A cierta edad cuando la vanidad y
los prejuicios ya deben haber
desaparecido, cuando uno ya tiene la libertad que dan los años y no busca el aplauso fácil ni la complacencia, sino ser fiel a sí mismo y a su
manera de entender la vida, me tomo el atrevimiento de escribir estas letras
con la única pretensión de trasladaros unas reflexiones que espero que os sean
útiles como lo han sido y son para mí. Y todo ello a raíz de un reciente viaje
al santuario de Fátima, o para ser más correctos y precisos al Santuario de
Nuestra Señora del Rosario de Fátima. Antes de continuar con el relato y por si
alguno pudiera molestarle, le confieso que soy católico, apostólico y romano, y
que todos estos adjetivos no bastan para hacerme mejor persona – si Dios no me
ayuda- , libre de errores, egoísmos,
negligencias y silencios… aunque lo
intento. Mi afición preferida es la lectura tanto de periódicos como de libros,
y uno de los artículos que últimamente
he recortado y guardado en mi cuaderno se titula “Reza por mí” .Se publicó
el 11 de marzo en el ABC de Sevilla y se
autor es el periodista Miguel Ángel Robles. Fue viral en la red. Nacer un 13 de
mayo y año mariano obliga y más aún si tu madre te lo recuerda siempre que
puede, lo mismo que las campanas del santuario de Fátima lo evocan con su
tañido al dar las horas. Era la época en
que las madres rezaban con sus hijos, como lo recuerda tiernamente Pablo Neruda
en uno de sus artículos…
De ahí mi promesa de visitar Fátima antes que concluya su
centenario y después de muchas tentativas, en plena Pascua
o Resurrección de la Vida, cuando
se cumplen noventa y nueve años de la muerte de Francisco Martos, uno de los
tres pastorcitos, canonizado el año pasado y fallecido un 4 de abril de 1919.
El viaje a pesar de ser apresurado, corto y casi diría improvisado cumplió su
misión. Su objetivo que no era otro que evidenciar la importancia de la fe en
nuestra vida, en nuestra sociedad. Algo que deberíamos ya tener asumido, pero
que por motivos dispares ( manipulación, silencios interesados, estrategias,
inercias, prejuicios…) y otros que se me escapan, no se tiene y más cuando el cristianismo es uno de los
pilares básicos de la cultura
occidental, con evidencias clamorosas en
la misma Pola de Siero y su hito fundacional en el año 1.141 cuando doña María
Ordóñez creó un “hospital de peregrinos”.
No voy a hablaros de la tranquilidad, devoción, conversiones,
encuentros y silencio que se aspiran en
el Santuario, ni de las multitudes de personas , de toda raza, condición y
continente, que asisten y participan activamente en las ceremonias religiosas litúrgicamente muy
cuidadas o que se confiesan en la capilla de la reconciliación, con sacerdotes
que conocen sus idiomas. Eso atañe a cada uno. Son testimonios personales. Hoy, en estos momentos en que escribo, también
13, pero de abril, me traslado a Cova de Iría, donde Virgen del Rosario de Fátima hace ya
casi 101 años se apareció a tres
pastorcitos (Jacinta, Francisco y Lucia) para que :
Rezáramos diariamente el Rosario, amáramos el Corazón Inmaculado de María y
tuviéramos el coraje de pedir perdón por nuestros fallos, errores, que no
perseveráramos en ellos.
La pregunta que yo me hago es: “¿Cumplimos el encargo?” La respuesta no es fácil. El cielo se llena de
nubes y dudas y es que en todo este tiempo han pasado cosas de mucha
importancia, algunas terribles así: Revolución en Rusia, Guerra Civil en
España, 2º Guerra Mundial, Caída del Muro de Berlín, Terrorismo islámico y nuevas tensiones nacionalistas en Europa,
junto con la llegada de miles de refugios que huyen de sus países de origen,
principalmente de Siria …
La vida es más sencilla de lo que uno piensa, siempre que se
tenga sentido común . Aún estamos a
tiempo de mejorar, de cambiar la sociedad. La receta la tenemos al alcance de
la mano, sólo se necesita un Rosario, y es que como nos decía el Padre Héctor
en la misa en español celebrada en la Capilla de las Apariciones: “La Madre, cuenta
con nosotros”. ¡Mucho ánimo!
En este viaje meteórico no faltó ni el chuletón de morucha en
Salamanca ni la visita de la librería Lello, en Oporto o Porto como dicen los
portugueses, una de las más antiguas de
Europa, fundada en 1906, y donde en su expositor de libros en castellano
sobresalía “El Quijote” de la Real Academia Española, en la edición supervisada
por don Francisco Rico, y es que quizás a don Quijote le hubiera ido mejor por tierras
del Duero que por Barcelona. De las novedades ”El monarca de las sombras” de
Javier Cercas.
Este escrito llega a
su fin y recuerda que ya en 2004, la periodista Oriana Falachi, atea cristiana
como se definía, ya avisaba y alertaba a Europa de que Eurabia llegaba. ¿Hemos
hecho o hacemos algo por evitarlo? Velas y rosas en alguna calle y poco más.
Últimamente se incrementa la venta de rosarios, pero no la demografía. Tenemos
miedo a la vida, la cosificamos en exceso. Recemos unos por otros.
José Antonio Noval Cueto.
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