Hace ya un tiempo una amiga inglesa, residente en Asturias,
desde hace años , en una conversación informal, al preguntarle qué es lo que
más le sorprende de nosotros, los españoles, me dijo que lo que más le
sorprende era lo muy influenciables que somos, que asimilamos fácilmente
cualquier moda o idea que venga de fuera- véase el excesivo abuso de rótulos en
inglés o el abuso innecesario de extranjerismos en los medios de comunicación-…Apreciación
que no descarto y que me sirve de base para estas letras, pues tenemos cierto
complejo de inferioridad, que viene agrandado por la “leyenda negra” que como
nación imperial y dominadora nos han
asignado nuestros antiguos súbditos, que
también tienen la suya y que nosotros , inseguros como somos, no hemos sabido
combatir. Ya va siendo hora de decir, viendo lo que vemos en Europa y el nivel
político de algunos de sus dirigentes, que lecciones las justas, y que el que
esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Viene todo esto a cuento de que hace unos días, en una
esclarecedora entrevista al responsable de leche Pascual, don Tomás Pascual, dice
que ha habido una caída importante del consumo de leche, que ha pasado del
consumo de 117 litros por habitante al año hace décadas, a la cifra de 63
litros por persona en la actualidad…¿Motivos?: Muchos, especialmente la caída
de nacimientos, el niño era el gran consumidor de leche”…
Leídas estas cifras me pregunto:”¿Qué hubiera sido de muchos
de nosotros sin la leche? La leche por la mañana y el bollín de cuernos, en los
días especiales, que se juntaban en el fondo
de la taza con el azúcar, era uno de nuestros placeres diarios y
favorecedores de nuestro desarrollo. Hoy ya no oyen por las calles el tintineo
de los cántaros de las lecheras, nos
basta el “tetrabik”, en forma de ladrillo que se atesora en las tiendas y
supermercados. Hoy los tiempos han cambiado, hay, es cierto, menos niños, y su
alimentación es de lo más variado y todo , dependiendo, de las campañas
interesadas de las cadenas de
alimentación y de los estereotipos que
lanzan los medios de comunicación del desayuno ideal, y por supuesto según las posibilidades económicas
de cada familia, y partiendo de la base
que un buen desayuno es vital
para empezar bien la jornada, y más en los niños. ¡Que bien lo sabían las madres de la
postguerra que reforzaban el desayuno de sus hijos, con el batido de un huevo
fresco y sansón o cerveza…!
Yo, hoy, desde Siero, cuando
apenas se ven vacas pintas y pasiegas en los “praos”, abundan más las de
pasto o carne, quiero revindicar la importancia de la leche y por varios
motivos que se deben tener en cuenta. 1. No se puede entender Asturias y lo que
fuimos y somos sin la vaca ( sirva de símbolo “La Cordera”, de Antón de Chinta, que dio pie a escribir Clarín uno de los
mejores cuentos de la literatura española) 2. Una de las mejores empresas del
centro de Asturias y por supuesto de Siero
y que acrecienta la “marca Asturias”, junto con otras empresas del
sector, es “La Central Lechera Asturiana”. Siempre es agradable ,cuando estás
fuera de Asturias y en cualquier parte de España, comprobar su presencia y ver
que es una de las preferidas de los españoles. Y todo esto no fue ni es fruto
de la causalidad, sino del trabajo de muchos, cada uno desde su parcela y con
su profesionalidad han contribuido a afianzar y prestigiar la marca. Y en todo
este proceso hay una persona clave, que no puedo dejar de citar, que fue Don
Jesús Sáenz de Miera, Medalla de Oro de Siero. 3. Reivindicar la leche, la vaca
lechera, es defender el mundo rural y su importancia, su tipo de vida, su
filosofía, su protección. Ahora que tanto se habla de las enfermedades
neurológicas y de la necesidad que tenemos de neurólogos, no viene mal recordar
que la mejor terapia para combatirlas es la tranquilidad de la aldea, el sosiego de la vida rural. Hace ya un
tiempo me encontré en plenos Picos de Europa con una empresaria que me dijo: "Al
acabar mi carrera se me planteaba un dilema: Ejercía la misma en la ciudad o afianzaba el negocio de mis padres en
Picos. Opté por lo segundo. Hoy, después de años, puedo decir que acerté en la
elección."
¡Que también
nosotros acertemos en nuestra elección, una de las más importantes de la
vida, y no dejemos de apreciar la
importancia que tiene la leche en nuestras vidas!. No tengo reparos en confesaros que la leche
que mejor me supo fue la leche recién catada en casa de mi abuela…¿Puede haber
una buena fabada sin un buen arroz con leche? ¡Que no falte la leche en
nuestras vidas !
José Antonio Noval Cueto.
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