Desde que se puso de moda hacer ruedas de prensa sin
preguntas, cuando bastaría con un simple
comunicado público; desde que se puso de modo desvirtuar el contenido de las
palabras, y llamar libertad, democracia, justicia y verdad a lo que es
manipulación y opresión de los poderes públicos; desde que se puso de moda
conseguir el poder a costa de lo que sea y como sea- recordemos lo dicho y
prometido en las pasadas elecciones generales-, no tiene que sorprender que quien menos pinte
y cuente en este tinglado sea el pueblo, el ciudadano de a pie, a quien se le
engaña o manipula sin el menor rubor. Nuevamente se pone en circulación aquella
frase del rey francés Luis XIV o “Rey Sol” de “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Y ejemplos de cuanto digo tenemos abundantes. En tiempos de
coronavirus, el pasado mes, el número de fallecidos aún fue de 2.719 personas;
en tiempos de sequía, incendios (más de 230.000 hectáreas arrasadas) y de
subida de precios abusiva (el IPC de julio subió al 10,8%) y cuando el paro aumenta
incluso en el mes de julio en 3.230 personas, la única preocupación del
Gobierno es protegerse , ocultar y negar la realidad, los hechos…Las
comparecencias de los diferentes ministerios titubeantes y dudosas carecen de
solvencia. Ni ellos mismos creen lo que están diciendo y todos lo vemos. Se
trata de que pase la bola y que los problemas se arreglen por sí solos, y todos
percibimos y vemos que no disminuyen, sino que aumentan.
En esta estrategia de protección, opacidad y asalto a las
instituciones, - del Estado de Derecho apenas quedan tabiques- hay dos temas
que preocupan a nuestros gobernantes: a/ La renovación del Consejo del Poder
Judicial, donde lo que menos importa es que funcione bien y con rigor, sino
colocar a los suyos para que premien o castiguen según les interese. Da la
impresión que la redacción de las leyes no es muy precisa, que es polivalente,
sólo depende de quien la interprete. Todo al servicio del Ejecutivo. Lo de
justicia y verdad son sólo palabras sin contenido. Lo único que importa es mi
justica, mi verdad. Y con esa misma
finalidad de ocultar, de proteger, de silenciar se está tramitando en la
actualidad la nueva Ley de Secretos del Estado, en la que se propone que el
considerado “alto secreto” se desclasifique automáticamente pasados 50 años,
pudiendo prorrogarse antes de su vencimiento, por 15 años más…y la información
catalogada como “secreto” será pública pasados 40 años, con prórroga
excepcional y motivada por diez años más. Esta ley se está tramitando y espero
que se introduzcan cambios en la misma, pues cualquier persona no ve lógica
tanta duración. Así la información sensible y secreta sobre del Atentado de
Atocha, 11M de 2004, podrá conocerse en 2054, y eso si no se prorroga.
No hace mucho, en esta misma columna, reivindique que el
único progreso real es el moral y a ello debemos dedicarnos y comprometernos
todos. Si de verdad creemos y apostamos por un auténtico Estado de Derecho, las
palabras justicia y verdad deben ir de la mano, no pueden ser antagónicas.
Nuevamente la sociedad civil, en el esta caso el mundo de la ciencia e
investigación no has dado una buena noticia que evidencia lo que aún podemos hacer y
es “que un implante de córnea derivado de la piel de un cerdo devuelve la
visión a veinte personas”. Esto y mucho más podemos hacer si aunamos voluntades
y objetivos. ¡Centremos en lo importante! De todos nosotros depende construir
una sociedad más humana y mejor …
Con este deseo quiero celebrar nuestra festividad de la
Virgen de la Asunción, 15 de agosto, pues no puede haber paz sin justicia, ni
justicia sin verdad. “No temas, pequeño rebaño porque vuestro Padre ha tenido a
bien daros el reino” (San Lucas 12,32-48) … ¡Quizás en 2031 tengamos más
información sobre el 23F!
José Antonio Noval Cueto.
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