viernes, 27 de septiembre de 2024

"Insulto a la inteligencia…" ("La Nueva España Digital de Siero, 28-IX-2024")

 

Decir que los españoles estamos padeciendo un secuestro del poder no es ninguna exageración. Decir que la democracia real y no formal, se está variando, tergiversando, alterando el funcionamiento normal de las instituciones no es ningún despropósito,-  véanse los avatares del Poder Judicial-,  y esto y más sucede todos los días desde la engañosa y torpedera moción de censura a Rajoy, que habilitó el todos contra el PP, que también, no podemos negarlo, hizo méritos para ello, por sus complejos, temores y excesivo tacticismo, al pensar que los problemas se solucionan solos, que el tiempo todo lo arregla...Así el fallido referéndum de noviembre de 2014 y las nulas consecuencias penales para sus promotores, que los envalentonó más y llevó a las funestas consecuencias del ‘procés’ de octubre del 17. Decir que la Ley no es igual para todos, que depende de las circunstancias, hechos y personas, tampoco es una exageración. Omito dar detalles que todos conocemos. ¿Se está respetando el llamado ‘Estado de Derecho?

Hace ya un tiempo que Mariano de Larra nos decía que “escribir en España era llorar”, más recientemente Quino, con su precisa e incisiva Mafalda nos avisaba que opinar era una profesión de riesgo y esto no se frena, va a más y anunciado desde el atril de la ONU por el propio Presidente  en su plan de regeneración informativa. En circunstancias como éstas, cuesta hilar unas palabras, hacer una reflexión, buscar la noticia agradable que alimente nuestra dicha, nuestra esperanza, y es que el lector, el pueblo llano está tan desencantado, tan frustrado que ya no espera nada, solo subsistir, pasar los días y dosificar su desesperanza… Y es que el ser humano es algo más que estómago, necesita del aliento vital de ese aire fresco que ilusione y justifique proyectos, ideas, vidas, destinos y naciones, en ese objetivo constante de hacer un mundo mejor.

Finalidad que cada día se ve más lejana, pues es tal el nivel de  emisiones acústicas, de mentiras, de ruidos e imágenes que ya no se puede respirar. En el ambiente impera, -no me atrevo a decir ‘reina’ por no herir-, “el sálvese quien pueda”. Y es que España está padeciendo en sus carnes un nuevo episodio de “empleomanía”, o sea, primero ‘yo’, ‘mi cargo’, que el interés general, que el bien de todos. La llamada disciplina de voto  encubre muchos intereses personales  y solo esta actitud puede justificar lo que está ocurriendo, lo que se está consintiendo, lo que está avergonzando a los españoles, …- leyes sin aprobar: apoyo, critico y cuestiono a la vez un mismo tema, hecho…-   y sólo si peligra la coalición de intereses unidos - ley de amnistía, indultos, malversación, ERES…- apoyo. España se está convirtiendo en un botín de reparto, con las exigencias insolentes e insolidarias de unos pocos y el silencio interesado de otros muchos que pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, hagan lo que hagan, digan lo que digan, permanecen en su puesto y a esto le llaman gobernar y representar al pueblo. Siempre he dicho que la única condición que le pongo a un político es que tenga autonomía para decir “sí” o “no”; si no la tiene, por el bien de todos, que se vaya.

En este pugilato interesado que llevamos padeciendo desde hace casi seis años, ahora le toca el turno a Hispanoamérica. Hemos empezado por Argentina, inmiscuyéndonos en su proceso electoral; posteriormente con Venezuela, con el doble juego de cobijar al Presidente electo y no reconocer sus resultados electorales, por mucho que el Congreso y la Eurocámara lo exijan, y ahora, últimamente con Méjico, cuyo idioma dominante es el castellano, el que nos une y nos internacionaliza. El Gobierno condena el desprecio de la Presidencia entrante al no invitar al Rey de España a su toma de posesión y miembros de ese mismo Gobierno justifica y apoya con su presencia el desprecio recibido. Motivo: España conquistó a Méjico en el siglo XVI. Toca callar. Aquí no pasa nada. ¿Es mucho pedir cordura, altura de miras, dignidad, respeto a lo que somos? ¿Puede representar a España quién no acata su Historia? Hace ya un tiempo Pablo Neruda dijo que: “España nos lo quitó todo, pero nos lo dio todo, hasta el idioma…”

No todo vale en política. ¡Por favor, no insulten más a nuestra inteligencia!

 

                        José Antonio Noval Cueto.




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