domingo, 25 de junio de 2017

“Cuenta con nosotros…”


 El pasado 20 de junio, víspera del verano, festividad de los Mártires Ingleses y cuando el mercurio de  indicaba temperaturas fuera de los normal y se tomaban las precauciones ante esa ola de calor, tuve el acierto, la intuición o si se me permite la obligación como creyente de peregrinar a Liébana, al monasterio de Santo Toribio. Han pasado diecisiete años desde la última vez que cruce estas tierras  para honrar y besar el “lignum crucis”, o reliquia- la más grande que se conserva- de la Cruz de Cristo, y me parece que fue ayer, con las lógicas diferencias que a continuación explico.  En aquel domingo del mes de mayo del año 2.000, domingo de comuniones, fui en  autocar en compañía de un grupo de amigos y compañeros de partido. Quiso la casualidad que  en el restaurante compartiéramos mesa y comida con personalidades de la tonada asturiana naturales de Cantabria. Acabamos los postres y en una alargada mesa de al lado, al conocer que éramos asturianos, empezaron a cantar tonada para entablar el diálogo. Afortunadamente con nosotros también llevábamos buenas cantantes de tonada  que respondieron a la invitación de nuestros vecinos que estaban arropados  por el gran Benito Díaz, quien en conversación posterior nos informó de las clases de tonada que se impartían en Camargo y alrededores; en Asturias, como casi siempre,  hemos tardo algo más en empezar y ya se ven los frutos. Era el típico día plomizo y gris del Norte, la lluvia nos respetó y efectuamos la visita de tarde.

En esta ocasión, con más tiempo y menos obligaciones, escogí un día laboral – para evitar las grandes aglomeraciones de los fines de semana-, el conductor fui yo, y acudí con prontitud a la misa del peregrino, cruceno y crucero, como se suele llamar a los que acudimos a Santo Toribio, que se celebra diariamente a las 12 de la mañana.  En la explanada del monasterio y ante la Puerta del Perdón se congregaba una multitud de personas de diferentes lugares, de Puerto Rico con su bandera, de Argentina, del País Vasco , Palencia, Madrid, Asturias, Cantabria…Allí un afable franciscano nos hizo las indicaciones de rigor y a las 12 h. en punto, entramos en el templo por la Puerta del Perdón, cuidando no tropezar con los escalones de entrada como se nos previno. La misa concelebrada por once sacerdotes y con los confesionarios preparados al fondo, estuvo muy medida, marcando bien los tiempos y fases de la misma, con la primacía de la palabra y apoyada por el canto, cuyos contenidos ahondaban en el motivo central de toda peregrinación o visita que no es otro que pedir fuerzas, ahondar en nuestra fe, ampararnos en las manos del Padre Creador que en este monasterio se testimonia en la Cruz Relicario que contiene el “Lignum Crucis”. Toda la ceremonia estuvo orientada y explicada por las palabras del ya citado fraile que hilaba salmos, datos históricos, vivencias personales ,peticiones , sugerencias y pequeñas amonestaciones  de una manera tan sencilla y natural que nos dejaba atónitos a todos, pues parecía que el mismo Padre Dios nos hablaba. Las canciones las de siempre, pero que no sé por qué sonaban de manera diferente, con más fuerza, con más vitalidad, y todo , como decía, centrado en el principal objetivo: “Señor creo en Ti, pero aumenta mi fe”, y que  este jubileo lebaniego del 2017 testimonia de la siguiente manera:” Nuestra gloria, Señor, es tu Cruz…” . Después de la multitudinaria comunión y antes de proceder a la veneración del Lignum Crucis una peregrina portorriqueña leyó unas palabras de agradecimiento, de afirmación de nuestra fe,  que concluyen con la expresión “Señor, cuenta con nosotros”. Palabras claras,  directas y comprometedoras, que todos hacemos nuestras, pues dentro de nuestra pequeñez, de nuestra miseria sabemos que podemos siempre “contar contigo” para alertarnos del peligro y apartarnos de él… y cuando  como humanos fallamos sólo nos pides que lo reconozcamos y nos arrepintamos, pues de sobra  sabemos de tu infinita paciencia y misericordia.

Un día como éste, de tanta luz, de tanto color y de tanto calor,  la propia naturaleza nos habla y lleva a Ti para  decirte: ”Protégeme  Dios mío, que me refugio en Ti”.

Concluida la visita y después de buscar el amparo de las tripas con una comida suave y refrescante – el cocido montañés lo dejo para más fría ocasión- comprendo que haya pintores, como mi buen amigo Carlos Sampere, que hagan de los Picos de Europa su principal fuente de inspiración y es que la doble plenitud que yo he vivido hoy- Naturaleza y Cruz-  es difícil de trasladar a lienzo. En estos momentos   aún perdura y siento en mis labios la rugosidad del “Lignum Crucis”.

P.D  El Jubileo de Liébaba o “Año Jubilar in perpetuum” se celebra desde el año 1512, merced a la bula del Papa Julio II.


                                               José Antonio Noval Cueto. 

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