viernes, 17 de noviembre de 2023

“El hombre pide …JUSTICIA” ("La Nueva España Digital de Siero, 20-XI-2023")


Ver y vivir lo que estamos viendo y viviendo sonroja y más, si tienes cierta edad y has participado en la formación y creación de lo que se ha dado en llamar Transición del 78, o cambio del sistema autoritario al democrático. Mientras escribo estas letras me parece ver las pancartas y pinturas que decoraban la Plaza del Padre Feijóo en Oviedo , las asambleas siempre organizadas y controladas por los mismos , la mayoría del PC y algún que otro del renacido PSOE, manifestaciones en la calle Uría y las cargas policiales consiguientes. En el vestíbulo de mi facultad avisos y convocatorias, y cuando la tensión estaba al máximo, aparecían algún grupúsculo con cadenas para amedrentar al personal, y esto durante varios años, hasta que el andamiaje democrático ya estaba organizado y funcionando y a partir de ahí ,salvo el 23-F y los abundantes zarpazos terroristas – 809 víctimas en la Transición- - España progresó, mejoró su convivencia – el gran reto de entonces-, tuvo más oportunidades, nos convertimos en Estado de Derecho con peso en Europa y como única herramienta la Ley y el Consenso entre los agentes sociales y políticos . Eran los tiempos de la ilusión, de la esperanza, de la creencia en un mundo mejor, más humano, más fraterno que pedía nuestra colaboración, y quien más quien menos puso su granito de arena. Hoy, por motivos muy dispares que serían prolijos de enumerar, la desilusión, la frustración, la apatía presiden la vida española . El ansia de poder justifica lo injustificable y de una España unida vamos a una España desunida, desvertebrada, plural y desigual, y una vez más se reviven episodios del pasado de “todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Ni se nos respeta el voto, ni se nos consulta en temas decisivos (‘amnistía’) y después, cuando no se está en el poder, se reclama libertad y presupuestos participativos. No voy a reproducir los titulares de prensa de esta semana, que alertan de los peligros que nos acechan, que se ciernen sobre nosotros. A nadie se le oculta que la vida política se va a judicializar más, se va a tensionar, y esto no es buena para la sociedad, para el día a día de cada uno de nosotros y cuando más necesaria es la estabilidad política que permita ejecutar los cambios de modelo energético que necesitamos, así como una justa y equitativa distribución de los fondos europeos. No es bueno cambiar las reglas del juego en pleno partido y sólo cuando nos interesa. Siempre he denunciado que no se debe explotar ni jugar con los sentimientos de las personas , ni con sus necesidades… y últimamente vamos de abuso en abuso, de ultraje en ultraje… (programas electorales engañosos, pactos indecorosos, desprecio y supresión de la ley, despilfarro de los dineros públicos, despenalizar lo penalizable…) y todo por el mero interés personal. Que pueda ocurrir esto en un Estado que se dice de Derecho sorprende al más pasmado , y algo o mucho de esto se cuela en las tertulias de amigos, que evidencian su queja y malestar. ¿Para esto se ha hecho la Transición? ¿En qué ha quedado la receta democrática de la ley solo la ley?... En este ambiente enrarecido y engañosos se desenvuelve la vida española, que lleva a los más a buscar vías de escape, de evasión, y basta para ello ver las movilizaciones viajeras del fin de semana, muchas de ellas con destino a Madrid, capital del reino, bien por motivos familiares -visitar hijos, nietos- bien culturales ( Museo del Prado, teatro, conferencias…) o deportivos, como acudir al Santiago Bernabeu para ver a Vinicius o Rodrigo en acción como si estuvieran en el salón de tu casa -ventajas que ofrece su nueva rehabilitación - y después coronar la jornada con el digestivo y aromático Gin-Tonic y el Vegafina del momento; últimamente se está poniendo de moda seguir las rutas de las manifestaciones o protestas para encauzar su cabreo- consúltense los horarios del tren-. El domingo pasado, por la tarde, en Chamartín, eran todo maletas y personas. No cogía ni una aguja. Madrid siempre sorprende y más ahora en estos tiempos inestables que nos azotan, donde todo es opinable y la verdad no tiene discípulos, pero como decía el poeta León Felipe en una de sus expresivas prosas : “… hay un momento en que es preciso determinar bien nuestra posición en este mundo, como el marinero en el mar y saber adónde vamos”. ¿Lo sabemos?... Me ha dejado perplejo y asustado la carcajada de Sánchez en el atril del Congreso al comentar que hay quien no puede ser Presidente… El poeta recuerda que “cuando Don Quijote pronunció por primera vez la palabra ‘justicia’ en el Campo de Montiel…’sonó’ en la llanura manchega una carcajada estrepitosa que ha venido rodando de siglo en siglo por la tierra, por el mar y por el viento hasta clavarse en la garganta de todos los hombres”. De entonces a acá, primeros del Siglo XVII, da la impresión que moralmente se ha progresado poco. ¿En qué ha quedado la superioridad moral de la izquierda? En un atril de las Cortes sin argumentos ni palabras, con carcajada incluida… 


                                                             José Antonio Noval Cueto.





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