sábado, 11 de febrero de 2023

“En un inglés fluido” (continuación)("La Nueva España Digital de Siero", 12-II-2023)


Repito título, pues el espacio de la semana pasada se quedó pequeño para expresar algunas ideas que brotan en mi cabeza y que quiero compartir con vosotros. A estas alturas de la vida,  poner en duda la importancia de saber y manejarse en inglés no tiene fundamento.  Todas las familias hacen serios esfuerzos para sus hijos tengan una buena base de inglés, no porque la lengua inglesa sea superior a la española, véase Shakespeare- Cervantes, sino por motivos políticos y económicos de todos conocidos, más cuando la lengua del imperio es el inglés (EEUU…)- quizá no tardando mucho la inteligencia artificial facilite el aprendizaje de idiomas-  como en otros tiempos  el español expandía e imponía su idioma en Europa y América, reconocida y denunciada por los escritores  de entonces. ¡Fuimos el primer Imperio donde no se ponía el sol! Hoy todos sabemos que sin inglés muchos trabajos no se consiguen. Otro tema es plantearse que nivel de inglés ha de tener uno para desarrollar su profesión, y aquí sí que entramos en muchas variables. No es lo mismo un inglés comercial, para defenderse en situaciones tópicas y típicas del acontecer diario, que usar el inglés a nivel cultural y profundo, o dicho de otro modo que nivel de conocimiento tenemos de un idioma. Pues lo que es comunicarse hay personas que, con poco más de quinientas palabras,  se comunican en su lengua materna y otras que utilizan más de tres mil – todo en relación con su nivel de escolarización- . Las diferencias comunicativas y de precisión entre ambas son palpables, evidentes.

Reconocida la importancia y ventajas que proporciona manejar bien la lengua del Imperio y su influencia, creo que es obligado hacer algunas precisiones. Nuestra lengua oficial es el castellano y tenemos “el deber de conocerla (Artículo 3 de la  Constitución), extensivo a las demás lenguas oficiales en sus territorios autóctonas  y todas ellas forman un patrimonio cultural que debe ser objeto de especial respeto y protección”. Uno puede admitir que se palpe cierta influencia inglesa, - nuestra investigación y economía depende mucho de EEUU…-pero no que nos colonicen y en esa dirección vamos, algo no muy difícil , basta recordar a Filipinas donde el castellano dejó de ser lengua oficial en 1973, ante el auge del inglés. Esta influencia afecta también a conductas  o estilos de vida, que van desde el excesivo individualismo y canto al “yo”, entronización del “éxito” o transposiciones culturales Halloween y demás campañas publicitarias y económicas como la excesiva comercialización y cosificación de la Navidad, o los valores que  trasmiten y subyace en  muchas películas del cine, dibujos animados,  (Hollywood) , la música, en la que importa más el sonido que la letra. Tomas un aperitivo o una copa por la tarde noche y siempre la música de fondo es inglesa, conocida o desconocida. Las emisoras de FM nos atiborran siempre a la misma hora con sus canciones en lanzamiento, y la mayoría, por no decir todas, en inglés. Lo de menos es la letra de nuestras canciones, lo importante es el mero sonido.

Hecha esta escueta exposición de la realidad que nos invade, aún estamos a tiempo de frenar el problema y para ello debemos volver a nuestros orígenes. ¿Existe la cultura hispana(española y hispanoamericana)?...  Usémosla, defendámosla. ¿Cómo?  Cuidando y usando nuestro idioma. ¡Somos más de seiscientos millones de hablantes! ; defendiendo nuestros valores, que han llegado a nosotros gracias a la generosidad de nuestros clásicos ,  perdamos los prejuicios y no seamos discípulos del pensamiento único que interesadamente se nos quiere imponer. Estos días ha vuelto a ser actualidad el juez Llarena, con su responsabilidad y rigor en la defensa del Estado de Derecho, a pesar de las muchas presiones y vejaciones que tuvo que soportar, y en una excelente Crónica de Julio Valdeón  tuvo el coraje de decir que le gusta la música de Café Quijano, Rosario y Niña Pastori…A mí, últimamente me deleitan las canciones de María Dolores Pradera, especialmente su interpretación de la conocida canción de “La hija de Juan Simón”, canción con letra, con mensaje.

No quisiera concluir este artículo sin recurrir a uno de nuestros maestros por excelencia, Miguel de Cervantes, que hace ya más de quinientos años, concretamente casi quinientos siete, nos dijo: “Nunca `pongo los pies por do camina la mentira, el fraude y el engaño de la santa virtud total ruina”

 

                           José Antonio Noval Cueto.





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