Una de las dos Españas ha de helarte el corazón (A.Machado).
Nunca más oportunas estas palabras del poeta cuando vemos los vendavales y huracanes de sonidos e
imágenes que nos azotan estos días, para intentar justificar lo que no tiene
justificación: a/ Que haya una España de
primera (País Vasco, Cataluña) y otra de segunda, el resto de las autonomías y
regiones, b/ Que la justicia no sea igual para todos c/ Que todo este movimiento lo abandere un
partido que dice defender la igualdad de todos y para todos, y solo para hacerse con el poder, sin escuchar la máxima juiciosa y prudente de sus mayores que
le recuerdan que no todo vale en política y que le ruegan que tenga la
generosidad de no tensionar y complicar la vida de los demás, de los que nos
consideramos españoles, porque así lo avala la Historia, y si algo queremos es
futuro, trabajo, justicia, paz…En nombre de España respete la ley que nos hemos
dado.
Esta explosión de imágenes y palabras ha tenido su puesta de
largo esta semana, a raíz del juramento de la Constitución de la Princesa de
Asturias, doña Leonor, el pasado martes, 31 de octubre, donde hemos visto una Princesa sencilla, ilusionada
y responsable prometer fidelidad y lealtad a la patria y cumplir y defender la
ley y a un Presidente de Gobierno, en funciones, Don Pedro Sánchez
Pérez-Castejón, prometer lealtad a la Princesa, sin el apoyo de sus socios de
Gobierno. Casi al mismo tiempo o poco después, responsables del PSOE
desconocido, se entrevistan con Puigdemont en Bruselas en busca de su apoyo. A
partir de ahí, hacen su entrada en escena los comerciantes del mercado persa del
qué me das, qué deseo…y la letra pequeña que no se suele leer y es la que más
obliga. Para empezar a hablar, como gesto de buena intención, concédame la
amnistía y perdóneme los 15.000 millones de euros de este año…La negociación
sigue abierta.
No tenía pensado hablar de estas cosas y agradecer más la
eficacia y trato exquisito dispensado del operario de RENFE cuando solicité información y billete para
Madrid – agradezco mucho el buen servicio
presencial; el on line , no me gusta, no
lo uso- , centrarme en los pequeños y motivadores detalles del día a día, pero
acontecimientos recientes me han obligado a ello.
El pasado martes , por
las calles de Pola, un coche con
megáfono y buena explicación, denunciaba el genocidio de adultos y niños en
Gaza, con el aplauso de todos los que no entendemos que la única argumentación
política sea la violencia, la muerte, y ello me hizo preguntarme por la
sociedad civil y su necesario protagonismo. En España, sin llegar a esos
extremos, estamos entrando en una senda muy peligrosa si una misma Ley no regula
la vida de todos nosotros. Estos mismos
días, desconozco los motivos, quizás el subconsciente o cualquier otro, me ha
llevado a leer la novela de Boris Pasternak titulada “El doctor Zhivago”, que
había visto en el cine, hace ya décadas, y que llevaba años en los anaqueles de
mi librería, y en la que me he encontrado parlamentos que hacen a uno pensar, y
más en los actuales momentos que vivimos, cuando el protagonista nos dice:
“Desprecio la política. No me gustan los hombres indiferentes a la verdad…No
conozco corriente más replegada en sí misma y más apartada de los hechos que el
marxismo…”… Y algo de esto o mucho, palpo en la realidad actual española. Desde
la caída del muro de Berlín , allá por noviembre de 1989, concretamente el día
9, el marxismo ha cambiado de estrategia, ahora se preocupa menos por los
desfavorecidos y más por la mujer y por la identidad de género o cualquier otra
estrategia que les lleve al poder. Por último, ayer, a media tarde, en las
calles peatonales de Pola me encontré a un buen, moderado y juicioso amigo, que
después de los lógicos saludos, me expresó su preocupación por la situación
caótica y anárquica que vivimos. ¿A dónde vamos? Esto no puede seguir así. No
lleva a ningún sitio. Si quedamos sin ley, qué será de nosotros…Se abre la
selva…Se extiende el reino del “escallu”. Reflexiones que hago mías y que como
argumento de autoridad os traslado. Quo vadis España? Hace unos días el
expresidente González, a raíz de su estancia en Avilés dejó, como suele ser
costumbre, unas certeras palabras que dicen mucho: ”Un indulto es perdonar, una
amnistía es pedir perdón…”
En una reciente entrevista la actriz Carmen Maura decía que en España
los partidos “no logran ponerse de acuerdo ni para comprar el pan”. ¿Quién ha
roto el consenso del 78?... Hace ya muchos años, antes de aprobarse el fallido
Estatuto de Autonomía de Cataluña, en 2006, un senador socialista me dijo que
no estaba de acuerdo con la deriva de su Presidente . ¿Qué diría hoy?
José Antonio
Noval Cueto.
P.D “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda
prevalecer discriminación alguna por ‘razón’ de nacimiento, raza, sexo,
religión, opinión…”(Artículo 14 Constitución Española de 1978)
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