sábado, 23 de diciembre de 2023

“La noticia que dura y perdura…”("La Nueva España Digital de Siero, 24-XII-2023")

En esta aldea global en la que vivimos, en la que la noticia más inesperada puede ser portada de prensa , seguida y perseguida en las redes sociales, ahora que hasta el poder genera, controla y enmudece las noticias y su duración, sorprende que hace 2.023 años, a raíz del nacimiento de Jesús,  surja una noticia :“Nos ha nacido el Salvador”.  difundida por unos asombrados pastores (siempre hay pastores en nuestra vida) que desde entonces, todos los años, se activa y vivifica, nos mueve, obliga a replantearnos nuestra vida, hacer balance de lo vivido, volvernos más humildes, más frágiles y reconocer, en nuestro interior, que todo un Dios nos ha nacido, en forma de niño indefenso, en un portal de Belén, y nos dice que si no somos como niños no entraremos en el reino de los cielos.

Este es el mensaje que se repite todos los años y cada vez con más intensidad, con más luz, con más ruido, comercio y anticipación que incluso hasta aliena, pero a pesar de todos los peros, uno debe quedarse con lo sustancial, con lo básico de que todo un Dios se ha hecho hombre para salvarnos, y para hacérnoslo más evidente, más gráfico, los pastores de Greccio(Italia)  -otra vez pastores en escena- desde hace 800 años lo representan y celebran: “Nos ha nacido el Salvador”.

No se qué tiene este día que a todos nos obliga y por muy diferentes motivos, nos movemos – más de veinte millones de vehículos por las carreteras, aeropuertos y estaciones de tren saturados-, y todo provocado por una noticia. Noticia que año tras año se repite y, en base humana, toda noticia que se repite, debería generar menos interés, ya la conocemos, ya no sorprende, pero cada vez la esperamos más, la necesitamos más y de ello dan prueba las diferentes cadenas de televisión.

Y es que en tiempos del ‘depende’, del todo es relativo, del todo vale, de no asumir obligaciones ni responsabilidades ,por más ruido y tronío que exista, llega la gran pregunta ,la pregunta que uno no puede eludir y es que si Dios se ha hecho hombre para que yo me salve, ¿lo quiero yo?…Respuesta difícil en una sociedad ególatra, hedonista, narcisista, que disfruta de las personas como si fueran objetos, que aspira a conseguirlo todo sin esfuerzo y en la que el “yo” tiene su trono, arropado de muchos decibelios. De ahí que el silencio nos aterre. Hemos llegado a no querer pensar, nos contentamos con ser autómatas disfrutones… Cada día del año tenemos la oportunidad de dar ese “sí” valiente”, que suponga unos cambios, planes de mejora, avances auténticamente humanos que tanto necesitamos, pero esto se hace más acuciante, cobra más intensidad, más fuerza, incluso más luz en Navidad, donde parece que el viento y las estrellas piensan, que el sol calienta y pregunta,  donde el Niño-Dios nos invita a la gran conquista humana de la civilización del AMOR, y es que como dicen hasta la saciedad las Sagradas Escrituras, “Si no tengo AMOR, nada soy”…. Nunca más oportunos aquellos versos de Quevedo: “ Cerrar podrá mis ojos la postrera / Sombra que me llevare el blanco día./…Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido…su cuerpo dejará, no su cuidado,/serán ceniza, más tendrán sentido, / polvo serán , más polvo enamorado”

Hace muchos años en una lección magistral de la despedida a alumnos de COU, el conferenciante recordaba las palabras de un buen amigo de infancia que ante su insistencia en querer recompensar las atenciones que éste tuvo con él,  le dijo : ”Antonio, no te preocupes ni te molestes más, que yo sólo tengo dinero…”.

Esta es la gran pregunta y el gran invite que trae la Navidad:  ¿Quiero  una sociedad más humana, más auténtica, donde el AMOR sea el protagonista?¿Quiero de verdad salvarme? ...Una vez más hay que acudir a la filosofía de padres y abuelos, y es que sin esfuerzo no se consiguen las cosas, incluso el amor,  y no viene mal recordar ,en tiempos de tanto ecologismo apócrifo, que el ser más importante de la Creación es el SER HUMANO, y es a quien debemos proteger. ¿Lo hacemos? Hace unos días os escribía que conocía a muchos héroes anónimos a pocos metros de mi casa, y hoy voy hablaros de mi amigo Jesús, fallecido hace algunos años, con quien compartía conversación y periódico en un bar de la esquina. Solíamos vernos de 10 a 11, y siempre después dejar a su mujer aseada y segura  en la butaca del salón, en compañía de la empleada de la Asistencia a Domicilio. Era su momento de esparcimiento. Después regresaba a su casa a cuidar y mimar a su esposa Teresa, enferma de alzheimer desde hacía ya algunos muchos años. Siempre que hablaba de ella, le brillaban y se le alegraban los ojos, y así durante años…Radiaban la fuerza del AMOR.

 

    ¡Feliz Navidad y un beso muy fuerte para mis familiares, amigos,                     compañeros y vecinos del Cielo! 

 

                           José Antonio Noval Cueto

 

P.D   Yo, como todo cristiano, creo en el Cielo, aspiro y deseo que San Pedro me abra la puerta. ¡Que la PAZ reine en el mundo (Ucrania, Gaza…) y en nuestros corazones!...

“Dios está mucho más cerca de lo que imaginamos. Basta abrir una puerta o una ventana y podemos encontrarlo; basta abrir los ojos o hacer silencio durante unos minutos”.(Pablo D’Ors)




No hay comentarios:

Publicar un comentario