Es tal la intensidad de intereses que se mueven en nuestro
entorno que casi se puede decir que casualidades pocas -algunas hay- , que casi
todo tiene una estrategia, una motivación, y creo que ya va siendo hora de bajarse del guindo y
reconocer, aunque nos pese , que muchos logros políticos no se deben a la
palabra, a la buena y excelente argumentación ni a la ideología que se profesa,
sino a la presión, a la violencia, al afán de poder que no conoce límites,
sirva de ejemplo el beneficio obtenido por el separatismo catalán,
concretamente en la negociación con Esquerra Republicana, para conseguir que le
perdonen a Cataluña una deuda de 15.000 millones de euros , que es un 20% de lo
que debe Cataluña a España en denominado Fondo de Liquidez Autonómica. Una vez
más se evidencia lo que ya decía nuestro maestro Quevedo de “Poderoso caballero
don dinero”, aunque lo envuelvan en papel regalo de nacionalismo, separatismo.
La pela es la pela, y el que venga detrás que se apañe. Cuenta Manuel Chaves
Nogales en su fabuloso libro “Juan Belmonte, matador de toros” – se lo
recomiendo para estas Navidades- , que la primera vez que toreó en Barcelona,
allá por 1913, hizo un descubrimiento “descomunal “ que contaría
a sus amigos de Triana , y “es que los catalanes sacaban el tabaco para
ellos solos. En San Jacinto contaba estas cosas y no me las querían creer”. Más
allá de la anécdota, con tantas limitaciones al tabaco y la nueva modernidad,
supongo que ese hábito ya no arraigue.
Hoy, cuando escribo estas letras, se celebra la fiesta de la
Inmaculada Concepción de María, Patrona de España y del Arma de Infantería
entre otros muchos atributos, y para los católicos una de las fechas más solemnes del año
litúrgico recién estrenado y es que la Virgen María es referente, camino y
apoyo para cada creyente y más en tierra hispánica. Todos recordamos sus
salvíficas palabras de “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu
palabra…”. En los cuarteles militares se recuerda la efemérides del monte
Empel, en la isla de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal, donde quedaron sitiados 4.000 soldados
españoles – desconozco el porcentaje de catalanes, vascos, andaluces,
asturianos…- cuando el ejército rebelde inundó la zona al destruir unos diques,
y obligó a los españoles a excavar unas
trincheras para defenderse de una casi segura muerte y entonces uno de ellos , el 7 de diciembre, víspera de la Inmaculada, encontró
su imagen mientras paleaba. La compañía lo interpretó como una señal y se
encomendaron a la Virgen. Esa misma noche, un repentino viento gélido, heló las
aguas que rodeaban Empel y los barcos rebeldes tuvieron que retirarse para no
quedar encallados. Cuenta el capitán
Alonso Vázquez (1556-1615) en su libro “
Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Alejandro Farnese” que, y citó
textualmente, “Cuando los rebeldes iban
pasando con sus navíos río abajo les decían
a los españoles, en lengua castellana, que no era posible sino que Dios fuera español, pues había usado con
ellos un gran milagro”. Años después y a raíz de esos hechos la Virgen
Inmaculada es Patrona y Protectora de España desde el año 1644, y Patrona del
Arma de Infantería desde 1892 por Real Decreto de la reina María Cristina
Ahora , en pleno adanismo, en pleno auge del presente, con
menosprecio del pasado y desprecio del futuro, que desvaloriza al ser humano y
lo convierte en mero objeto de consumo, preocupado solamente por el alimento de
sus tripas, no viene mal recordar las gestas de quienes nos precedieron y no
pusieron reparos, ni límites , para
confesar y y defender sus ideales , con
la finalidad de legar a las generaciones venideras un mundo mejor, más humano,
más armónico y esperanzado, aunque en
ello les fuera la vida. Algún día hablaré de los muchos héroes anónimos que
pasean por nuestras calles.
Ahora que se quiere enterrar la Historia no viene mal recordar
efemérides como la descrita, ya que lo que nos rodea mueve poco a la
edificación personal, a la generosidad, a la entrega, ya que en el mundo del
“yo”, no existe el ‘tú’, el ‘prójimo’ , ni la dignidad…
De los cuarenta y cinco años de la Constitución del 78 prefiero
no hablar. Ya he dicho en su día lo que tenía que decir… El frío de diciembre
se ha notado en el ambiente y los responsables políticos están a la que salta.
Nadie se fía de nadie, y lo cifran todo a ver qué pasa, aunque se incumpla el
artículo 2 de la Constitución que dice: “La Constitución española se fundamenta
en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de
todos los españoles…”.
No quisiera concluir esta letras sin felicitar a la ministra
Calviño por su nombramiento como Presidenta del Banco Europeo de Inversiones,
desearle el mayor éxito en su gestión y rogarle que esa deseable armonización
fiscal que se intenta en Europa, sea también una realidad en España,
donde hay autonomías con un trato fiscal más diferente y beneficioso que
otras, véase País Vasco, Navarra y ahora Cataluña. Un dato para la reflexión:
el Instituto Juan de Mariana recientemente ha dicho que la deuda pública española
asciende a 29.500 euros por habitante.
Recuerden que no se puede entender España sin la presencia y
protección de la Inmaculada Concepción.
José
Antonio Noval Cueto.
P.D “ ¡Dejadme gritar!
/ Que ahora aquí , en el mundo de la
sombra /, el grito vale más que la ley…” (León Felipe)
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