sábado, 3 de junio de 2017

¡Gratitud a la Revista “El Santo” ¡


Cuando uno llega a cierta edad y los espejismos de la vida disminuyen, ves la realidad de manera más objetiva y llegas a la conclusión que lo que uno se debe a sí mismo es poco, con ser importante, por ejemplo, el esfuerzo, el afán de superación…y es esta certeza la que te obliga a ser agradecido y a reconocer lo mucho que uno debe al apoyo y ayuda de muchas personas que han estado presentes y pendientes de su vida, y entre ellas ocupa un lugar principal la familia,  padres, hermanos y demás familiares, así los amigos, vecinos, compañeros de trabajo, de tertulia  y otras… que con su conducta y su modo de hacer han sido ejemplo y estímulo para ti, sin que medie ninguna intención, fin o  recompensa,  de la manera más gratuita y noble como el  aire limpio que uno respira…En este apartado ocupan un lugar destacado los maestros y profesores que uno ha tenido, y entre ellos a aquel o aquellos que te han ayudado a descubrir  tu vocación y te han señalado el rumbo a seguir. En mi caso concreto me  infundieron y potenciaron la afición por la lectura en una época donde escaseaba el libro bolsillo y no había tantas bibliotecas públicas como ahora, y  me han ayudado  en mucho a ser la persona y profesional que soy .

En este apartado de agradecimientos no puede faltar la revista mensual “El Santo”, principal motivo de estas letras,  que recibíamos en mi casa desde la más tierna infancia y que en la adolescencia más fuerte, más crítica leía sin que mi madre me viese, para no dañar mi imagen de rebelde, de mayor, de autónomo, y cuyos artículos y poesías - las del Padre Fermín de Mieza  me encantaban y las esperaba mes a mes- ,   me han aportado mucha claridad y seguridad en una época tan confusa e inestable como aquella – finales de los 70-. Hemos recibido la revista mientras mi madre vivió – falleció en setiembre de 2010- y después de unos años de silencio, de incomunicación, de olvido, al recordar el bien impagable recibido de esta revista he vuelto a ser suscriptor  desde hace dos años y sus contenidos en forma de doctrina, exégesis, cultura , actualidad…no dejan de agradarme.

 Dicen que una forma de soberbia es la ingratitud y lejos de mi quererlo , de ahí, que antes que sea tarde  y por eso de que  más vale tarde que nunca,  quiero con estas letras dejar constancia de mi gratitud hacia la revista “El Santo”  por el mucho bien que me ha hecho y animarles a seguir en esa misma línea, pues todos los oídos oyen, y quien menos pensamos nos lee,  lo importante es que premie y prime la claridad, de la que tan necesitados estamos. No quisiera concluir estas letras sin haceros partícipes de unas preguntas que se hacía Dante en “La Divina Comedia” y que considero muy oportunas  y cito: “¿No observáis que somos gusanos nacidos para formar la angelical mariposa que dirige su vuelo sin impedimento hacia la justicia de Dios? ¿Por qué se engríe soberbio vuestro ánimo cuando sólo sois defectuosos insectos como crisálidas que no llegan a desarrollarse?

                                                                                ¡Muchas gracias!

                                                   José Antonio Noval Cueto

   

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