Por
motivos familiares el pasado 6 de
Diciembre de 2.012, Día de la
Constitución , celebré su fiesta en Madrid, ocasión única para
observar la vitalidad política y económica de la nación. Anteriormente , durante quince años, de 1.995 a 2.010, solía
celebrar el Día de la
Constitución en el Hogar San Martín de la Carrera , en El Berrón, día
que su Directiva, con mucho acierto, clausura
su Mes Cultural y escogen esta fecha como emblema, no sólo por la importancia
de la Constitución
en sí, sino por cumplirse años de la inauguración de su primer local,
concretamente 21 años. También siempre
que habló de la
Constitución , recuerdo que en aquella fecha de 6 de Diciembre
de 1.978 en la mayoría de los cuarteles de España estábamos acuartelados en previsión de algún que otro problema.
Esta
año, la Festividad
de la Constitución ,
en su 34 Edición, tuvo varias novedades, entre ellas que los actos conmemorativos de la misma se
celebraron en el Senado, sita en la
Plaza de la
Marina , próximo al Palacio Real y que además venían precedidos de
acontecimientos muy singulares que han sensibilizado mucho a los ciudadanos y
les han obligado a tomar un protagonismo , que en otras épocas no se daba o
rehuían , pues a nadie ha dejado indiferente la convocatoria precipitada de las
Elecciones Catalana y las funestas consecuencias que la disgregación de España
tendría. De momento el tema está aparcado.¿Por cuánto tiempo?... Eran otras las
épocas donde se quería hacer de los símbolos de España una opción política (insignias
en los relojes, pegatinas, pulseras…), cuando es de todos sabido que se
defiende a España con el trabajo, con la honradez y con la entrega y
generosidad de quienes tienen la sanar pretensión de dejar un futuro más
esperanzador a los que no sigan, a los que vengan… Ahora uno, ciudadano de a
pie, pone su bandera en el balcón, celebra el triunfo de nuestra selección y no
tiene reparo en considerarse español hasta los tuétanos, independientemente de
su lugar de nacimiento. Pues bien , de aquellos lodos, estas tormentas, y el
pueblo español una vez más, con gran sentido de la oportunidad y de la
responsabilidad, fue el gran protagonista del Día de la Constitución , y no
sólo en El Berrón, Madrid y demás ciudades de España, sino en la misma
Barcelona, y su marco no fueron Salones de Palacio o del Senado, sino la calle.
En Madrid, concretamente, la
Plaza de Colón, donde al compás de canciones de Cecilia y
Nino Bravo, entre otros, se convocaba a personas de toda ideología a defender la Unidad de España, que
aparece redactada en el artículo 2 de la Constitución que
dice:” La Constitución
se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de
todos los españoles…”, y se leyó un Manifiesto en defensa de la misma, que fue
firmado y apoyado por importantes intelectuales españoles y extranjeros, como
el propio Premio Nobel de Literatura, don Mario Vargas LLosa. El lleno fue
total, el civismo pleno, y en un día estupendo, donde el sol y el frío se
aliaron, se recordó algo tan evidente, que hasta sorprende recordarlo, y es que
“España, somos todos”, e incluso se tuvo la originalidad de incorporar letra a
nuestro Himno ,- en este caso versos de Jon Juaristi, poeta vasco-. Recuerdo
que no es la primera vez que se intenta poner letra al Himno español, así ya lo
intentó José María Pemán en los años 40, pero no cuajo. ¿No causa admiración
ver a las distintas selecciones deportivas cantar al compás de la música cuando
entonan el himno de su nación?. ¡Quizás algún día recordemos que solos una de
las naciones más antiguas de Europa! No en vano la conocida y emotiva canción
de Cecilia, con la que nos identificamos todos los que éramos jóvenes al
iniciarse la Transición
política sigue siendo un mensaje muy oportuno y dice: : “Mi querida España.
Esta España mía, esta España nuestra…De tu santa siesta ahora te despiertan
versos de poetas. ¿Dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos? ¿Dónde tu
cabeza?...
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