Repito título, pues el espacio de la semana pasada se quedó
pequeño para expresar algunas ideas que brotan en mi cabeza y que quiero
compartir con vosotros. A estas alturas de la vida, poner en duda la importancia de saber
y manejarse en inglés no tiene fundamento. Todas las familias hacen serios esfuerzos para
sus hijos tengan una buena base de inglés, no porque la lengua inglesa sea
superior a la española, véase Shakespeare- Cervantes, sino por motivos
políticos y económicos de todos conocidos, más cuando la lengua del imperio es
el inglés (EEUU…)- quizá no tardando mucho la inteligencia artificial facilite
el aprendizaje de idiomas- como en otros
tiempos el español expandía e imponía su
idioma en Europa y América, reconocida y denunciada por los escritores de entonces. ¡Fuimos el primer Imperio donde
no se ponía el sol! Hoy todos sabemos que sin inglés muchos trabajos no se
consiguen. Otro tema es plantearse que nivel de inglés ha de tener uno para
desarrollar su profesión, y aquí sí que entramos en muchas variables. No es lo
mismo un inglés comercial, para defenderse en situaciones tópicas y típicas del
acontecer diario, que usar el inglés a nivel cultural y profundo, o dicho de
otro modo que nivel de conocimiento tenemos de un idioma. Pues lo que es
comunicarse hay personas que, con poco más de quinientas palabras, se comunican en su lengua materna y otras que
utilizan más de tres mil – todo en relación con su nivel de escolarización- .
Las diferencias comunicativas y de precisión entre ambas son palpables,
evidentes.
Reconocida la importancia y ventajas que proporciona manejar
bien la lengua del Imperio y su influencia, creo que es obligado hacer algunas
precisiones. Nuestra lengua oficial es el castellano y tenemos “el deber de
conocerla (Artículo 3 de la
Constitución), extensivo a las demás lenguas oficiales en sus
territorios autóctonas y todas ellas
forman un patrimonio cultural que debe ser objeto de especial respeto y
protección”. Uno puede admitir que se palpe cierta influencia inglesa, -
nuestra investigación y economía depende mucho de EEUU…-pero no que nos
colonicen y en esa dirección vamos, algo no muy difícil , basta recordar a
Filipinas donde el castellano dejó de ser lengua oficial en 1973, ante el auge
del inglés. Esta influencia afecta también a conductas o estilos de vida, que van desde el excesivo
individualismo y canto al “yo”, entronización del “éxito” o transposiciones
culturales Halloween y demás campañas publicitarias y económicas como la
excesiva comercialización y cosificación de la Navidad, o los valores que trasmiten y subyace en muchas películas del cine, dibujos animados, (Hollywood) , la música, en la que importa más
el sonido que la letra. Tomas un aperitivo o una copa por la tarde noche y
siempre la música de fondo es inglesa, conocida o desconocida. Las emisoras de
FM nos atiborran siempre a la misma hora con sus canciones en lanzamiento, y la
mayoría, por no decir todas, en inglés. Lo de menos es la letra de nuestras
canciones, lo importante es el mero sonido.
Hecha esta escueta exposición de la realidad que nos invade,
aún estamos a tiempo de frenar el problema y para ello debemos volver a
nuestros orígenes. ¿Existe la cultura hispana(española y hispanoamericana)?... Usémosla, defendámosla. ¿Cómo? Cuidando y usando nuestro idioma. ¡Somos más
de seiscientos millones de hablantes! ; defendiendo nuestros valores, que han
llegado a nosotros gracias a la generosidad de nuestros clásicos , perdamos los prejuicios y no seamos
discípulos del pensamiento único que interesadamente se nos quiere imponer.
Estos días ha vuelto a ser actualidad el juez Llarena, con su responsabilidad y
rigor en la defensa del Estado de Derecho, a pesar de las muchas presiones y
vejaciones que tuvo que soportar, y en una excelente Crónica de Julio
Valdeón tuvo el coraje de decir que le
gusta la música de Café Quijano, Rosario y Niña Pastori…A mí, últimamente me
deleitan las canciones de María Dolores Pradera, especialmente su
interpretación de la conocida canción de “La hija de Juan Simón”, canción con letra, con mensaje.
No quisiera concluir este artículo sin recurrir a uno de
nuestros maestros por excelencia, Miguel de Cervantes, que hace ya más de
quinientos años, concretamente casi quinientos siete, nos dijo: “Nunca `pongo
los pies por do camina la mentira, el fraude y el engaño de la santa virtud
total ruina”
José Antonio Noval Cueto.
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