Desde el nefasto y trágico amanecer del 24 de febrero del
2022 han saltado todas las alarmas y se abren todas las posibilidades de
exterminio humano y el pretexto es el mismo: ambición humana, ansia de poder,
de dominio, y el precio el de siempre: huidas, separaciones, éxodo, genocidio…y
que mueran más o menos personas que más da, lo único importante es el objetivo: subyugar a Ucrania, sea como sea
y a costa de lo que sea.
Y en esas estamos, hoy , sábado, 5 de marzo, cuando llevamos
diez días de la invasión rusa de Ucrania, país granero de Europa, y donde la
escalada bélica no atisba ninguna solución, antes, al contrario, ánimos
más enconados y los fallecidos de ambos bandos se cuentan por cientos,
miles… . Mientras, nosotros, testigos asombrados y preocupados de los hechos, recibimos
el carnaval ,miramos o escuchamos televisión, radio en busca de alguna noticia
esperanzadora, y empezamos a padecer las
nefastas consecuencias económicas del conflicto – subidas de gasolina, luz,
gas…-, bajada de casi diez puntos en la Bolsa en una semana, subida de la prima
de riesgo... Hasta ayer, 4 de marzo, no se han enviado armas y municiones, ya
que algún grupo político, preocupado por la paz, no consideraba lícito que los ucranianos se
defendieran del invasor, ya que -según ellos- incrementaría la violencia.
Si la diplomacia ya trabajó en los preámbulos al conflicto,
ahora que estalló y se recrudece, incrementa su labor, en busca de un diálogo
fructuoso que lleve a la paz. Y en ese escenario se han oído opiniones que
dejan a uno preocupado y asustado. Uno siempre cree que quien invade otro país,
es invasor y como tal debe ser tratado, y que es legítimo que el invadido
quiera defenderse, y es lógico que busque ayudas, apoyos en la comunidad
internacional, especialmente en Europa, que eviten tal atropello. Hablamos de
hemos consumados, no de meras suposiciones. Todos esto tiene rostro humano.
Las noticias y comunicados de estos días me han llevado a
plantearme un tema que siempre me ha preocupado cuando se habla de política y que
repercute en su buena marcha , y es si quien ejerce actividad de política tiene
la suficiente libertad de conciencia para expresar lo que siente en momentos
tan cruciales como los que estamos viviendo. Huyamos del hombre/mujer clínex. A
tenor de lo escuchado durante estos días da la impresión que hay personas e
incluso grupos políticos que no se representan a sí mismos, sino que tienen que
velar por los intereses de su amo o pagador, a pesar de los abusos y deslices
que éste cometa, y esto francamente, no nos lo merecemos los españoles en estos
aciagos y agobiados momentos que vivimos.
De todo lo dicho y visto durante estos días se sacan las
siguientes conclusiones: 1. Que Europa es un continente débil que no puede
defenderse por sí mismo, que necesita del apoyo de la OTAN, y esa debilidad se
refleja en los comportamientos de los de los diferentes líderes europeos; que
quizás vaya siendo la hora de tener una Defensa europea propia. 2. Esta sensación de debilidad la trasmite más
acusada aún el gobierno de España, que no tiene la autonomía y libertad
necesaria para tomar decisiones que toda persona de bien justifica y apoya:
ayudar a defenderse al gobierno
ucraniano. Y 3, por último ,de todo lo
publicado y dicho me quedo con las certeras , claras y oportunas palabras del
Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que en el Pleno Extraordinario del pasado 1 de
marzo de 2022 en el Parlamento Europeo dijo : “ Nadie puede mirar para otro
lado cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino
mucho más débil…Nos acordaremos de quienes en este momento solemne no están a
nuestro lado…” y otras expresiones de hondo calado que nos deben hacer
reflexionar a todos.
Sigo pensando como Gabriel Celaya que estas cosas ocurren
entre otras muchas causas, porque no se lee poesía, que ennoblece y atempera
los ánimos y porque se ignora y desprecia todo lo humano. El próximo día 21 de
marzo, Día Mundial de la Poesía y Asturias Capital de la misma, debemos hacer
lo posible para que Política, Poesía y Paz vayan de la mano, ya que las tres
empiezan por la “p” de prójimo, próximo,
próspero.
La Paz exige política.
La Guerra es el fracaso de la misma.
José Antonio Noval Cueto.
P.D “Mi partido es la
Paz…no pido votos” (Gloria Fuertes)
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