Este era el titular que portaba una pancarta de tela blanca, de medianas dimensiones, colocada en una de las dos medias raquetas de la Plaza Don Pelayo de Pola de Siero, concretamente la de la derecha dirección a Oviedo. La tela con sencilla ejecución se distribuya en dos partes, en la izquierda un edificio de cuatro alturas, sencillo, dibujado en trazo grueso con tinta negra, y titulado cada uno de ellos, en la parte baja “Café El Jardín” y en el último, en el cuarto,” Ferretería Humberto” , y en el centro de la tela una pequeña nave espacial, tripulada por dos personas y que respondía al nombre de “Apollo Borja”, y debajo de la misma, con grandes titulares negros, ”TORRES MÁS ALTAS CAYERON” y al lado la fecha , 11-9-2021…
No es la primera vez que uno se encuentra con pancartas,
telas, en los lugares más visibles de cruces, puentes, carreteras y calles donde familiares y amigos de los novios
exteriorizan su alegría por el acontecimiento y estampan allí sus deseos de
dicha, de felicidad, pero reconozco que
en esta ocasión me sorprendió la originalidad, positividad y oportunidad de su
contenido. Pues ahora que vamos camino de cierta ‘normalidad’ celebremos la
dicha del amor es positivo , es algo a
tener en cuenta, y más partiendo de personas jóvenes, que a pesar de las dosis
diarias de manipulación que padecen, tienen la personalidad suficiente para
saber qué es lo que de verdad importa , se
comprometen y unen sus vidas en
busca de un futuro mejor cargado de proyectos y felicidad, como hicieron
nuestros padres, abuelos, y siendo conscientes de lo que se juegan en el envite
que refleja muy bien el refranero popular con “quien acierta en casar, ya no le
queda en que acertar”.
Que los novios preparen con ilusión su enlace y nos hagan
partícipes a los demás de su dicha, es una buena señal y nos recuerda, a los
mayores, tiempos y alegrías vividas que van con nosotros y marcan nuestras
vidas, y que nos hacen decir que el amor existe, que hay que cuidarlo, que
exige renuncias, sacrificios, esfuerzos y que sin amor no somos nada, que
siempre debe estar en proceso de crecimiento hasta el punto que uno llegue a
pensar porque piensa el otro, que uno llegue a respirar porque respire el otro,
y es que sin amor no somos nada, ni
siquiera mero sobreviviente de un planeta acelerado y ruidoso; y todo ello en
plena evolución del “yo”- enfermedad de nuestro tiempo- al “nosotros”.
Pero no era ésta la única pancarta que el sábado flotaba en
la Pola. En la plaza de la Iglesia, poco antes de entrar a misa, me encuentro
con otra que dice, también con grandes letras de trazo negro: “DEL MINY + AL
CIELO!!! OS QUEREMOS!!!...”, que redunda en lo ya dicho. ¡Que seáis muy
felices! y recordar que de vosotros
dependen, en gran parte ,que la torre del amor no se caiga.
No puede ser más oportuno que un 11-S, cuando se recuerdan
los 20 años del magnicidio de las Torres Gemelas de Nueva York, con tres mil
fallecidos, la ‘nueva normalidad’, si así se puede llamar ,desde Pola de Siero,
sea que dos parejas de jóvenes, familiares y amigos nos recuerden que la única
vacuna contra el rencor y el odio es el amor, la entrega, el compromiso, el
iniciar una nueva vida con la persona que quieres, el trasmitir vida -los hijos
juegan un papel fundamental- , y darla
por la persona que quieres, el vivir otra vida porque sabes que otra
persona vive tu vida y de esto hay abundantes ejemplos y muestras, no muy lejos.
El otro día, en una conversación de café, una joven casadera, quedaba
gratamente sorprendida al escuchar a varias personas decirle que llevaban
casadas 46, 55, 32 años…¿Cómo lo habéis conseguido? Con cariño, respeto y buena
fe…
Ayer, 17 de setiembre, empezó la Novena al Santísimo Cristo
de Santa Ana, que congregó a numerosos fieles y devotos, en la que el sacerdote poleso don Andrés Fernández Díaz
glosó la ternura de San José, esposo ejemplar,
en su homilía “Con el corazón de Padre”.
No puede empezar mejor
la deseada “normalidad”, bodas y la Novena al Cristo, que me lleva a recordar
el bello y sentido el “Poema al Cristo del Calvario” de Gabriela Mistral, del
que extraigo los siguientes versos: “En esta tarde, Cristo del Calvario,/ vine
a rogarte por mi carne enferma/ pero al verte, mis ojos van y vienen / de tu
cuerpo a mi cuerpo con vergüenza …Y solo pido , no pedirte nada,/ estar aquí,
junto a tu imagen muerta/ ir aprendiendo que el dolor es solo / la llave santa
de tu santa puerta”.
No quisiera concluir estas palabras sin agradecer a la Cofradía del Cristo de Santa Ana el trabajo que hacen año tras año en conservar y dignificar la Capilla y en mantener y hacer que vaya a más la devoción al Santo Cristo de Santa Ana.
José Antonio Noval Cueto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario