Después de más de tres meses y casi una legislatura con el “sí es sí”,
busco una noticia que pueda justificar unas letras, que motive, que alegre los
corazones, y con esa mentalidad he ido rastreando periódicos, pues ya está bien
de taladrar las conciencias de las personas con mensajes que no se ajustan a nuestras
necesidades, que como ya he dicho en esta columna, empiezan por las cosas del
comer y más ahora que los alimentos suben más de un 15%, y cuando nuestros
jóvenes viven una auténtica penuria para poder hacer realidad sus deseos, que
empiezan por conseguir y tener un empleo estable, un trabajo fijo discontinuo
de doce meses, no contratos de fin de semana. Ya está bien de casar y manipular
estadísticas, hagamos la prueba del algodón que, por desgracia, no es otra que
dejar de ser la nación europea con más paro juvenil y las nefastas
consecuencias del mismo, no siempre publicitadas ni aireadas. Antes de
continuar la búsqueda quizás venga bien recordar las palabras de la señora
Evangelista a su hija Natalia antes de casarse -ambos personajes de la novela “El contrato
matrimonial”, de Honorato de Balzac- que dicen: “- Hijita. Para que una mujer mande, debe
parecer siempre como si lo hiciera su marido”.
El reto del título no es fácil, cuando vemos que día tras día se repiten las portadas,
con diverso enfoque, que dan la impresión que la vida y el pensamiento
es uniforme, repetitivo, y que justifica aquella frase de un conocido y
autodidacta músico que al verse obligado a repetir una canción, por su escaso
repertorio, decía: “ La misma, pero más
fuerte”, y algo de esto , por desgracia, ocurre hoy con la prensa, medios de
comunicación y mucha supuesta intelectualidad , con las perversas consecuencias
que esto produce al resto de los mortales, democracia incluida. Motivos: Poder,
prebendas, dinero… Hace ya tiempo que no habló de la Variante de Pajares, ni de
Renfe, Feve, corrupciones, guerras, subidas, despidos, ni de los planes verdes
de Arcelor, ni del seguro obligatorio para perros, ni de los viajes gratuitos a
Madrid y Barcelona, y me refugio en la conocida expresión bíblica de que “El que esté libre de culpa que tire la
primera piedra”. Ahora que se cumplen cien años del nacimiento de Lola Flores,
cincuenta de la muerte de Manolo Caracol y aún llegan a mí los lamentos por la
muerte reciente de Pansequito, me
refugio en una noticia que motiva estas
letras y que puede ayudar a comprender una época, una política, una conducta,
una ilusión, una esperanza, la de una España libre, abierta, plural. La llamada
“Tercera España” del Grupo Tácito. Y es
que el pasado 30 de enero de 2023, martes, un periódico digital decía: “El Rey
entrega este martes los despachos a los nuevos jueces, más del 70% sin
familiares directos en profesiones jurídicas”.
Esta noticia quizás para los jóvenes no significa nada, pero
para los que tenemos cierta edad y ya vemos la vida desde el balcón, es reflejo
de una evolución, de unos cambios, de una apertura, de unas oportunidades, de
unas mejoras. Atrás queda la España monolítica, fósil, en la que el
corporativismo limaba las acciones de mejora y progreso de los más capacitados,
de los mejor dotados y más esforzados… Todos o al
menos los de mi edad, en algún momento de la vida nos hemos encontrado con
personas que detentan o han detentado algunas responsabilidades para las que no
estaban dotados. Su único mérito era haber nacido y ser hijo, hermano, sobrino,
pariente o amigo de …
Este ha sido uno de los problemas endémicos de España y freno
de nuestro progreso, como aún ahora lo es la falta de sensibilidad y medios
para potenciar y mejorar la sociedad del conocimiento e investigación. Ahora que se anuncian tantas oposiciones es
responsabilidad de todos que estos avances, que estas mejoras no se detengan,
que vayan a más, y más cuando algunos quieren regresar al pasado con su espuria
clasificación de los suyos y los demás, cuando lo que debe primar es la valía y
mérito de la persona, independientemente de su ideología o partido. Ya pululan
por el ambiente algunos ejemplos preocupantes y vergonzantes. De todo ello es
conocedor el pueblo llano, que por mucho que le silencien y engañen, a la menor
oportunidad, al menor resquicio expresa su sentir, como recientemente los
vecinos de El Berrón con su centrada y certera expresión de “Más recursos y
menos discursos”, en demanda de unos mejores servicios sanitarios.
No quisiera concluir estas palabras sin expresar mi
satisfacción por el reciente nombramiento como miembro de la Academia de la Lengua Francesa del escritor
Mario Vargas Llosa. Primer escritor hispano que tiene asiento en tan docta y
selecta Casa. ¡Algún motivo habrán visto en sus muchos libros y escritos! Si al
inicio de estas letras me basé en la autoridad de Honorato de Balzac para
expresar un pensamiento o una inquietud, permitidme que acuda a él y a su misma
novela para expresaros lo que le dice el viejo notario Matías a su cliente,
Pablo, esposo de Natalia Evangelista: “…Una mujer debe, a mi modo de ver,
compartir la suerte buena o mala, de su marido. He oído decir que los jóvenes
casados que se amaban como amantes no tenían hijos. Entonces, ¿el placer es el
único fin del matrimonio? ¿No es más bien la felicidad y la familia?
José
Antonio Noval Cueto.
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