Las sorpresas llegan cuando uno menos lo espera y eso me pasó
a mí, hoy, 12 de febrero , en la
Iglesia-Oratorio de la Residencia
Nuestra Señora de Covadonga o Asilo de Pola de Siero , cuando el párroco-capellán,
Don Fermín, nos recordó que se celebraban los 138 años desde que la Comunidad
de Hermanitas de Ancianos Desamparados inició su apostolado “de la doble
orilla”, o preparación para una buena
muerte, en esta villa - el día
tal fue el sábado 10 de febrero, pero por motivos de fuerza mayor se pospuso a
hoy- . Nada más recordar la fecha- sabía que era próxima a la festividad de Nuestra
Señora de Lourdes- se agolparon muchas vivencias, recuerdos y preguntas.
El recinto de forma rectangular alargada, con un presbiterio
presidido por la Virgen de los Desamparados, tiene dos pequeñas ampliaciones,
casi medias naves laterales, antes del
altar, que comunican con los pasillos interiores de la Casa; zonas donde se
aposentan los ancianos más delicados. En la pared izquierda según se entra
está la bella y monumental imagen de
Cristo Crucificado, adusto, sobrio, que transpira dolor, inquietud , preguntas
y que espera respuestas. No te deja indiferente cuando le miras. En esa misma zona, antes del atril y altar, se
halla una balconada desde la que los ancianos enfermos, ubicados en el 1º piso,
pueden seguir la misa y hacer sus visitas
al Sagrario.
Ahora que la Ciencia
hace enormes esfuerzos por prolongarnos y mejorarnos la vida, ahora que ya
empieza haber personas centenarias en muchos concejos, en España casi 20.000 y
en Siero más de ocho, una de 107 años, uno se da cuenta de que 138 años de vida
son muchas vidas. Es más antiguo que la Casa Consistorial, de 1887, más que la
propia Estación de Ferrocarril y que la propia línea de ferrocarril de Oviedo a
Infiesto, de 1891, más que la explotación del Servicio Telefónico para
particulares y no había nacido el rey Alfonso XIII, que lo haría en mayo de ese
año.
Estábamos en plena Restauración, turno de partidos en el
poder, gobernaba Cánovas y era alcalde de Siero Don Gregorio Vigil Escalera. La
situación la describe muy bien nuestro estudioso Don Fausto Vigil que dice: “Vivía
nuestro Ayuntamiento, allá por el año 1886, vida tan miserable que no era
posible, por más esfuerzos que el Alcalde y sus concejales hicieran, cumplir
las obligaciones indeclinables de toda entidad municipal…”
En estas difíciles circunstancias políticas, sociales, económicas
– el siglo XIX fue un periodo de auténtica locura : guerras napoleónicas,
carlismo, pérdida de las colonias, movimientos proletarios, anticlericalismo
,desamortización de Mendizábal…- unas pocas Hermanas inician su labor de socorrer a los más necesitados,
con pocos recursos o sin ellos -no había saneamientos, duchas, pañales,
lavadoras, frigoríficos, neveras, calefacción, agua caliente…-, concretamente a
18 ancianos y desde entonces su labor no para de crecer; su demanda va a más.
Hay lleno completo y una enorme lista de espera; y es que lo bien hecho siempre
hay quien lo bendiga y difunda. Aquí se reparte mucho amor, mucha santidad,
mucho bien y eso se aprecia.
En aquel entonces, 10 de febrero de 1886 inauguró la Casa el
arzobispo de Oviedo el sierense don Fray Ramón Martínez Vigil y se repartió una
suculenta comida a no menos de ochocientos pobres de Siero y otras zonas. Hoy,
un grupo de ancianos, en la misa mañanera, daban gracias a Dios de tanta
generosidad y amor. Y los que coincidimos allí, fortuitamente como quien les
escribe, nos hacíamos la pregunta mundana, racionalista, de ¿cómo se pudo y se
puede lograr esto? Y la respuesta nos la dieron las propias Hermanitas con uno
de sus cantos de alegría: “Nadie hay tan grande como Tú…solo el amor nos
salvará."
Dicho esto no viene mal recordar que en Pola de Siero las dos
instituciones más antiguas son la Iglesia de San Pedro, ahora en rehabilitación
por fases, inaugurada el 29 de junio, festividad de San Pedro , de 1845, y la
Residencia de Nuestra Señora de Covadonga, de 1886, del que dice Fausto Vigil
que: ” Florencio Rodríguez comenzó la construcción del hermoso edificio…”. ¡Esto
algo indica! No quiero concluir estas letras sin recordar a personas que han
dejado su huella en esta Casa como Don
Belarmino García Roza, que falleció el día de Navidad, a la Hija Predilecta de
Siero Sor Isaura, a Juan Manuel Rodríguez Díaz, Don Alberto…¡Cuántas historias
y testimonios humanos de fe y amor tendríamos si sus paredes hablasen!
José Antonio Noval Cueto.
P.D “Quien no ama a su hermano a quien ve, no es posible que
ame a Dios a quien no ve”(Jn.4,20)
“Servir los cuerpos para salvar las almas” “Dios no quiere
libertades sometidas, sino conquistadas por la oferta de la verdad y el bien”
(Santa Teresa de Jesús Jornet)
No hay comentarios:
Publicar un comentario