Ahora que se ha vuelto a poner en relieve la importancia de
la obra de Clarín, no viene mal recordar una sugerencia suya, cuando pedía que
los periódicos no generasen nerviosismo y por supuesto menos mentiras y bulos,
pues como muy bien dice el Eclesiástico: “Muchos han caído a filo de espada,
pero no tantos como las víctimas de la lengua”, pero las circunstancias son las que son y en
plena turbulencia de aranceles, de rearme, de kits de supervivencia, de
recortes de gasto público para aumentar el de defensa, de la caída del puente romano
de Talavera de la Reina , de cierre de las centrales nucleares y sus
consecuencias en el recibo de la luz, no tiene que sorprender que en plena
Cuaresma, uno busque tranquilidad, reflexión, encuentro con uno mismo, y eso
que después de tantas riadas e inundaciones se nos diga que hay 904 presas con
problemas de seguridad… Y a ello me ayuda este titular que encuadra muy bien la
esperanza cristiana ante lo que venga, y más siendo como es el vino un
protagonista esencial de los textos
tanto del Antiguo Testamento, cuando después del Diluvio, nos cuenta que la
primera planta que siembra Noé es una vid, y en el Nuevo Testamento, cuando en
las boda de Caná, Jesús al convertir el agua en vino da inició a su vida
pública, y de la misma liturgia católica, cuando el vino en la Consagración se convierte
en la sangre del Señor. No hace mucho en
una taberna madrileña visione este sencillo cártel que por su misma
originalidad sorprende y que dice: “El que vino a este mundo y no toma vino, ¿A
qué vino? “, pregunta que nos hacemos con cierta frecuencia y más en los
tiempos que vivimos y estamos: Cuaresma, que en este año del Jubileo de la
Esperanza, viene marcada por el ingreso del Papa Francisco en el Hospital
Gemelli, de Roma, un 14 de febrero y su alta un 23 de marzo, casi cuarenta días
después, concretamente treinta y ocho.
En la columna del 16 de marzo os comente como la casualidad o
el Espíritu Santo- recuerda que a Dios no se ve, pero no está mudo” - quiso que
llegase a mis manos un libro del Papa Francisco , titulado “Esperanza”, que
estaba colocado en el expositor de novedades de la Casa de Cultura de la Pola,
y todo mientras Su Santidad se debatía entre la vida y la muerte. Sus primeras
páginas, sugerentes y sinceras prometían y de todo ello os prometí dar cuenta,
y de ello van estas palabras, que espero que contribuyen a comprender mejor la
categoría humana y cristiana de su Santidad, más allá de los estereotipos que
suelen reflejar los medios de comunicación.
Su lectura no defrauda, compensa, motiva, mueve. Sus 329
páginas, a modo de oración, de súplica al Señor, me han permitido tomar
abundantes notas. Son las primeras memorias de un Papa y estaba previsto que se
editaran después de su muerto, pero las difíciles circunstancias que nos rodean
aconsejaron su publicación. Sé que fue un trabajo arduo, de mucho tiempo. Soy
consciente que no todo se puede decir y con la intensidad que se quisiera. Debe
ser un libro divulgativo, sencillo, claro y dirigido a todos, creyentes o no
creyentes: Hace bien, Ayuda. De su lectura se capta la personalidad de un papa
reflexivo, que quiere dejarnos su testimonio, sus bondades y miserias, sus
certezas y sus dudas, que también las tiene, y su cercanía con el pueblo, con
el necesitado, con el pobre. Conoce muy bien el paño de la sociedad que le
cubre, que le rodea. Se reconoce un privilegiado por su larga vida y no tiene
reparo en decirnos que se considera un “hombre perdonado”. En todas sus páginas late la sensibilidad
social que siempre le caracteriza, ya que nada de lo humano le es ajeno.
Intenta agradecer y glosar la figura de personas que han sido claves en su
vida, así su abuela Rosa de quien dice: “Quise mucho a mi abuela Rosa, y ella
me quería mucho a mí. Representó para mí una demostración diaria de la santidad
común…De ella recibí el primer anuncio cristiano y fue precioso. Ella, que solo
pudo acceder a la escuela primaria, fue para mí una gran maestra. Fue ella
quien confirmó mi religiosidad”… Pequeñas pinceladas de su barrio
(“microcosmos, complejo, multiétnico, multirreligioso y multicultural…) y de la
Porota, mujer de vida fácil a quien siempre recuerda en el aniversario de su
muerte; de su afición al fútbol, aunque no fuera muy bueno, siempre fui “un
pata dura”; de su agradecimiento a Sor Dolores Tortolo, su maestra de infancia
que le hizo comprender que uno no puede creer solo, ni siquiera el Papa se
salva solo; de su devoción por el tango “Un buen tango hace bailar incluso el
silencio”; de su admiración por la persona y obra de Jorge Luis Borges, el
agnóstico que cada noche rezaba un padrenuestro porque se lo había prometido a
su madre; de su vocación hecha verdad un 21 de septiembre o día de la
conversión de San Mateo, el recaudador de impuestos ( “Tú crees que eres tú quien lo busca, pero
El ya te ha encontrado…basta un resquicio para que Dios pueda entrar, y conmigo
su Misericordia lo hizo”) ; de su
interés por la política , del peronismo (“La política siempre me ha interesado,
siempre…”). En todas sus páginas las únicas palabras de encomio para un
político fueron para el griego Alexis
Tsipras (“un hombre por el que siento un profundo respeto, un hombre que supo
luchar por el bien de su pueblo”), de su condena de la pederastia en la Iglesia
(“Este tipo de delitos en la Iglesia no pueden prescribir…Tapar es añadir
vergüenza a la vergüenza”); de Hiroshima, de Auschwitz y la indiferencia de
occidente; de las madres de Mayo “que ya han sufrido todo lo que se puede
sufrir”; de si inesperada elección como
papa un 13 de marzo de 2013, de sus
viajes, de la Plaga del COVID 19, de la invasión de Ucrania; de los mayores y de los jóvenes(“Si la gente
mayor sabe soñar, los jóvenes podrán profetizar”) ; de la migración que
convierte el “mare Nostrum” en “mare Mortuum”, y por el medio de tantos
recuerdos o vivencias, sugerencias, avisos, doctrina, consejos, denuncias
contra la guerra, contra la indiferencia, contra la deforestación de la
esperanza y de la conciencia, pero siempre la pregunta de Dios a Caín: “¿Dónde
está tu hermano? La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo”. La
peor mentira, la más grande y peligroso es “la verdad menos una”, sostenía
Lanza del Vasto, actitud que convierte en verosímil lo falso, en aceptable el
error, al inepto en arrogante, en sabio el ignorante…Podría decir más cosas,
pero creo que lo dicho ya justifica su lectura. No te la pierdes. Merece la
pena. Enriquece el alma, y como dice el Papa Francisco: “Quien tiene miedo de
las preguntas es porque tiene miedo de las respuestas, lo cual es propio de las
dictaduras, de las autocracias o de las democracias vacías, y es que el mejor
vino está por venir, y es que como muy bien dice el Papa Francisco, “para los
cristianos el futuro tiene nombre, y ese nombre es esperanza”. “Hay que plantar
cara a los ladrones del futuro”. ”¡Que triste es cantarle al viento, cuando hay
que cantarle al hombre!” (José Larralde)
José Antonio Noval Cueto.
P.D “Señor, tómame como soy, con mis defectos, pero haz que
me vuelva como tú deseas” (Juan Pablo I) “Los grandes guías del pueblo de Dios,
como Moisés, siempre han dejado espacio para la duda” (Papa Francisco)
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