucho y que no tardando mucho veremos a muchas personas recuperar su movilidad.

Después de este leve y edificante encuentro, pensé que no podía acabar mejor este 31 de agosto, pues todavía hay quien se sabe frágil, poquita cosa y recurre al Gran Jefe, Dios, en los momentos difíciles de su vida…Ahora que se inicia el nuevo curso escolar, quizás sea bueno plantearse que los hijos sean educados en el santo temor de Dios, ya que este teoría de creerse dioses solo proporciona problemas mentales , frustración, vacío y muerte. El ser humano es algo más que una cosa. Según las circunstancias que últimamente vivimos cada día cobra más fuerza aquella demoledora frase de Dostoievski cuando dice que si Dios no existe, todo está permitido. Es obligación de todos impedirlo. Las familias que quieran apuntar a sus hijos para la catequesis de la Primera Comunión y Confirmación pueden pasar ya por los despachos parroquiales, en la de San Pedro de Pola de Siero a partir del día 1 de septiembre.

Este inesperado encuentro me sorprendió y durante su duración concentré mi mirada en la mujer angustiada. Persona respetuosa, segura y valiente, libre de prejuicios, que planteó su preocupación a mi amigo sacerdote. Creyente, agradecida, a pesar de su mucho dolor, esperanzada, que tenía la familiaridad de llamar Gran Jefe al Padre Supremo, original expresión que en parte motiva estas letras, así como una de mis últimas lecturas de verano, muy adecuada para reseñar el fortuito encuentro.

Los Reyes Magos me han traído el libro “El Olvido de sí”, de Pablo D’Ors que narra la vida del aristócrata francés Charles de Foucauld convertido al cristianismo gracias a la fe y devoción que vio en el Islam. Lectura que estoy concluyendo estos días y que enlaza muy bien con el encuentro vivido y con las necesidades del momento cuando dice :” Ser testigo del Evangelio no significa simplemente testimoniarlo ante el mundo, sino ser capaz de captar los testimonios que de él hay por todas partes. El Evangelio está de pie, y vivo, pendiente sólo de que venga alguien que lo vea y se asombre. Lo increíble es que Dios está mucho más cerca de lo que imaginamos…Nunca nos acostumbramos a la proximidad de Dios: a su impregnarlo todo, todo…Dios no se cansaba de visitarme disfrazado de hombre o de mujer…”

Esta fue la impresión que yo recibí el pasado 31 de agosto de 202, hacia las 16:30 horas de la tarde de aquel inesperado encuentro en la calle San Juan, y que intentó reproducir con estas letras. ¡Muchas gracias, Señor! Y una vez más es bueno reconocer que donde manda Patrón, no manda marinero.

 

                                                         José Antonio Noval Cueto.

 

P.D “De haber tenido un hijo…mi máxima preocupación habría sido cómo educarle en la vida interior. Cuando veo a mis contemporáneos, compruebo que de lo que mayormente adolecen es de capacidad de silencio y de gusto por la soledad. Sé por experiencia que sin soledad ni silencio no hay posible interioridad, de donde deduzco que mis contemporáneos – lo sepan o no- están privados de eso que llamamos vida interior…¿No tendrá Occidente que volver sus ojos a Oriente, para recobrar así un poco de luz?...”(Charles de Foucauld “El olvido de sí”, Pablo D’Ors)




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