La semana que acaba, la del 4 al 11 de enero, puede llamarse
sin ningún rubor la Semana de la Prensa- sin quererlo ella-, ya que fue protagonista bien por celo profesional, valentía y aplauso , o por
destrucción, terror y muerte .
El pasado 4 de enero publicaba este periódico un estupendo y
documentado artículo del columnista Javier Neira titulado “Vencida: España”,
donde recordaba que ese mismo día de hace once años, año 2004, tuvo lugar una
entrevista que iba a condicionar la vida española posterior. Me refiero a la
reunión que mantuvieron en Perpiñán el Presidente en funciones de la
Generalitat de Cataluña, sr. José Lluis Carod Rovira - encuentro que parece ser
se celebró sin conocimiento del entonces Presidente de la Generalitat, de viaje por Turquía, Sr. Pascual Maragall-
con responsables de Eta. No sabemos lo que allí se trató, pero sí que al mes
siguiente, en un comunicado, ETA anunciaba que no volvería a atentar en
Cataluña.
Han pasado once años y el nombre de Perpiñán -capital del
Rosellón, perteneciente a España hasta
el año 1659 y designada en el año 2008 capital de la cultura catalana- ha quedado en el olvido y nadie ha dado las
explicaciones necesarias que el pueblo soberano necesita. Pocas veces se ha aludido
o recordado el hecho, a pesar de que todos intuimos las consecuencias del mismo
para la vida española posterior. Leer el artículo del Sr.Neira me llenó de
satisfacción, ya que no es frecuente encontrarse escrito tan documentado y
oportuno como el suyo, fruto de una profesionalidad y respeto al lector que no
siempre se cumple. Ejemplos de ese periodismo veraz y valiente está muy
necesitada España y son el ingrediente necesario de un sistema democrático y
pluralista. No tengo empacho en reconocer que no todos los males de nuestro
país se deben a la clase política, hay otros muchos actores, entre ellos algún
periodista oportunista y pesebrista que no duda en vender su conciencia a
cambio de una mejora, una prebenda, un contrato… lo que provoca el desprecio y escarnio de sus compañeros, que a pesar de ser uno de
los colectivos más castigados por la crisis han sabido mantener un grado de
dignidad, compromiso y ética digno de elogio,
y de ello da prueba el elevado número de periodistas muertos en el
ejercicio de su profesión en el año 2014, concretamente 118. En estos momentos
de desamparo y de miseria moral es de aplicación aquella viñeta de Mafalda que nos dice: “¿Por dónde hay que empujar ese
país para llevarlo adelante? “
Pero poco duró la
alegría, la lectura de una columna bien hilada y argumentada, acompañada de
café mediano y croissant , lápiz y
tijeras, cuando el pasado 8 de enero el fanatismo, impregnado de bestialidad y
muerte escribió una de las páginas más sangrientas de la historia de Francia y
de todo el mundo civilizado, con un total de 20 muertos, incluidos los propios
terroristas, y con elevado número de afectados, todos nosotros, que desde
nuestra manera de entender y juzgar la vida, no podemos admitir y menos comprender
y justificar ese tipo de conductas en nombre de un dios, de un profeta...
París , sede de la
libertad y del pensamiento libre, refugio de la belleza y la bohemia, de las
artes y de las letras, aunque sangra por su herida, aunque lamenta sus víctimas,
aunque llora a sus hijos- sea cual sea su origen y procedencia, creencias e
ideas- , tiene que seguir adelante, tiene que preservar su patrimonio cultural,
humano y hacer suyo uno de los más célebres consejos de Don Quijote a Sancho
cuando dice:
-
“La
libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron
los cielos…por la libertad así como por la honra se puede y se debe aventurar
la vida…”.
A esta aventura, a este empujón, estamos invitados todas las
personas de buena fe que creen posible construir un mundo mejor, donde la
intolerancia y la incomprensión no tengan cabida y menos pongan en peligro la libertad y el progreso de
todos, y a ello debemos contribuir todos, creyentes y no creyentes, desde el
máximo respeto. No hace mucho, uno de los iconos parisinos del siglo XX, Edith
Piaf, descendiente de madre italo-bereber , nacida en plena calle de
Belleville(París), debajo de una farola del nº 72,con una infancia y vida muy turbulentas , en una de
las letras de su famosa canción “Non, je ne regrette rien”, nos dice: “ No, no
lamento nada, porque mi vida, porque mis alegrías, hoy comienzan contigo…” y
continúan- apostillo yo- contigo, París.
José Antonio Noval Cueto.
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