Una de las peticiones más reiteradas por los romeros del Carmín
cuando bajan de los “praos de la Sobatiella” es la de “agua, agua, agua…”, y siempre hay
vecinos comprensivos y generosos que desde la ventana de sus casas complacen a
la multitud acalorada y exhausta, sin fuerzas, con sus refrescantes y
vitalizadores calderos de agua. No tiene que sorprender que el agua sea
protagonista de estas líneas en la tierra del “paraguas”, que es Asturias, y más, con la que está cayendo, cuando la
media del agua de nuestros embalses apenas supera el 40%
de su capacidad.
Y es que el agua es un bien escaso, y más el agua dulce, que
no alcanza el 6% de las reservas de aguas mundiales, y en la que Asturias
es privilegiada , aunque quizás no lo
apreciemos y valoremos como se debe, pues no se entiende el abandono que tienen
nuestros ríos, verdadera riqueza de
nuestro Paraíso natural. No están muy lejos los tiempos en que un Alfonso
Guerra, poderoso vicepresidente de Gobierno en su día, anunció y estudió la
posibilidad de trasladar, mediante canalizaciones subterráneas, agua del Norte para el famélico Sur….pero
sólo quedó en tentativa o propuesta novedosa y sorprendente. Hoy, pasadas unas
décadas, cuando la técnica consigue casi lo imposible,- como que los órganos de
un cerdo resuciten-, no dejamos de ver cierta lógica en la propuesta, ya que si
de Argel nos viene gas, quizás también sea técnicamente posible lanzar agua del
Norte al Sur. Hace unos años, el poderoso ideólogo de Podemos, el Sr. Monedero,
a una pregunta del periodista sobre cuál era el principal problema que tenía
España, respondió sin titubear que “la desertización”. El incremento de terreno improductivo aumenta de
año en año, y ya alcanza la quinta parte del territorio español. Ya se habla de
la España vaciada y de la España habitada. Huelga decir que nuestros políticos,
tan centrados en lo inmediato, no han hecho nada para detener y solucionar el
problema.
Ya, más pegados al terreno, el agua ha vuelto a ser noticia
en Siero, ya por las averías periódicas que tienen que resolver el Servicio de
Agua en la ladera que va desde Rivalles a Traspando, o más recientemente,
casi al mismo tiempo que escribo estas palabras, la
grave avería de agua que dejó sin suministro a casi 15.000 personas entre
Llanera y Siero. Sé que los ayuntamientos han acometido últimamente importantes
inversiones en la red de aguas, pero lo que es indudable es que nuestra red
tiene pérdidas y éstas deben resolverse,
deben ser una prioridad, pues nuestro
escaso oro blanco debe tener la máxima protección y cuidado, y ello redunda en calidad de vida, salud y ahorro
económico al vecindario que es quien, a la postre , paga las pérdidas que se producen en el suministro .
Ahora que estamos de vacaciones quizás sea un buen momento
para conocer en profundidad Asturias y dejarse caer por aquellos concejos en
los que las centrales hidrográficas tienen su importancia. Así, hace ya un
tiempo, tuve la oportunidad de visitar la Central Hidroeléctrica de la Malva,
en Somiedo, y lo allí visto y vivido- gracias a las explicaciones que un
técnico nos daba-, jamás lo olvidaré y comprendí que ejecutar una inversión
innovadora y osada como aquella, en
1917, era como construir las mismas pirámides de Egipto. ¿Quién me iba a decir
a mí que mucha de la electricidad que consumía en mi casa, de niño, procedía de
ahí? Con motivo de su centenario una placa da cuenta de quiénes fueron esos
impulsores visionarios (Policarpo Herrero, José Tartiere y el ingeniero Narciso
Hernández Vaquero…) ¡Auténtico lujo para esta región!
No quisiera concluir estas letras sin hacer una petición a
los responsables de nuestro Ayuntamiento. Todos los veranos, desde hace más de
cuarenta, cuando llegaba el verano y venía de las faenas de la hierba, me
proveía del agua más rica y refrescante que he tomado en mi vida, - un agua que
no desmerecería de ninguna Carta de Aguas de restaurante de postín- y a una temperatura que encajaba muy bien con
el cansancio que traía. Hace ya algunos años hubo quién planteó la posibilidad
de embotellarla. Hace unos días fui a la fuente, la de la Facienda, pegada al
arroyo del Toral – cerca de mi casa- y el agua no corría. El tubo de agua
estaba ciego, seco, y en el frontal de la misma un aviso que decía: “Agua no
apta para el consumo humano”. ¿Podría resolverse el problema? Durante muchas
décadas fue una de las delicias de mi veraneo rural y campesino.
José
Antonio Noval Cueto.
P.D Hace unos días un periodista del “Financial Times” se
sorprendía que la vendimia en Jerez comenzase el 28 de julio.
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