sábado, 10 de mayo de 2025

“La pace sia con te” ("La Nueva España Digital de Siero, 11-V-2025)

 

Desde que la “fumata blanca”, la cuarta, avisaba a los presentes en la Plaza de San Pedro – unos cuantos miles-, a las 18.07 minutos que “Habemus papam”, hasta que éste apareció y dijo sus primeras palabras desde el balcón del Vaticano, toda era alegría y como no, expectación. Los mil cuatrocientos millones de fieles católicos, entre los que me encuentro, estábamos gozosos, esperanzados. Yo venía de Oviedo y una llamada telefónica me avisaba del hecho. Suponía que este jueves, podía ser el día clave, aún tenía muy reciente el Jueves de Pasión, en que todo un Dios hecho hombre muere en la Cruz para salvar al género humano. Los vaticanistas y demás hombres de prensa suponían un cónclave largo, ya que eran muchos los cardenales, 133, y muchos no se conocían, pero el Espíritu Santo ya lo tenía todo previsto. Y a las 7,23 horas, cuando estaba entrando en la Pola la radio transmitía las primeras palabras del Papa León XIV: “La pace sia con te” (“La paz sea con todos vosotros”) que penetraron en mis oídos con su cantarina fonética italiana, alegre, responsable y gozosa. Se trata del Papa León XIV – tengo que confesaros que me cuesta pronunciar su nombre-, pues aún permanece en mí el de Francisco y a todo ello he de añadir que me viene siempre a la cabeza la excelsa figura del papa León XIII, el autor de la encíclica “Rerum Novarum”. En la parroquia de San Félix de Pola de Siero reinaba la expectación no exenta de duda, de sorpresa, de gozo. Don Sergio anuncia que ya tenemos papa. Rogemos por el papa León Décimo Cuarto, el 267 sucesor de Pedro.

Se trata del cardenal Robert Francis Prevost Martínez, natural de Chicago, en donde nació en 1955 y con D.N.I peruano desde 2012. Desde el primer momento no ha parado de dar titulares de prensa, de marcar el territorio , de exponer la realidad y de fijar objetivos, objetivos que hablan de paz cuando dice: “Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmado y una paz desarmante, humilde y perseverante, que proviene de Dios, de Dios que nos ama incondicionalmente…”, de coherencia, de compromiso, de evangelización, de misión, de salvación… Se puede resumir su trayectoria personal con este titular de prensa: “De Chicago a Roma, pasando por Chiclayo”, diócesis de Perú, nación a la que se vincula desde su primera estancia en la misión de Chulucanas(Piura) 1985. Obispo de Chiclayo desde el 3 de noviembre de 2014…Matemático, filósofo, canonista, políglota, pero lo más importante misionero agustino y como tal actúa para que la Ciudad de Dios en la tierra avance, progrese , mejore. En resumen, una persona de fe, curtida en las cosas de la vida, conocedor de las miserias y grandezas humanas. Una persona agradecida, que reconoce que han sido muchas las que han influido y forjado su vida (familia, San Agustín y su Orden, y especialmente los vecinos de su diócesis de Chiclayo que le hicieron suyo y le dieron lo mejor que tenían su afecto, cariño, confianza, lo poco que tenían, todo. Han sido buenos maestros y buenos discípulos. Su intercomunicación era total, solo basta observar su mirada humedecida y la palabra agradecida, expresada en castellano, cuando pronunció Chiclayo desde el balcón del Vaticano. Y esto ha sido la alforja básica que le ha llevado a Roma, a la cátedra de San Pedro. En resumen, un hombre de fe que la quiere compartir y extender a los demás, ya que como decía hace poco Pedro Ruiz es la mejor cantimplora para cruzar el desierto. A esta evangelización nos llama a todos (clero y pueblo llano) ¿Estamos dispuestos? Paradojas de la vida el papa León XIV fue elegido cuando Argentina celebra a su patrona, Nuestra Señora de Luján y en Roma , la aparición de San Miguel Arcángel en el monte Gargano.

Ayer, 9 de mayo, al pronunciar su primera homilía como Papa en la Capilla Sixtina ante los cardenales electos y no electos, hizo una exposición profunda y clara – lo que solo pueden hacer mentes muy lúcidas– de la situación o contexto en que se mueve nuestra fe, ante la pregunta “¿Quién dice la gente que es Jesús”?  y dice que nos encontramos con “quienes creen que la fe cristiana es algo absurdo y propio de personas débiles y poco inteligentes; personas que ponen sus seguridades en la tecnología, el éxito, el placer, el poder, el dinero…Ambientes en que se ridiculiza al que cree, se le obstaculiza y deprecia o a lo sumo, se le soporta y compadece. Lugares en los que la misión es más urgente, porque la falta de fe genera dramas como la pérdida de sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violencia contra la dignidad de las personas, las crisis de familia”. No es normal que haya más mascotas que niños, claro síntoma de despersonalización, de miedo a la vida, y a todo ello añadamos el serio problema de salud mental que afecta a muchas personas jóvenes y que es la pandemia más seria de nuestro sistema sanitario. Hace unos días el periodista económico Francisco Rodríguez decía: “… hemos preparado a nuestros jóvenes para producir, pero no para vivir…si no recuperamos la educación como construcción humana – no solo técnica- no hay política monetaria, ni reforma fiscal ni digitalización que nos salve…”. Y es que una persona  es algo más que un objeto de placer y consumo. En este contexto tan difícil, tan pesimista, tan desolador, tan supuestamente racionalista, pero de un racionalismo incoherente y destructor que no ayuda a entender el mundo, el papa nos invita a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador y estas palabras quieren ir en esa dirección.

Ahora que tanto se habla del posicionamiento en la red, para difundir y distribuir noticias. Nosotros, los creyentes tenemos que hacer valer y expandir nuestra fe, nuestras vivencias, nuestras aportaciones. Debemos posicionarnos no sólo en la red, sino también en la sociedad. Los creyentes no somos superhombres, somos personas de carne y hueso, normales, con bondades y miserias, pero creo que en estos años hemos hecho buenas aportaciones a la sociedad, y quizás por aquello de que el bien no hace ruido, no han tenido la repercusión humana que se merece, ni , honradamente, se buscaban,  pero basta pensar en Caritas y cualquier dispensario parroquial y en la reciente pandemia para dar claridad a lo que digo.  La Iglesia sabe en que mundo vive y cuáles son las fuerzas del maligno y esto lo ha reflejado en importantes encíclicas como la de San Juan XXIII con su “Pacem in terris” o su misma convocatoria del Concilio Vaticano II, pontífice que fue el primero en denunciar las dificultades del mundo del Este, allá por los años 30, cuando estuvo de Delegado Apostólico de Bulgaria, o la importantísima encíclica de San Juan Pablo II “Laborens Exercens”  o más recientemente la del Papa Francisco “ Fratelli Tutti  o la ya citada “Rerum Novarum”, de León XIII  o “Populorum progressio” de Pablo VI.

 Nunca he soportado a los que van de perfectos, sabedor como soy de mis muchas debilidades, - uno de mis santos preferidos es San Dimas-, y una de mis frases favoritas es la de que “el que esté libre de culpa que lance la primera piedra” , pero nunca he ocultado ni renunciado a mi Credo y sé que lo que soy y he hecho en mi vida, en mucho o en poco, se lo debo a la ayuda y generosidad de Dios Padre.  Yo, por mí solo, poco puedo. Me alimento de la oración y de la lectura de la Biblia, luz de Dios, que orienta nuestra vida. El Papa Francisco nos dijo: “Escuchen y traten bien a los mayores”. Hoy, el Papa León XIV, cristiano curtido, humilde y versado en saberes nos dice: “Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el único salvador y el que nos revela el rostro de Dios”. ¡Hagámosle caso y que nuestro decir y hacer vayan de la mano!¡Hagamos un esfuerzo de coherencia!

 

                                  José Antonio Noval Cueto.

 

P.D Ante acontecimientos como los que hemos vivido estos días, uno no puede permanecer en silencio. ¡Que Dios le bendiga y nos bendiga! ¡Viva el Papa León XIV!

 “En lo esencial unidad, en la duda libertad, y en todo amor” “Ama y haz lo que quieras” (San Agustín)


 



 




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