Siempre os he dicho que una de las partes más difíciles de
todo artículo es titularlo, pero hoy, gracias a la naturalidad, generosidad y
buen hacer del protagonista de estas letras, lo tengo fácil, ya que él mismo lo
puso, cuando en su amena y documentada conferencia y posterior tertulia nos
ofreció tantos datos, anécdotas y vivencias, que fueron del agrado de las
muchas personas presentes, entre ellas el papel de una buena Madre para con sus
hijos.
Quien motiva estas letras es Don Adolfo Mariño Gutiérrez,
abad de Covadonga desde el 3 de agosto de 2017, que tuvo a bien participar en
el Ciclo de Charlas Familiares que organiza el Colegios – esta hacía la 102- y que tenía como tema: “Covadonga: año jubilar
2018”.
Si Covadonga es noticia permanente desde hace 1.300 años, lo
es más en la actualidad , cuando Principado, Arzobispado y Ayuntamiento
preparan los actos conmemorativos del centenario de la Coronación canóniga de
María Santísima y el Niño, del
centenario del Parque Nacional y de la más que milenaria batalla de
Covadonga y los orígenes del Reino de Asturias. De todo ello habla la prensa estos días y es que como muy bien dicen desde el
Principado “es un acontecimiento de excepcional interés público”.
Dicho esto ha sido un auténtico lujo tener entre nosotros a
don Adolfo para que nos hable de ese singular entorno que como él mismo dice
sobresale por su naturaleza – el Creador ha sido generoso con ella-, por la
historia vivida y acumulada y por la espiritualidad que trasmite a todo
visitante, pues allí, en ese paraíso natural se aspiran “amores divinos”, y de
ellos hay abundantes testimonios todos los días del año, y es que Covadonga
como le dijo en su día San Juan Pablo II al entonces obispo de Oviedo, don
Carlos Osoro, “es uno de los santuarios más importantes del mundo”, y de ello
habla el número de visitantes que recibe, un millón y medio de personas el año
pasado , poco menos que los dos millones que recibe anualmente Asturias, lo que
da pie a decir que casi toda persona que visita Asturias, acude a Covadonga.
Don Adolfo nos ha hablado de historia, de los orígenes del
Santuario, de los reyes que la han visitado como Isabel II, Alfonso XII, Alfonso
XIII, Juan Carlos I y es de desear que el actual rey nos visite en el
transcurso de este año. De los santos
que han acudido e implorado la protección de la Santina, como San Antonio María
Claret, San Pedro Poveda, San Juan XXIII – que decía “Yo siempre cuando me
levantó me pongo en manos de la madonna de Covadonga”-, San Josemaría Escrivá
de Balaguer o el beato don Álvaro del Portillo, y también nos ha expuesto su
deseo que todas las personas con movilidad reducida puedan acceder al interior
de la Cueva y venerar a su Madre.
Toda esta información que recibíamos se entremezclaba con
recuerdos del papa San Juan Pablo II - de Lolek que nos dijo aquellas certeras palabras de
“Algunos tratan de comprenderme desde fuera, cuando a mí sólo se me puede
entender desde el interior”- , que
peregrino a Asturias los días 20 y 21 de agosto de 1989 , donde
don Adolfo tuvo la responsabilidad de la Sacristanía de La Morgal y quedó
sorprendido de los ojos profundos, grisáceos de su Santidad, o de los más de veinte minutos que rezó en la
Cueva ante la Santina que llevó a un impaciente locutor a decir: “ al Papa se
la ha perdido el tiempo”. ¿De qué hablarían? Había comunicación , deseos, preocupaciones y seguro que no faltaría el
tema de Europa y sus raíces cristianas...En este apartado evoca el paseo de su
Santidad por Los Lagos y como don José Gabriel, el ecónomo del Arzobispado, se
hizo con unos playeros. Al acabar la visita a esa joya en la naturaleza en un
día fantástico el pontífice la calificó como “el segundo lugar más bello del
mundo”. ¿Cuál sería el primero?... Lo único cierto es que esas imágenes
llegaron a todas las partes del planeta y han sido un fuerte impulso para
Asturias y su “el paraíso natural”.
Don Adolfo, con esa
franqueza que le caracteriza, nos habló de sus alegrías y también de sus
preocupaciones, de sus dificultades, que como siempre acaban en el apartado
ingresos/ gastos. Entre sus alegrías
estar al lado de la Madre, percibir su ayuda, su protección y contribuir
a que la fe alcance, impregne el corazón de los visitantes, de ahí su
preocupación por conseguir y mantener un ambiente mariano dentro del Santuario,
y en ello juega un papel fundamental la Escolanía, integrada por alumnos de una
categoría humana encomiable que demandan el apoyo de todos nosotros.
El ruido puede tener mucha fuerza, pero no puede amordazar el
silencio, el ansia de Dios que late en el corazón humano y que se hace visible
cuando menos se espera, y especialmente en Covadonga.
En casa de una Madre, en Covadonga, no falta ni sobra nadie y
es que como muy bien dijo don Adolfo si Fátima es rosario, Lourdes, salud;
Covadonga es todo.
Muchas gracias.
José Antonio Noval Cueto
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