Decía José María Pemán
que “el español- pueblo extremoso, enemigo de las medias tintas – no
entiende la Verdad más que así: como una cosa última por la que se está
dispuesto a morir. Por eso, en el toreo, llaman la “hora de la verdad” al
momento decisivo de tirarse el diestro con la espada sobre el toro, jugándose
el todo por el todo”, y esto se viene haciendo desde que los tartesos o íberos
del sur, una de las culturas más avanzadas de aquella época en Europa, se
divertían ya bailando o toreando. Reflexión oportuna siempre que uno crea que
España, la nación más antigua de Europa, después de más de quinientos años de
historia vivida y compartida, exista, así como los españoles, hayamos nacido en
Mazarrón, Siero, Salou o Bermeo.
Palabras oportunas para la situación política que se vive y
que ya anticipe en mi artículo de la semana pasada , en el que recordaba como
el ilustre jurista y eminente político gijonés Don Torcuato Fernández-Miranda y
Hevia diseñó la estrategia jurídica de “saltar de la ley a la ley”, para pasar
de la dictadura a la democracia. Ahora un equipo de especialistas, unos veinte
según la Portavoz del Gobierno, busca que una fórmula jurídica que despenalice
lo juzgado o pendiente de juzgar de los graves hechos o sucesos acaecidos en
Cataluña a raíz de la Declaración de Unilateral de Independencia del 27 de
octubre de 2017. Hechos de una gravedad extrema: inseguridad, violencia
callejera, quebrantos económicos, tensiones innecesarias que obligaron a alojar
en los barcos del puerto de Barcelona a las Fuerzas de Seguridad para salvar su
integridad…Nadie puede alegar ignorancia, pues en todo momento fueron avisados
y alertados de manera oral y escrita de las consecuencias punibles de sus
actos. No obstante, consciente y libremente, desobedecieron, provocando una
situación de máxima alerta en toda España. De los partidos que se dicen
constitucionalistas nadie está exento de culpas, ya Ciudadanos, ya el PP, con
su inoperancia penal en el Referéndum del 9 noviembre de 2014, ya el PSOE que
apoyó la inclusión o aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y opta ahora por la
amnistía…El problema ha ido a más. Hay una calma tensa. Se busca quien permita
llevar a cabo sus propósitos: Referéndum, Independencia.
Celebradas las elecciones del pasado 23 de julio y a pesar de
ganar las elecciones el candidato del Partido Popular don Alberto Núñez Feijóo,
el presidente en funciones, Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón quiere optar a la
presidencia y para ello necesita el voto de Puigdemont, fugado de la justicia
española, que reclama la amnistía antes de darle su apoyo en la Cámara y
convertirlo en Presidente. Algo que moralmente tiene difícil aceptación o
ninguna y más cuando casi todos los
encausados no expresan voluntad de
arrepentimiento, sino de reiterar su intención de volver a hacerlo.
Jurídicamente veremos, aunque a raíz de las declaraciones antiguas y recientes
de algunos, la amnistía que se busca tiene difícil encaje con la Constitución
del 78. No obstante, toca esperar, que los juristas son capaces, a veces, de convertir lo blanco en negro y la culpa de
ello la tiene, a veces, el idioma que, a
veces, no precisa lo suficiente y más ahora que las otras lenguas del Estado
van a ser traducidas al castellano, y la equivalencia de términos no siempre es
completa.
Durante esta semana las declaraciones, descalificaciones,
despropósitos y tensiones han ido a más, mientras faltan maquinistas, se
averían los trenes viejos y las carreteras no tienen el asfalto que necesitan
nuestras ruedas. Los precios en subida, el euribor asciende por décima vez
consecutiva, ya al 4,5, los saudíes accionistas mayoritarios de Telefónica y
para más enri, siguen las tormentas y en la noche del pasado jueves se permiten
dejarnos sin luz, sin previo aviso, en el centro y oriente de Asturias…Parece
que está llegando la hora de la verdad, no somos tan ricos como creíamos y cada
vez nos cuesta más llegar a final de mes, y mientras parece que la herejía
albigense que desoló la Francia del siglo XIII ha tenido continuación por
España, donde ya no se diferencia el bien del mal, el orden del desorden, el
vicio de la virtud, la autoridad del caos, y el matrimonio de la mera
barraganía. Todo vale. Hasta los ocupas defienden sus derechos. ¿Es esta la
España que queremos? ¡No todo vale en Política! Los problemas no se resuelven
por sí solos. Ha llegado la hora de la verdad y el PP y el PSOE se necesitan si
les importa España y sus gentes.
Y ya que el tema de esta semana y de las venideras se resume
en la palabra “amnistía”, permitidme que haga mía unas palabras del Francisco Umbral en su artículo “La verbena
de la amnistía” que dicen: “Aquí, en la
verbena, estamos esperando la amnistía de los pobres”.
José Antonio
Noval Cueto.
P.D En plena vigencia de la partidocracia es muy útil esta reflexión del
Cardenal Newman :“Para entrar en la Iglesia se necesita quitar el sombrero,
pero no la cabeza “
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