sábado, 17 de enero de 2015

"Guapa, guapa, guapa…”




En la tierra de la butifarra, paella, gazpacho, cocidito, pote y fabada  se ha levantado la veda para perseguir al lenguaje, hacer que se hace y presentar proyectos que no concuerdan con el carácter o formas de ser de un país llamado España, donde  uno de los bailes que abre, mantiene y cierra festejos y verbenas es el pasodoble, baile sencillo, alegre , castizo, de genuino sabor español, que alegra y tensa nuestras calles y camperas desde el siglo XVI ( hacia 1533 o 1538).Creo que no existe generación de españoles, de la autonomía que sea, desde hace centurias que no hayan crecido y bailado al son de un pasadoble, ya sea la “España cañí”, “Paquito el chocolatero” , los pasodobles asturianos del grupo La Cirigüeña, como el titulado “Pepe el mazcayu”, o el pasoble piropo que titula este artículo. La mayoría de nosotros  al no haber academias de baile, practicábamos primero con una escoba y después de las primeras lecciones con nuestra madre o hermanas, - eran los tiempos del baile agarrado, en pareja- y no saber bailar condicionaba nuestro prestigio en la plaza, y el pasodoble ni faltaba antes  ni falta ahora-.  Hablar del pasodoble me lleva a tratar de un tema que me tiene preocupado y que de no mediar rectificaciones caeremos en una aberración cultural de tal calibre que seremos  mofa y escarnio para tiempo y prueba evidente de una nación no respetuosa con sus esencias patrias.

Y es que el pasado 9 de enero de 2015 – el mismo día que Francia abatía a los tres yihadistas, que Europa alertaba  del peligro de deflación y que se hablaba de las bonanzas de merendar almendras para reducir el riesgo cardiovascular-  la Presidenta del Observatorio de Género, órgano dependiente del Consejo General del Poder Judicial, doña Ángeles Carmona, con motivo de su comparecencia para celebrar los diez años de la aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género, dijo que “el piropo aunque sea bonito, invade la intimidad de la mujer y debe ser erradicado”. Oír esto y quedar perplejo fue todo uno. No daba crédito, pero ahondando en este sinsentido me encontré que la Directora General de Igualdad, doña Bibiana Aido, en el año 2.011 había comunicado su intención de penalizar los piropos con multas de 3.000 euros y cárcel, y que incluso  el general Primo de Rivera, en pleno auge del piropo en el Madrid de los años veinte, tomó algún medida contra el mismo, pero que a la vista de los hechos resulto infructuoso, pues sería como tapiar toda España, tierra del piropo, y especialmente  Andalucía (Sevilla), y despreciar la meritoria obra literaria de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero -que una de sus costumbristas obras responde al título de “Los piropos”, estrenada en 1902- , de Carlos Arniches,  de todos los grandes humoristas que ha dado España en el siglo XX como Miguel Mihura,  Jardiel Poncela, Alvaro de Laiglesia, Alfonso Paso  o a toda la literatura escrita desde que el castellano fue instrumento de comunicación (s.XIII),con el mismo  mismo Don Quijote a la cabeza que en su Carta  a  su “Soberana y alta señora” Dulcinea dijo: “Si gustares de socorredme, tuyo soy”.

¿Acaso se quiere convertir al piropo en el germen de la violencia de género?¿Alguien se ha preocupado de los contenidos morales que reciben sus hijos? ¿ De las películas y programas que se emiten en horario de tarde? ¿Quién se encarga de protegerlos de las aberraciones que se divulgan por la red o quién les aleja de ediciones de comics o libros supuestamente para niños o jóvenes carentes de la mínima consideración del hombre y de la mujer, y donde éstos actúan más como mamíferos que como personas? ¿O más sencillamente , en este mundo de productores y consumidores, del depende, quién les dice a nuestros jóvenes lo que es normal , lo que está bien, o sea que no todo vale? ¿Será mucho reconocer que hay hombres y mujeres , seres humanos, con distintas sensibilidades y que como tal deben ser tratados y educados? ¿En un mundo donde se manipula y releja más a la mujer, quién se preocupa que la mujer pueda, de verdad, compatibilizar la vida laboral y familiar, qué medidas se toman al respecto?  Pocas y de escasa eficacia, y basta para ello analizar los horarios de trabajo y reconocer que ser madre, en la situación que vivimos, es de heroínas, y aquí es donde los poderes públicos deben incidir, trabajar,  y evitar que ninguna se plantee ni siquiera la posibilidad de no ser madre por mantener su puesto de trabajo, y es que el planeta, concretamente Asturias, se despuebla.

Expuestas estas razones viene bien no confundir el piropo, fruto de la admiración que provoca la elegancia y belleza de una mujer, con los insultos o animaladas que emite el semental de turno, que obviamente no son piropos .  ¿A quién puede molestar que al encontrarse con una bella mujer uno se atreva a decir:” Las estrellas se esconden cuando tú pasas, porque temen que brilles más que ellas”?

Se me acaban las palabras y aún resuena el pasodoble en la Plaza….”Estás que arrebatas preciosa, estás de lo más retrechera, estás tan bonita y graciosa que luces airosa tu sal postinera…”


                                       José Antonio Noval Cueto.

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