martes, 13 de julio de 2021

“Hay una línea trazada…”


“Que pasa por Lieres p’arriba y atraviesa la Collada…” Sí, hay una línea trazada en la Canción Asturiana y ésta pasa por Siero desde hace 10 años cuando al Ayuntamiento llegó la propuesta de Anabel Santiago y de Remis de celebrar en el Concejo un concurso de Canción Asturiana, y desde entonces, a pesar de la escasez de medios y otros inconvenientes conocidos por todos, este domingo, 11 de julio, se ha puesto de largo para celebrar la entrega de Premios del Concurso de Canción Asturiana, en su décima edición.

Empezó la entrega hacia las 11:45 y terminó a las 14:00, y en estas poco más de dos horas , no hubo respiro para la dicha, para la emoción, para el recuerdo y los sentimientos que brotaban en los ojos de agua de algunos espectadores – que se retrotraían a su infancia y juventud, y veían en el escenario  a Pepón el Soldador, Fermín el de la Fresneda, Agustín Argüelles, Diamantina, Armando Montes, Josefina la de Vegadotos, El Presi o a la peña que cantaba en el Sport…-, hasta el punto que se entrecorta la pluma para escribir estas palabras que sé que se quedan cortas para expresar lo vivido, y todo a pesar de las limitaciones, carencias y temores, y donde por no tener ni siquiera tuvimos presencia de la TPA que divulgase el evento, que lo fue y de los grandes. Todo ello magistralmente conducido por una pareja de presentadores, Esther Fonseca y Miguel Ánxel Montenegro, que se complementaron tan adecuada y naturalmente, con elegante decir y vestir, que dieron esplendor a esta Entrega después de cinco jornadas previas de competición y tres eliminatorias,  y la condujeron de una manera  ágil y amena , y donde  también se hizo notar la impronta y experiencia de esa pareja de gala  que forman Valentín Fuente  – gaitero de 45 años de oficio- y Xuacu Areces, el tamborilero de Traspando, con otros muchos años de oficio, impulsores y sostenedores del Concurso en la actualidad..

Todo ello caldeado previamente con baile a lo suelto – un bailarín y tres bailarinas que se turnaban- que me trasladaron a la Salud de Lieres y a Benigno el Maquinista bailando con sus alumnas…y con les poesíes o pingaretes literarias del escritor Sidoro Villa Costales, escritas para “neños” y leídas por él mismo, que nos trasladó  a nuestra infancia de “ñeros” y  “lo tosques que son les mosques algunas tardes…” y especialmente en verano, entre otras muchas cosas. Se evidenció que hermanan bien la poesía y la toná, diríamos que se retroalimentan, se necesitan. La Organización del X Concurso de Canción Asturiana se sumó en esta edición a la propuesta presentada por Graciano García de hacer de Asturias, la capital mundial de la poesía, y por eso en cada jornada se leía una.

Antes de leer Anabel Santiago el Acta del Jurado, el Director del Concurso, Valentín Fuente habló del éxito de público de las dos jornadas celebradas en Lugones, de la importancia que tienen las Escuelas de Tonada en el auge y difusión de la misma, de la fuerza que está adquiriendo la canción dialogada, de su deseo que los más jóvenes se inicien en la toná, de modo que pueda crearse una categoría juvenil en el Concurso, de su agradecimiento a los medios de comunicación -en especial a “El Comercio” por su patrocinio- y al resto de patrocinadores y colaboradores que hacen posible este Concurso – Caja Rural entre otros-  y, por último ,pidió que la voluntad sea más fuerte que la palabra y que un bien tan preciado como es la toná, calificado como Bien de Interés Cultural, tenga el apoyo que se necesita para su  difusión.

Después de estas breves intervenciones empieza el reparto de premios con el  de la Fidelidad por su asistencia al Concurso, que en esta ocasión recayó en Don Avelino García Martínez. A continuación doña Pilar Álvarez, viuda de Agustín Argüelles, entregó la máxima distinción en la modalidad de canción dialogada a la pareja formada por Alicia Villanueva Megido y Carlos Velasco Montes, que con sus dos canciones “En la ventana soy l’ama” y “El aldeanu”, cautivaron al público con su mezcla de graves y agudos y sus originales letras y  atinadas respuestas. Fueron unos de los grandes protagonistas del día.

En la modalidad femenina la ganadora fue Luisi Martínez Suárez, de Gijón, que nos deleitó con dos canciones muy conocidas, una “Los mineros del Fondón”, que encandiló a los presentes, pues llegó a matices de voz pocas veces alcanzables, y “En el roncón traigo Asturias”, interpretada ya en tono más relajado.

En la modalidad masculina el ganador fue el cantante cántabro Álvaro Fernández Conde, que procedente de Lamasón, interpretó dos canciones que fueron del gusto del público. La primera, en un tono elevado y exigente, la conocida “Hay una línea trazá”, que nos sorprendió a todos por su perfecta ejecución, cual si estuviera lista para grabar, todo favorecido por su potente y limpia voz. Reconozco que nunca escuché una interpretación tan perfecta de esta conocida toná, que ya tantas veces escuché, y que justifica el premio y la exigencia del concurso. La segunda canción, dedicada a su hijo Daniel, bebé de pocos meses, la también popular “Oí cantar a un malvís” también de perfecta ejecución. Entregados los premios la concejala de Cultura, Doña Aurora Cienfuegos Prada dirigió a las palabras a los presentes para felicitar a los organizadores y cantantes por la estupenda labor realizada y el nivel alcanzado en esta edición, y agradecer al público su asistencia y esperar que el certamen haya sido de su agrado.

En la recta final de la Entrega no faltaron las sorpresas.  La primera, de una joven promesa de la canción asturiana, de 13 años, de nombre Rubén Álvarez González, que nos interpretó “Mineru quiero ser , madre”, y que testimonió su defensa de la “toná”, y que a preguntas de la presentadora sobre su futuro en la toná, respondió que su futuro pasa por cantarla hasta que “me muerra”.

Cerró la Gala la actuación del grupo “Tente Nublo”, compuesta por tres chicas, expertas en armonía y música, que con dos panderetas y una acordeón, buena voz,  sartén y cuchara, un bastón y lata, mostraron sus habilidades y un variado repertorio festivo donde no faltaron las jotas, como la “Del Mozu”, y la veneración por la Santina, para concluir con la canción, homenaje a su tierra y a todas las mujeres del campo , titulada “Soy molinera en Cantabría”. Su mezcla de tradición y modernidad fue del agrado de todos, causó una gran sensación y demanda una repetición.

La Entrega de los Premios del X Concurso de Canción Asturiana Concejo de Siero constata que “Hay una línea traza que evidencia que la toná tiene su sede en el Concejo de Siero”, a poco que nos lo propongamos, pero para ello, hace falta, como dijo Valentín , Escuelas de Toná, algo que Cantabria ya hace desde hace tiempo – Sergio Agüeros ganó el certamen de Canción Asturiana Ciudad de Oviedo en 2006-, y por supuesto más apoyo de la Administración”.

 

                                                     José Antonio Noval Cueto.


P.D  Creo que la "toná" tiene que tener un tratamiento singular en el apartado de Cultura Asturiana.






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