A estas alturas de la película y después de muchos artículos
y años, es de todos sabido que la temática me viene dada, que yo no puedo
silenciar, callar el acontecimiento más
importante que sigue sacudiendo a toda la Tierra, a toda la Cristiandad entre
la que me encuentro, a pesar de mis errores, vanidades y miserias, y es
que todo un Dios se hace hombre para salvarnos y yo, mientras pueda, quiero
hacer mi ofrenda en forma de palabras, pues si al Principio solo era la
Palabra, también al final será la Palabra la que sentencie si nos hemos
ajustado al guion o no, si nuestra conducta ha ayudado a extender la Buena
Noticia o simplemente nos hemos lavado las manos, que es lo que más abunda, lo
que se llama hoy lo políticamente correcto. En momentos de duda, de zozobra,
viene bien recordar las palabras del agnóstico Ortega y Gasset cuando dice: “Si
Dios se ha hecho hombre es que ser hombre es lo más importante que se puede ser”.
Reflexión muy oportuna en tiempos tan cismáticos como los actuales, en los que entre
tanto endiosamiento técnico- ya ocurrió algo parecido a principios del siglo
XX- y auge de la Inteligencia Artificial se quiere reducir al ser humano a mero
objeto u máquina de placer o gozo. ¿Se dignifica hoy al ser humano? Siempre ha
seducido al Hombre salirse del Paraíso y levantar la Torre de Babel. Las
consecuencias las conocemos todos. ¿Subsistiremos los herbívoros entre tantos
carnívoros? Ya llevamos casi tres años de guerra en Europa y parece que esto va
a más: Bombardeos rusos a Kiev.
La espera se nos hace imposible. Estamos nerviosos, ansiosos,
buscamos evasiones que atemperen o preparen la llegada con buena música:
villancicos, conciertos- impresionante la puesta en escena e interpretación de
la ópera “Aída” en Oviedo- ; combatimos
el vacío, la soledad, con mucha luz en
avenidas, calles , balcones e incluso en la cuidada capilla de San José de
Traspando . Desbordamos aeropuertos, (hoy viernes, el aeropuerto de Asturias
desde las 7.30 de la mañana era un hervidero de gentes que llegaban, las más; y
otras que se iban, y en las estanterías de las tiendas (productos de Siero, de
Asturias: dulces de Colloto, moscovitas, teverganas, palmeras de Unquera…). Los
más invaden carreteras y circulan kilómetros y kilómetros para regresar a sus
orígenes, verse con los suyos, compartir
y agradecer lo que son y han recibido entre cenas y comidas. ¡Dicen que
es de bien nacidos ser agradecidos! Todos
en mayor o menor medida celebramos el nacimiento del Niño-Dios, ya meditando y
celebrando en templos y hogares, ya en las calles y plazas. La IX Exposición de
Belenes del Mundo, sita en la Plaza de Abastos de Pola de Siero, apuesta para
la continuidad y por la innovación. Hay
algunos excepcionales tanto por su originalidad, como por los materiales que
usa. El Grupo Filatélico de Siero en su matasello navideño opta por lo más
clásico.
El acontecimiento no deja indiferente a nadie. Hablamos.
Reímos. Lloramos ante el plato vacío, pues suele hacer ausencias, recuerdos, - 365
días son muchos días y ocurren muchas cosas, buenas y malas, y tenemos que
soportarlas, llevarlas-. La vida es una mezcla de penas y alegrías, de éxitos y
fracasos. ¡Que los sepamos llevar! No siempre se gana, no todo es alegría y
gozo. Dialogamos, proyectamos, deseamos, imploramos y jugamos con ventaja, pues
sabemos que Dios es muy misericordioso, nos cuida, protege y busca nuestra
salvación, sólo nos pide humildad, reconocer lo poco que somos, que le dejemos
hacer o dicho en palabra de Santa Teresa : “Dejad hacer al Señor de la casa”.
Hace ya dos mil veinticuatro años que unos pastores que
cuidaban de su rebaño en las montañas de Belén, ante el pesebre del Niño-Dios,
gentes recias y esforzadas, se llenaron de temor ante el resplandor de una voz
divina y un Ángel que les dijo: “ No
tenéis que temer…y es que hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador,
que es el Cristo o Mesías el Señor nuestro…Gloria a Dios en lo más alto de los
cielos , y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad…”.
Hoy, nosotros, en tiempos del rey Felipe VI y siendo Pedro
Sánchez Presidente de España, celebramos esa efemérides como se corresponde, con
cierta inquietud, nerviosismo, asombro y mucha dosis de esperanza, pues Dios no
está mudo.
¡Feliz Navidad!
José Antonio Noval Cueto.
P.D Hace unos días la Hermana Esperanza recomendaba que
durante el Adviento leyéramos el Evangelio de San Lucas. Estoy en ello y ayer
leía este párrafo de la novela “El pobre de Asís” del escritor griego Nikos
Kazantzaki que por su oportunidad te transcribo:
“Las palabras que me has dirigió el otro día eran fuego, han
quemado y purificado el corazón-
-
No
son mías, padre Silvestre, son palabras de Cristo.
-
Sí,
son palabras de Cristo, hermano Francisco, pero las has repetido de tal manera
que me han parecido escucharlas por primera vez, como si nunca hubiese leído el
Evangelio. Lo leía, sin embargo, todos los días, pero sin ver entonces más que
simples palabras, palabras que no ardían…”
“Gloria a Dios en lo más alto del cielo y paz a los hombres
de buena voluntad…”
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