domingo, 6 de octubre de 2024

“Tengo una vaca lechera…”("La Nueva España Digital de Siero,6-X-2024")


 

Hace ya un tiempo una amiga inglesa, residente en Asturias, desde hace años , en una conversación informal, al preguntarle qué es lo que más le sorprende de nosotros, los españoles, me dijo que lo que más le sorprende era lo muy influenciables que somos, que asimilamos fácilmente cualquier moda o idea que venga de fuera- véase el excesivo abuso de rótulos en inglés o el abuso innecesario de extranjerismos en los medios de comunicación-…Apreciación que no descarto y que me sirve de base para estas letras, pues tenemos cierto complejo de inferioridad, que viene agrandado por la “leyenda negra” que como nación imperial y dominadora  nos han asignado nuestros antiguos  súbditos, que también tienen la suya y que nosotros , inseguros como somos, no hemos sabido combatir. Ya va siendo hora de decir, viendo lo que vemos en Europa y el nivel político de algunos de sus dirigentes, que lecciones las justas, y que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Viene todo esto a cuento de que hace unos días, en una esclarecedora entrevista al responsable de leche Pascual, don Tomás Pascual, dice que ha habido una caída importante del consumo de leche, que ha pasado del consumo de 117 litros por habitante al año hace décadas, a la cifra de 63 litros por persona en la actualidad…¿Motivos?: Muchos, especialmente la caída de nacimientos, el niño era el gran consumidor de leche”…

Leídas estas cifras me pregunto:”¿Qué hubiera sido de muchos de nosotros sin la leche? La leche por la mañana y el bollín de cuernos, en los días especiales, que se juntaban en el fondo  de la taza con el azúcar, era uno de nuestros placeres diarios y favorecedores de nuestro desarrollo. Hoy ya no oyen por las calles el tintineo de los cántaros de las lecheras,  nos basta el “tetrabik”, en forma de ladrillo que se atesora en las tiendas y supermercados. Hoy los tiempos han cambiado, hay, es cierto, menos niños, y su alimentación es de lo más variado y todo , dependiendo, de las campañas interesadas  de las cadenas de alimentación y  de los estereotipos que lanzan los medios de comunicación del desayuno ideal, y  por supuesto según las posibilidades económicas de cada familia, y partiendo de la base  que  un buen desayuno es vital para empezar bien la jornada, y más en los niños.  ¡Que bien lo sabían las madres de la postguerra que reforzaban el desayuno de sus hijos, con el batido de un huevo fresco y sansón o cerveza…!

Yo, hoy, desde Siero, cuando  apenas se ven vacas pintas y pasiegas en los “praos”, abundan más las de pasto o carne, quiero revindicar la importancia de la leche y por varios motivos que se deben tener en cuenta. 1. No se puede entender Asturias y lo que fuimos y somos sin la vaca ( sirva de símbolo “La Cordera”,  de Antón de Chinta,  que dio pie a escribir Clarín uno de los mejores cuentos de la literatura española) 2. Una de las mejores empresas del centro de Asturias y por supuesto de Siero  y que acrecienta la “marca Asturias”, junto con otras empresas del sector, es “La Central Lechera Asturiana”. Siempre es agradable ,cuando estás fuera de Asturias y en cualquier parte de España, comprobar su presencia y ver que es una de las preferidas de los españoles. Y todo esto no fue ni es fruto de la causalidad, sino del trabajo de muchos, cada uno desde su parcela y con su profesionalidad han contribuido a afianzar y prestigiar la marca. Y en todo este proceso hay una persona clave, que no puedo dejar de citar, que fue Don Jesús Sáenz de Miera, Medalla de Oro de Siero. 3. Reivindicar la leche, la vaca lechera, es defender el mundo rural y su importancia, su tipo de vida, su filosofía, su protección. Ahora que tanto se habla de las enfermedades neurológicas y de la necesidad que tenemos de neurólogos, no viene mal recordar que la mejor terapia para combatirlas es la tranquilidad de la aldea,  el sosiego de la vida rural. Hace ya un tiempo me encontré en plenos Picos de Europa con una empresaria que me dijo: "Al acabar mi carrera se me planteaba un dilema: Ejercía la misma en la ciudad  o afianzaba el negocio de mis padres en Picos. Opté por lo segundo. Hoy, después de años, puedo decir que acerté en la elección."

¡Que también nosotros acertemos en nuestra elección, una de las más importantes de la vida,   y no dejemos de apreciar la importancia que tiene la leche en nuestras vidas!.  No tengo reparos en confesaros que la leche que mejor me supo fue la leche recién catada en casa de mi abuela…¿Puede haber una buena fabada sin un buen arroz con leche? ¡Que no falte la leche en nuestras vidas !

 

                  José Antonio Noval Cueto.







No hay comentarios:

Publicar un comentario