“La televisión pronto
llegará…”
Era el título de una canción que popularizo en los años 50 Lolita
Garrido en unos momentos donde el anuncio tenía algo de futurista, de mero sueño,
deseo y que hoy, pasados 60 años ,nos
sobrepasa y contamina a todos ,pues la
televisión marca nuestras vidas, nos acuesta y nos levanta, impone su ritmo a la misma sociedad, crea
nuevas opciones políticas y las lanza al triunfo, y algo impensable en otro
tiempo - ya no se celebran mítines, sino intercambio de opiniones y
consignas entre adeptos- sirva como dato
que ni los grupos emergentes, la llamada nueva política, consiguen llenar
espacios pequeños, y toda la suerte se cifra a la memoria del votante, uso de
las redes sociales o a los debates
televisivos de última hora, con la novedad de incorporar otras formas que no se
han visto coronadas por el éxito, como el pasado debate a 4 de Antena 3, que no cumplió las expectativas que un alto
volumen de indecisos reclama – se habla de más del 40% - y es que cada líder
estuvo sólo preocupado de no tener errores, recitar sus propuestas , poca
interacción personal, poco contraste de datos y las promesas carecían de su
reflejo económico, algo muy necesario en estos tiempos donde el 52% de nuestros
salarios se va en pagar impuestos(IRPF,IVAS), según informe reciente del Foro Económico Mundial, y todavía hay quien
quiere subirlos. Después del esfuerzo, tensión y sudor de los que han intervenido estamos
como estábamos, no obstante he de reconocer el éxito de audiencia – más de
nueve millones de espectadores - y la profesionalidad de sus moderadores.
Durante el resto de la semana el debate sirvió de material de trabajo para
sicólogos, sicoestetas, echadores de cartas, grafólogos, analistas políticos…Si
el mitin televisivo final de campaña desde la localidad sevillana de Dos Hermanas
permitió al PSOE gobernar en varias ocasiones, ahora, por hoy, y a falta del
clásico debate de los líderes de la vieja política (PP,PSOE), las espadas están
en alto, no hay un ganador claro, todo está muy abierto, no se sabe quién gobernará, y esto debe preocuparnos a todos,
pues los problemas se nos amontonan y piden honestidad, trabajo, conocimiento,
rigor, responsabilidad y por qué no decirlo, patriotismo, amor a España, a la
España real, a la España que padece, trabaja y sufre, a la España que mendiga
una esperanza, una ilusión, un cielo nuevo, un hombre nuevo de quien fiarse,
pues como acertadamente decía Pablo Neruda “Pensad que el desierto, la
distancia y el tiempo son atravesados por la esperanza humana”. ¿Quién es el
portador de esa esperanza?
No pasaron muchos horas,
cuando en compañía de mi nieto, sigo una serie televisiva de
animación que me sorprendió por su
elaboración (dibujos, colorido, paisajes…), por sus mensajes que hablan del
trabajo en equipo, de entrega para resolver los problemas que surjan en su zona, en su
localidad, y lo que desconocía es que es uno de los programas infantiles de más
audiencia, superando el 12% en vacaciones, y que además ha servido de
inspiración para las empresas jugueteras y para editoriales como Panini, con su
álbum y cronos. Es tal su éxito que hace unos días un amigo me dijo que para
comprar uno de sus juguetes, el Centro de Mandos de la Patrulla, lo tuvo que
pedir a Moscú y que gracias a Putin llegará estas navidades a su casa.
Lejos de mi querer comparar un debate con un episodio
infantil, ambos son una prueba evidente de la influencia de la televisión, pero
no viene mal recordar lo bien que nos iría a todos ,si como la patrulla canina ,
fuéramos todos a una, si trabajáramos en equipo y pusiéramos todos nuestro
esfuerzo en levantar esta región, este mundo hundido del que sólo salen, según
Neruda, aparatos mecánicos y perros sin hocico, y es que como decía la Madre Teresa
: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
José
Antonio Noval Cueto.
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